El país está en alerta por la sequía. Desde el gobierno se convocó una mesa de acuerdo para enfrentar la escasez hídrica, se habla de darle una nueva institucionalidad al agua, y hasta se contempla la intervención artificial del clima con tecnología china.

Pero mientras se concretan los planes, hoy existen diferentes maneras de hacer frente a la mega sequía que afrontan distintas regiones del país, incluso surtir del vital líquido a localidades pequeñas y de difícil acceso: La desalinización.

El representante en Chile de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso (Aladyr) y gerente general de Vigaflow, Ivo Radic, señaló que si bien todos los esfuerzos son bienvenidos, la desalinización es la fuente de agua alternativa más sustentable que existe, después del reúso.

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En entrevista para Diario Financiero, Radic presentó la tecnología de la Planta de Ósmosis Inversa para tratar agua con "alto contenido de sales" y convertirla en salubre, de fabricación 100% chilena. Es compacta, de instalación y fabricación rápida, puede ser aplicable a todo tipo de proyectos, desde mega plantas hasta instalaciones para poblaciones de 100 personas o incluso menos.

¿Cómo funciona esto? Se toma el agua del río, se extraen las partículas en suspensión más grandes a través de unos filtros que están instalados en el terreno. Luego, el agua ingresa a unos micro-filtros para que después se eleve a alta presión y pase a través de membranas de ósmosis inversa.

La membrana toma esa agua y la separa en dos corrientes: una con agua de muy baja cantidad de sales, y otra corriente con mayor cantidad de sal.

La recuperación de esta planta se estima en torno al 75%, es decir, de 100 litros de agua que entran 75 salen purificados y 25 se van al descarte.

Los costos asociados al proceso tienen que ver básicamente con la energía, en este caso la energía que consume la planta es muy baja está diseñada con membranas de baja energía por lo tanto consume aproximadamente medio kilovatio hora (kWh) por metro cúbico. Además se debe considerar alguna dosificación de productos químicos, principalmente dispersantes que son los que permiten lograr la recuperación más alta del sistema para que no se produzcan incrustaciones.

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La planta consume filtros que son desechables, y tienen una duración de entre uno o dos meses, más el costo que pueda tener un operador o alguien que esté asistiendo a la planta regularmente.

Tal como ha ocurrido desde su invención a la fecha, desde hace más de 40 años, la tecnología para desalinizar ha disminuido sus costos de manera dramática, tanto en inversión como en operación.

El rechazo concentrado que generan las plantas de ósmosis inversa -en algunos casos- se pueden utilizar en otras etapas del proceso del mismo cliente, empresa o lugar que esté funcionando. Si está cerca del mar lo más probable es que se elimine hacia ese destino, o por alcantarillado. "Por ejemplo, si en un campo se está regando una especie con el agua purificada, se podría regar otras que aguanten más salinidad, con el agua más concentrada".

En general, el cambio climático produce que haya escasez de agua, por tanto la calidad de agua que tenemos a disposición está en peores condiciones. Por lo tanto hay que realizar los tratamientos necesarios para que esa calidad cumpla con las normativas.

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"En el caso del agua potable o de riego, que se genera del proceso de ósmosis inversa, y de otros tratamientos de este tipo, el agua se recupera para poder utilizarla. Respecto a la devolución de salmuera, por ejemplo al mar, existen técnicas bien definida para poder hacerlo de manera que no afecte flora y la fauna marina, y para eso se usan sistemas de difusión que permiten que la salinidad que hay en el punto de descarga se disipe rápidamente y no afecte el entorno marino", explicó el gerente.

Chile tiene una cantidad importante de desalación, probablemente, comparable con la de México, desde el punto de vista da América Latina.