'El trabajo en la emergencia sanitaria' se titula una inédita encuesta elaborada por la Fundación Carlos Vial Espantoso, que indagó en múltiples variables en torno a cómo los trabajadores están viviendo la crisis del covid-19 y las respuestas y condiciones laborales vigentes en sus empresas, en medio de esta pandemia.

Para elaborar el informe —y a diferencia de otros estudios hechos por la entidad, que se enfocan en los dirigentes sindicales—, esta vez la fundación amplió el análisis hacia la fuerza laboral, en general, de Chile, para lo cual encuestó a 1.250 trabajadores, de los cuales 820 están efectivamente trabajando y el saldo corresponde a desempleados y jubilados, entre otros.

Entre los consultados hay chilenos (95%) y extranjeros (3%); dos tercios son de la RM y un tercio de regiones; el 39% labora en grandes empresas —y el resto se divide entre micro, pequeñas y medianas empresas, sector público, educacional y sin fines de lucro—, y la mayoría (73,7%) tiene contrato indefinido.

El levantamiento de datos ocurrió entre el 22 de abril y 5 de mayo.

De los que están activos, el 56% de los consultados está teletrabajando —44% está con trabajo presencial—, y consultados sobre los implementos que les ha entregado su empresa para realizar el teletrabajo, 64% declara que le han facilitado el computador portátil, aunque un 29% contesta que la empresa no le ha entregado ningún tipo de implemento, ni cobertura de internet, ni electricidad. De hecho, solo un 15% contesta que la empresa le paga, al menos, una parte de la cuenta mensual de internet (ver infografía).

Y al preguntarles cómo calificarían su experiencia con teletrabajo, un mayoritario 59% responde agradable o muy agradable, y solo un 10% tiene la visión opuesta.

En el promedio general, las empresas obtienen una nota de 5,4 —en una escala de 1 a 7—, al preguntarles a los trabajadores cómo la compañía ha sobrellevado la emergencia sanitaria. Sin embargo, hay industrias o sectores que están bajo ese promedio, como la enseñanza (con una nota 4,1, es el peor evaluado), mientras hay otros que están muy bien evaluados, como el suministro de energía (con una nota 6,5, es el mejor evaluado).

Uno de los gráficos ilustra dónde están las mayores preocupaciones de los trabajadores, segmentado por subgrupos, es decir, alta gerencia (dueños, directores, gerente general); nivel alto (gerentes y subgerentes de área); nivel medio (profesionales, coordinadores) y nivel base (operarios, técnicos, auxiliares, etc.).

A nivel de alta gerencia, la mayor preocupación es que el negocio quiebre —41% así lo responde—, una respuesta que congrega incluso más atención que contagiarse a sí mismo o a la familia. En el nivel alto, en cambio, la mayor preocupación es contagiar a la familia o cercanos, y es además el grupo en que aparece con mayor incidencia (7,3%) la salud mental.

Y aunque en los dos grupos que siguen la mayor preocupación es el contagio de la familia, la segunda mayor preocupación es perder el empleo: 24,6% así lo contesta en el nivel medio y 25,6%, en el nivel base, ambas por sobre el temor al contagio propio.