Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-02-26
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): B4
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Sección: Economía y Negocios - Análisis
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Centimetraje: 15x18
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Cuando niña, las últimas semanas de febrero producían en mí una enorme ansiedad que me impedía disfrutar de las últimas tardes de comer moras y andar a caballo sin preocupaciones. Esta inquietud se veía incrementada por los avisos de artículos escolares que empezaban a invadir el ambiente y al ver a mi mamá marcando uniformes y haciéndonos la basta crecedorcita para que llegáramos perfectas a los primeros días de colegio.
En la medida en que fui creciendo, el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo hacía que la ansiedad a veces se tornara angustiante, pero en este marzo post 18-O la sensación de caos y crisis generalizada a mi alrededor ha ido aumentando. En medios y en redes sociales proliferan vaticinios alarmistas que parecieran estar anunciando el Apocalipsis.
A pesar de que este marzo podríamos estar volviendo al trabajo entre protestas, encapuchados y saqueos, con un dólar por las nubes y crecimiento nulo o negativo para este primer trimestre, creo importante darle vuelta a esta profecía autocumplida y hacer cambios profundos desde mi trabajo para intervenir de alguna forma en la elaboración de un relato constructivo y esperanzador. Es urgente tender nuevos puentes entre empresas, personas, gremios, innovadores, científicos y el gobierno, buscando la transformación de los negocios del futuro y la generación de políticas públicas que se traduzcan en mayor prosperidad y sustentabilidad para Chile y la región.
Sé que no es tarea fácil y que los cambios profundos que se avecinan exigen miradas de futuro y altura de miras a empresas e instituciones por igual, entre otros salir de la lógica cortoplacista del resultado y entender que las empresas se deben también a la creación de bienes públicos.
Con el objetivo de seguir evolucionando de manera alineada con los requerimientos de una revolución digital que está empujando profundos cambios sociales, políticos, culturales y medioambientales, estoy convencida de que impulsar una agenda en estos ámbitos desafía a Chile a convertirse en un modelo mundial y referente de una sociedad más abierta, solidaria y empática. No caigamos en vaticinios destructivos y seamos actores de este cambio que viene, para que sea una transformación que traiga mayor justicia social, crecimiento y bienestar para Chile.
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ROSARIO NAVARRO Vicepresidenta de Sonda y miembro del Comité Ejecutivo y consejera Sofofa-
Nex Prensa Escrita
Cuando niña, las últimas semanas de febrero producían en mí una enorme ansiedad que me impedía disfrutar de las últimas tardes de comer moras y andar a caballo sin preocupaciones. Esta inquietud se veía incrementada por los avisos de artículos escolares que empezaban a invadir el ambiente y al ver a mi mamá marcando uniformes y haciéndonos la basta crecedorcita para que llegáramos perfectas a los primeros días de colegio.
En la medida en que fui creciendo, el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo hacía que la ansiedad a veces se tornara angustiante, pero en este marzo post 18-O la sensación de caos y crisis generalizada a mi alrededor ha ido aumentando. En medios y en redes sociales proliferan vaticinios alarmistas que parecieran estar anunciando el Apocalipsis.
A pesar de que este marzo podríamos estar volviendo al trabajo entre protestas, encapuchados y saqueos, con un dólar por las nubes y crecimiento nulo o negativo para este primer trimestre, creo importante darle vuelta a esta profecía autocumplida y hacer cambios profundos desde mi trabajo para intervenir de alguna forma en la elaboración de un relato constructivo y esperanzador. Es urgente tender nuevos puentes entre empresas, personas, gremios, innovadores, científicos y el gobierno, buscando la transformación de los negocios del futuro y la generación de políticas públicas que se traduzcan en mayor prosperidad y sustentabilidad para Chile y la región.
Sé que no es tarea fácil y que los cambios profundos que se avecinan exigen miradas de futuro y altura de miras a empresas e instituciones por igual, entre otros salir de la lógica cortoplacista del resultado y entender que las empresas se deben también a la creación de bienes públicos.
Con el objetivo de seguir evolucionando de manera alineada con los requerimientos de una revolución digital que está empujando profundos cambios sociales, políticos, culturales y medioambientales, estoy convencida de que impulsar una agenda en estos ámbitos desafía a Chile a convertirse en un modelo mundial y referente de una sociedad más abierta, solidaria y empática. No caigamos en vaticinios destructivos y seamos actores de este cambio que viene, para que sea una transformación que traiga mayor justicia social, crecimiento y bienestar para Chile.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-02-26
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): B4
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Sección: Economía y Negocios - Análisis
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Centimetraje: 15x18
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