Hasta el 80% de las personas contagiadas con coronavirus pueden ser asintomáticas o desarrollar síntomas leves, por lo que probablemente no se someterán a exámenes para saber si están infectadas. La mayoría no presentará fiebre, por lo que ni siquiera cumplen el criterio mínimo para ser testeados en el sistema público. Al no ser detectados ni ser sometidos a aislamientos o cuarentenas obligatorias, se convierten en los principales transmisores de la infección.

Este es el factor más relevante que están considerando las proyecciones de contagio del covid-19 en la población chilena, que modelan los científicos de la fundación Ciencia&Vida, uno de los cuatro grupos de científicos que asesoran al Gobierno, proponiendo escenarios para desacelerar la propagación de la enfermedad. El biólogo computacional Tomás Pérez-Acle, director del centro, destaca que por esto, iniciar test rápidos masivos es la tarea más urgente que debe asumir la sociedad chilena en el combate a esta pandemia.

'La cuarentena ayuda, pero no es suficiente ni debe ser la única arma. Es como si ya tuviéramos los materiales para levantar una casa, pero también necesitamos clavos, martillos y otras herramientas. Aparte de la cuarentena, requerimos el test rápido para identificar a los asintomáticos y con bajos síntomas que son infectivos y sumarlos lo antes posible a la cuarentena', plantea.

En eso está concentrado su equipo, que hace 10 años trabaja en determinar cómo la información que maneja la gente influye en la propagación de enfermedades infecciosas. Los resultados que arrojan los modelos que han elaborado desde que se integraron a asesorar al Ministerio de Ciencias, tras el primer contagio de covid-19 registrado en el país, respaldan la estrategia del Gobierno de optar por cuarentenas dinámicas, estratégicas y selectivas, por factores como índices de prevalencia, densidad de población y hacinamiento. Privilegiando la vida, 'pero tratando de mantener a flote un pedazo de nuestra alicaída economía', afirma Pérez Acle.

Sus modelos arrojan que al término de 400 días, una cuarentena total termina con el mismo número de contagiados que una que alterne ciclos alternados de cuarentenas totales y parciales. Y si esos ciclos alternados son de 14 días (el tiempo que un contagiado crítico sale de una Unidad Intensiva), el peak máximo de contagiados se desplaza 21 días sobre la situación de cuarentena total. Más aún, según el experto, se generan subpeaks que mantienen a las UCI y al sistema sanitario siempre ocupados, pero sin verse sobrepasados.

Los modelos de Pérez muestran que la eficiencia mejora con la aplicación de testeos masivos que detecten a los asintomáticos y con síntomas leves. 'Si llegamos a aplicar 15 mil test por millón de habitantes, podríamos reducir en cuatro veces el número de infectados totales que vamos a tener al final del período', sostiene.