Cuando expertos de la U. de Chile se propusieron investigar a fondo el brote en el Saint George's, primer colegio en cerrar sus puertas por el covid-19, la logística parecía casi imposible.

Para dimensionar el contagio y, sobre todo, rastrear el rol de los niños, pensando en el debate sobre el eventual retorno a clases, debían testear anticuerpos en más de mil personas y reunir información sobre sus síntomas. Todo esto se logró con el envío de test a domicilio y una encuesta online en que participaron 1.009 alumnos y 235 funcionarios del establecimiento, elegidos al azar.

Los resultados arrojaron datos hasta ahora insospechados sobre el brote en la comunidad escolar, del que no se sabía mucho más fuera de que 52 personas dieron positivo en test PCR. Entre ellos, que los niños no serían grandes vectores del virus.

Foco en los adultos
Entre los alumnos, la tasa de positividad en el test de anticuerpos llegó, en promedio, a 9,9%, mientras que entre los adultos del colegio fue de 16,6%. La cifra fue más alta entre los docentes, llegando a 20,6%.

En el caso de los menores, hubo test positivos en todos los cursos, pero los que más se habrían infectado son los de preescolar (12,3%), lo que coincide con que varios de sus profesores se contagiaron.

'Da la idea de que los niños, cuando se contagiaron, lo hicieron más frecuentemente a partir de adultos y no al revés', dice Juan Pablo Torres, pediatra y director de Innovación de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.

Esta conclusión fue coherente con el análisis hecho de la curva de casos confirmados vía PCR en el colegio. De un total de 52, solo siete fueron alumnos y el resto, funcionarios y apoderados.

De hecho, al reconstruir la dinámica de transmisión detectaron, señala Torres, que 'aparecían muchos casos de padres contagiados cinco o seis días después de que hubo reuniones en el colegio'.

Entre los niños, además, la sintomatología fue considerablemente más leve: un 40% de los que dieron positivo en el test de anticuerpos no reportó sentir ninguna molestia. Entre los funcionarios que se habrían infectado, en tanto, solo 18% fue asintomático.

Pistas para el retorno
Miguel O'Ryan, infectólogo y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas del plantel -encargado junto a Torres del estudio, en que también participaron expertos de otras instituciones- enfatiza que se deben mirar los hallazgos con cautela, pues lo ideal sería replicar la experiencia en otros colegios.

Con todo, señala que se podría inferir que en el retorno habrá que 'preocuparse por los profesores, fundamentalmente, y de la transmisión en reuniones'.

Añade que la información levantada en torno a los alumnos 'puede ayudar a dar un poquito más de tranquilidad a la comunidad de papás, que está aterrada ante la posibilidad de llevar a sus niños al colegio'.

El rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, destaca que 'estos datos que aporta nuestro estudio serán importantes a la hora de tomar decisiones para el sistema educacional'.

El también médico Humberto Soriano, expresidente de la Sociedad Chilena de Pediatría, coincide y señala que, en línea con las conclusiones, habrá que incrementar los resguardos de los profesores: 'Tienen que mantenerse a distancia de los alumnos, con mascarillas, escudo facial y antiparras'.