Luego del anuncio de la suspensión de la COP25 en Chile —decisión que respaldamos ante el escenario que vive el país—, todos los que esperábamos participar de ella y generar un hito relevante en torno a la sustentabilidad tenemos hoy más que nunca una responsabilidad para seguir con ese trabajo.

Desde el Consorcio Lechero, que reúne a los principales actores del sector lácteo de Chile y que como APROVAL integramos en representación de los productores de leche de Los Ríos, hemos trabajado en torno al tema de la sustentabilidad desde hace más de cinco años, y creemos firmemente que garantizar el éxito de nuestra actividad depende de ello. Ser sustentables no es hoy día un deseo, sino un imperativo.

Una buena parte de los consumidores se vuelve cada día más exigente con los productos que demanda y debemos ser capaces de responder.

También nos enfrentamos a una población que sigue creciendo, lo que representa un desafío urgente para la industria alimentaria y donde los lácteos serán primordiales por sus efectos positivos para la nutrición. Ser capaces de dar sustentabilidad nutricional a una demanda de este tipo es un desafío del cual nuestro sector debe hacerse cargo, para aumentar su producción y entregar productos de alta calidad.

La sustentabilidad implica también un pilar social fundamental, donde tenemos una influencia importante en la actividad económica, el empleo y la calidad de vida, produciendo, transformando y entregando a la población productos imprescindibles en diferentes etapas de su vida. Nos comprometemos a continuar haciendo esfuerzos para que la cadena láctea siga siendo un promotor y agente de desarrollo social.

Todas estas iniciativas han sido plasmadas en la 'Agenda de desarrollo sustentable del sector lácteo de Chile al 2021', año en que se realizará la Cumbre Mundial de la Leche IDF en Puerto Varas, lo que nos ha servido como carta de navegación para alinear a los diferentes actores y avanzar con acuerdos hacia lo que creemos es el único camino posible para seguir creciendo, entregando productos de alta calidad y, en resumen, promover el desarrollo lácteo como verdadera energía que nos pone en movimiento.