Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-01-21
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   10
Sección:   Donde Vivir
Centimetraje:   29x24

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La Universidad San Sebastián en Recoleta, enorme edificio que, según sus críticos, rompe con su entorno.

A la izquierda el Centro Eiffel en Quito, Ecuador. A su lado, un templo en Coquimbo, ambos edificios catalogados como feos según @edificios.feos
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Se trata de una cuenta en Instagram que tiene más de 7.000 seguidores
Hay un cyber debate abierto sobre construcciones polémicas
Los usuarios de la plataforma discuten sobre estilo, relación con el entorno, proporciones y uso de materiales, entre otros.
Aunque el concepto de fealdad o belleza depende del ojo de quien mira, el mundo que nos rodea ha determinado ciertos patrones que definen cuando algo o alguien es bonito o feo. Como explica Danae Santibáñez, social media editor de ArchDaily, 'la base del concepto de belleza en arquitectura está asociada a una serie de acuerdos estéticos que involucran proporciones y balances armónicos'.

Algunos de esos acuerdos fueron los que abrazaron un grupo de arquitectos en septiembre del año pasado, cuando tras estudiar un edificio 'de vidrios calipsos y volumetría torpe que nada tenía que ver con el resto del barrio', ubicado en la comuna de Recoleta, decidieron crear la cuenta de Instagram @edificios.feos, donde recopilan imágenes de proyectos que pudieran ser catalogados como feos según varios factores, entre ellos: los diseñados sin cariño, levantados rápidamente; los que fallan tremendamente en las proporciones o en la correcta combinación de estilos y materiales; y los que no dialogan con su entorno y son presuntuosos, soberbios y torpes.

Uno de estos últimos es quizás una de las construcciones que más ha llamado la atención de estos usuarios web: la sede en Recoleta de la Universidad San Sebastián, construcción que según Diego Iturriaga, docente de la facultad de Arquitectura de la Universidad Andrés Bello, tiene un problema no en su escala, sino en su emplazamiento. 'La U. San Sebastián no tiene una escala mayor al edificio de la U de Chile, pero la diferencia es cómo genera los cambios entre la vereda y la fachada principal', dice. Mientras la U. San Sebastián está frente a la calle, la escuela de Derecho 'tiene un atrio o un espacio entre la vereda, una zona de acceso, un pórtico de acceso y de ahí entras al edificio. Hay un espacio suficiente para valorar más el espacio público respecto al edificio'.

De todo el mundo

Con más de 7.000 seguidores tras unos cuantos meses al aire, @edificios.feos recibe aportes de varios países. Uno de ellos es el Centro Eiffel ubicado en Quito, Ecuador, y que refleja un poco la opinión de José Tomás Franco, editor de Plataforma Arquitectura: 'Veo una arquitectura totalmente desconectada de su contexto inmediato, llena de formas caprichosas y poco funcionales. Es una arquitectura narcisista que no se reconoce como parte de un barrio' dice. Sobre este ejemplo, Iturriaga, de la U. Andrés Bello, comenta que 'ese tipo de edificios, que son como una estampilla del modelo francés termina siendo una caricatura de algo que no es tan simple. La Torre Eiffel es un hito urbano que si bien tuvo una respuesta inicial de rechazo, hoy es respetado, entonces cualquier representación de ello termina siendo una caricatura de lo que se quiere hacer', comenta.

El más comentado

'Hay que considerar que las percepciones de lo bonito van cambiando en el tiempo. Hay construcciones que hoy son adoradas y que algún tiempo atrás fueron odiadas y catalogadas de feas', comenta Danae Santibañez, de ArchDaily, ejemplificando con la mentada Torre Eiffel. Quizás eso pase con el que fuera catalogado como el edificio más feo del 2019: un templo religioso ubicado en la ciudad de Coquimbo y que, según Carolina Montebruno Trujillo, arquitecta y jefe de proyecto de Grupo Gourmet, 'simplemente parece una maqueta mal confeccionada, su diseño es agresivo y no representa lo que debe representar como misión general'.

Más sutil es Diego Iturriaga, quien lo califica como caprichoso: 'Aunque no lo encuentro tan terrible como en otros casos, esto se puede definir como capricho, donde la motivación radica en el imaginar esto que parece ser una construcción de una imagen, algo que no tiene mucho valor y termina siendo una caricatura', dice, sabiendo que se trata de una edificación que seguramente estará mucho tiempo allí. 'Es un edificio que seguramente va sobrevivir los próximos 50 años y no sabes si eso va a generar algo positivo o negativo, porque un edificio no es una imagen, es un lugar, es un uso. Es más que el como se vea', asegura.
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DAVID ALBRECHT-