Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-09-09
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   26-27
Sección:   EL DÍA
Centimetraje:   29x24

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El proyecto contempla la construcción de un canal, que transporta el agua gracias a la pendiente y la gravedad terrestre.
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Los costos van desde los US$6.000 millones hasta los US$8.000 millones
Tres mega proyectos antisequía para enviar agua del Biobío hacia el norte
Uno planea enviar el agua a través de carreteras hídricas, el otro a través de un ducto submarino y un tercero con tuberías terrestres.
No hay que ser precisamente un genio para concebir la idea: si en el sur los ríos tienen tanta agua, ¿por qué no llevar parte de esa agua al norte que tanto sufre por la sequía? Genial, salvo por un detalle: sale extremadamente caro. El martes, la corporación Reguemos Chile presentó un ambicioso proyecto en la oficina de Concesiones del MOP que consiste en el desvío de las aguas de ocho ríos de la región de Biobío hacia el norte en una serie de carreteras hídricas.

El colosal plan tiene un costo, solo en su primera etapa, de seis mil millones de dólares. No es el único plan de este tipo que existe. El MOP tiene también en carpeta el proyecto Aquatacama, diseñado por un consorcio francés, que pretende transportar el agua desde las desembocaduras de los ríos del Biobío en ductos submarinos. Su costo asciende a los ocho mil millones de dólares.

Y está el proyecto Vía Hídrica del Norte de Chile, perteneciente a un consorcio chileno-español, que trasladaría el agua a través de tuberías terrestres y cuyo costo superaría los 6.100 millones de dólares.

Estas faraónicas obras adquieren especial relevancia en un año extraordinariamente seco, cuando ya han sido declaradas zonas de emergencia agrícola las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Coquimbo, y zonas de emergencia hídrica otro sinnúmero de comunas, entre ellas Petorca, que tiene el título honorífico de llevar 14 decretos de emergencia hídrica consecutivos. Para qué decir lo que se viene en unas décadas más, donde todo apunta a que habrá más calor y menos agua.

1.015 KILÓMETROS DE CARRETERA HÍDRICA

El proyecto Reguemos Chile, de un costo de 6.000 millones de dólares, contempla la construcción, en su primera etapa, de 1.015 kilómetros de carretera hídrica o, como explica Maximiano Letelier, director ejecutivo del proyecto, una especie de canal San Carlos longitudinal, de 40 metros de ancho y 10 metros de profundidad, que se alimentará de ocho ríos del Biobío.

Este desvío de aguas se efectuaría río arriba en los meses de invierno, 'cuando casi la totalidad del agua de los ríos no se utiliza', y nunca superando el 5% del caudal de cada uno de ellos. El agua sería transportada por efecto gravitacional: desde la cota 624 m en la Central Ralco, su punto de inicio, hasta la cota 350 m, en el embalse Convento Viejo, VI Región.

La carretera transportaría 120 metros cúbicos de agua por segundo, sería capaz de llenar todos los embalses que atraviese y agregaría 326 mil hectáreas de tierra cultivable a la economía nacional. Demoraría diez años en construirse, a una velocidad de 100 kilómetros de carretera hídrica por año. Con el resto de los tramos (son cinco en total), se llegaría hasta Vallenar, agregando un millón de hectáreas de tierra cultivable.

AGUA DULCE BAJO EL MAR

El proyecto Aquatacama, perteneciente al consorcio francés Vía Marina, extraería las aguas de los ríos Biobío y Maule desde su desembocadura, más específicamente en el límite en que los ríos comienzan a mezclarse con el agua salada del mar.

El agua extraída será sometida a un ligero tratamiento para liberarla de elementos sólidos, antes de ingresar a un ducto submarino, que estará lastrado (no anclado) a 100 metros de profundidad. Su confección es en base a una fibra textil industrial de alta resistencia, aunque muy flexible, de apenas un centímetro de espesor, y con una resistencia equivalente a dos pulgadas de acero.

Estos tubos tendrán cuatro metros de diámetro y serán capaces de trasladar 12 metros cúbicos de agua por segundo. El proyecto pretende trasladar un total de 34 metros cúbicos por segundo, por lo que serán necesarios tres tubos submarinos. El agua será propulsada por bombas y cada 200 kilómetros será subida a la superficie para volver a sumergirla en otro tramo de 200 kilómetros.

El ducto entregará un promedio de 3 metros cúbicos por segundo de agua en cada uno de los 12 o más puntos de distribución proyectados. La velocidad de la instalación de los ductos es de ocho kilómetros por día, por lo que Félix Bogliolo, socio mayoritario de Vía Marina, calcula que la duración de las obras será de dos años. 'La ventaja de que sea submarina es que es más amable con el medio ambiente, no es invasiva, y no molestamos a nadie', dice.

EL TUBO KILOMÉTRICO QUE ATRAVIESA EL DESIERTO

El proyecto Vía Hídrica del Norte de Chile, perteneciente a un consorcio chileno-español, y que tiene un costo de 6.100 millones de dólares, también obtiene el agua del Biobío desde el límite de su salinidad, como lo hace el proyecto Aquatacama, con la diferencia de que trasladará el agua a través de tuberías terrestres mediante bombas.

Esta tubería, que irá soterrada, tendrá un diámetro de tres metros y una longitud de 2.400 kilómetros. Su primer recorrido será por la costa, donde alimentará a los poblados a través de ramales (con estos ramales incluidos, las tuberías llegarían a los 3.500 kilómetros), e irá en paralelo a la Ruta 5 a partir de Casablanca. En el Norte Grande subirá a los 2.000 metros sobre el nivel del mar, para ir bajando hasta llegar a Arica.

Transportará 30,5 metros cúbicos de agua por segundo y su construcción, asegura Antonio Domínguez, director técnico de BAG Ingenieros, demoraría tres años. 'Sería una solución para asegurarle a la población el consumo de agua potable, a la agricultura y a la pequeña minería en el norte que no puede pagar plantas de desalación', dice.

Recuadro
'El agua llegará por gravedad desde la Central Ralco hasta el embalse Convento Viejo' Maximiliano Letelier

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JUAN MORALES--