Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-09-09
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A2
Sección:   OPINIÓN - CARTAS
Centimetraje:   18x18
El Mercurio
Empresarios y COP25: ¿protagonistas u observadores?
'…durante mucho tiempo, en el mundo empresarial observábamos este debate como tema de burócratas internacionales, políticos y ONG ambientalistas…'.
Parte del mundo empresarial, incluidas las instituciones que representamos —Sofofa y el Consejo Minero—, hemos decidido ser protagonistas de la COP25, que tendrá lugar en diciembre en Santiago. Esta decisión ha levantado críticas de algunas ONG ambientalistas, parlamentarios y últimamente de algunos en el mundo empresarial. Frente a este escenario, parece necesario explicar nuestras razones y hacernos cargo de las críticas. Se nos critica por acceder a la invitación del Gobierno de contribuir a financiar su organización. Sorprende que se encuentren en esta crítica algunas ONG por representar un intento de captura, con algunos representantes del mundo empresarial, por aportar a una fiesta cuya música no ponemos.

Creemos que ambas críticas se encuentran en la nostalgia de un pasado afortunadamente largamente superado, aquel donde el mundo empresarial solo era protagonista en aquellos foros y debates donde podía anticipar y controlar su resultado. Para evitar cualquier suspicacia, siempre hemos concebido realizar este aporte en forma colectiva, transparente e institucional. Al comprometernos a este aporte, nos motiva la convicción de que encuentros como APEC y COP25, que tendrán lugar en los próximos meses en Chile, no solo son relevantes por los temas que se debaten, sino que también por representar una ventana de Chile al mundo para mostrar cómo Estado, empresa y sociedad civil se articulan y colaboran para enfrentar estos desafíos organizacionales y globales. Se nos critica porque al ser protagonistas, pasaremos a ser cómplices de las conclusiones de esta COP25.

Esas críticas parecen ignorar que en el contexto del desafío de enfrentar el cambio climático, temáticas como la descarbonización, energías renovables, bosques sumideros, electrificación o gasificación del transporte, mercado global de bonos de carbono, economía circular y protección de océanos, entre otros, no solo serán protagonistas de los debates de esa semana de diciembre, sino que, más importante, están cambiando la economía del mundo, condicionando políticas públicas, gobiernos y relaciones internacionales. Incorporarse activamente en la discusión de esta agenda como un actor más que hace sus planteamientos con transparencia e independencia parece de toda lógica; permanecer al margen de la misma es quizás la razón por la cual algunos de sus derroteros pueden resultar cuestionables. Durante mucho tiempo, en el mundo empresarial observábamos este debate como tema de burócratas internacionales, políticos y ONG ambientalistas.

El resultado era predecible: nuestra mirada no ha estado bien representada en la discusión, y el protagonismo de la agenda climática la ha tenido una visión que concibe limitar el desarrollo como única manera de enfrentar el cambio climático o que relativiza el rol del mercado y de la empresa para enfrentar con costoeficiencia este relevante desafío global. La activa presencia del sector empresarial en la COP25 es una oportunidad única de aprender, contribuir, dar contenido e incluso tensionar la discusión sobre una serie de temas que a ratos se tratan sin la objetividad y profundidad científica requerida.

Y, sobre todo, es una oportunidad única para posicionar una mirada que, con el protagonismo del mundo empresarial, hace sinérgicos los tres pilares del desarrollo sustentable según la misma ONU: el desarrollo económico, el social y el cuidado de nuestro medio ambiente. Esto, obviamente incomoda a ciertos sectores políticos y ONGs que se han tomado la agenda sin contrapeso alguno y que se conducen como poseedores de verdades reveladas, así como a algunos en el mundo empresarial que prefieren contentarse con la cómoda actividad de criticar. Somos muy conscientes de todos los riesgos que implica organizar la COP25 y en poco tiempo; sabemos que habrá discusiones muy incómodas y críticas duras al mundo empresarial, algunas de ellas sin justificación, pero preferimos formar parte de la discusión y sumarnos al desafío que ha asumido el Gobierno. En definitiva, una COP bien organizada es un éxito para el país; su fracaso no es solo del Gobierno, es de todos los chilenos. Es hora de sumarse. Hacerlo no hipoteca el legítimo derecho a discrepar, antes, durante y después del evento.
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JOAQUÍN VILLARINO Presidente ejecutivo Consejo Minero / BERNARDO LARRAÍN Presidente Sofofa-