Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2019-12-16
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A8
Sección:   Educación
Centimetraje:   34x20

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'Mi impresión es que los profesores de a poco van a pasar a un rol de coach, en el cual el aspecto humano de apoyar, incentivar, acompañar y orientar sea su tarea más importante. Estarán menos centrados en conocimientos específicos, que serán cada vez más simples de encontrar en distintos formatos', cree el académico Jorge Pérez.

Los creadores del robot iPal plantean que este podría ayudar a cubrir necesidades educativas en zonas rurales donde el material didáctico es escaso. En la imagen, dos robots en una clase de preescolar en China.
El Mercurio
El tema ha surgido en conferencias y premiaciones:
El rol de la inteligencia artificial en la educación no es reemplazar al profesor
Personalizar contenidos según los avances de cada persona y ayudar a reducir el tiempo que pierden los docentes en tareas administrativas son dos de sus grandes promesas.
Entre las iniciativas premiadas este año durante la Cumbre Mundial para la Innovación en Educación —encuentro que a fines de noviembre reunió a más de 3 mil personas en Qatar— está Botter, un programa que simula mantener una conversación con una persona y le ayuda a aprender un idioma, explicando conceptos y haciendo preguntas dependiendo de su nivel de progreso: gracias a la inteligencia artificial, el sistema es capaz de identificar los avances de cada usuario.

La inteligencia artificial supone contar con máquinas capaces de percibir su entorno y llevar a cabo acciones específicas según lo que ocurra en este. Un ejemplo avanzado de cómo este concepto se está introduciendo a la educación es Ipal, un robot que asiste a los educadores de párvulos de la provincia de Jiangsu, al este de China. Entre sus funciones está contar cuentos y hacer preguntas a viva voz a los niños, todo ajustado a la materia que se esté enseñando. Al notar que las responden correctamente, el robot reacciona moviendo sus brazos de arriba a abajo.

En la región

No es necesario ir lejos para encontrar otros ejemplos de iniciativas que están incorporando inteligencia artificial a la sala de clases. En Brasil, la plataforma Geekie se ha hecho conocida por reconocer si a una persona le resulta más fácil estudiar cierto contenido mediante texto, viendo videos o quizás probando un juego didáctico. Esto lo hace combinando datos y algoritmos según la forma en que los niños completan ejercicios.

En Chile, el emprendimiento tecnológico Kimche trabaja hace tres años con la idea de erradicar el libro de clases físico y hacer más fácil la labor administrativa de los docentes. 'Tenemos varios servicios de visualización de datos, un sistema de corrección de pruebas con fotos desde el celular basado en inteligencia artificial y sistemas de toma de asistencia escolar, también con fotos desde el teléfono', indica el ingeniero UC Sebastián Arentsen, fundador de Kimche.

Jorge Pérez, académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la U. de Chile e investigador del Instituto Milenio Fundamento de los Datos, advierte que el término inteligencia artificial es muy amplio, por lo que especifica que 'sistemas de recomendación se pueden utilizar para proponer nuevos cursos a estudiantes cuando hay libertad de elección. Métodos de predicción se pueden usar también para determinar probabilidades de que ciertos estudiantes fallen en el futuro o para predecir, por ejemplo, el riesgo de que dejen la escuela y así tomar medidas preventivas a tiempo'.

Generar interés

Ante tantos avances, el panel que hace unas semanas se reunió en la U. de Columbia (EE.UU.) a discutir sobre el rol de la inteligencia artificial en el aprendizaje —la conferencia, auspiciada por la Unesco y WISE, se tituló

¿Dónde encaja la inteligencia artificial en el aula? Explorando mitos, realidades y riesgos de llevar la IA al futuro de la educación— se preguntó si a largo plazo los profesores corrían peligro de ser reemplazados. La respuesta unánime fue que no. Frente a este nuevo mundo tecnológico donde la programación será clave, entre otras cosas, los docentes serán los encargados de motivar a sus alumnos a imaginar y crear, indicó Paulo Blikstein, académico de la U. de Columbia.

'Existen competencias humanas que no pueden ser replicadas por sistemas de inteligencia artificial, como el desarrollo de relaciones interpersonales, la capacidad de generar interés en los alumnos, inspirar, relacionarse con otros', plantea Sebastián Arentsen.

De todas formas, el panel sí dijo que había elementos que le preocupaban. Mientras que André Perry, investigador de la Brookings Institution, un centro de investigación dedicado a las ciencias sociales, confesó estar inquieto por lo pequeño y cerrado que es el mundo de los desarrolladores —lo que supone menos miradas en relación con los temas educativos que se levantan, dijo—, Blikstein comentó que es importante no descuidar que la nueva tecnología suponga la exposición de datos privados, especialmente de menores.
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M. CORDANO-