Señora Directora: El pasado domingo 17 de mayo se conmemoró el Día Mundial del Reciclaje, declarado por la UNESCO en 2005. Llevábamos hasta ahora varios años optimistas, con leyes y normativas proreciclaje, una importante participación ciudadana en la separación y gestión de residuos, y el compromiso 'verde' de muchos países y empresas. Sin embargo, este 2020 el escenario es completamente diferente, incierto y casi adverso, en donde hoy la prioridad no es reciclar, sino sobrevivir.

El Covid-19 a nivel mundial ha dificultado en extremo el reciclaje tanto al interior del hogar como en toda la cadena. Puntos limpios cerrados y restricciones horarias y dificultades para el libre tránsito que impiden el trabajo de recicladores de base, han sido los mayores impedimentos para el normal funcionamiento del rubro. Pero pese a los obstáculos, nuestra industria se ha mantenido operativa y en gran medida, aportando a mantener la cadena de abastecimiento de alimentos a nivel país. El país necesita retomar la velocidad de las normativas, sin renunciar a la precisión y calidad de la reglamentación y, por supuesto, respetando siempre los principios de participación, libre competencia, gradualismo y jerarquía en el manejo de los residuos.