Harald Beyer fue miembro de la llamada Comisión Marcel. Con esta experiencia, el actual rector de la UAI es enfático en que el retiro del 10% que se está legislando no resuelve ningún problema. 'Este proyecto destruye la idea misma de la seguridad social. ¿Por qué se obliga a cotizar? Porque la gente es imprevisora, y la forma en que se legisla válida esa imprevisión. Me parece grave desde el punto de vista de fundar un sistema de seguridad social, más allá de si es basado en aportes privados o en sistemas de reparto'. Y agrega: 'Lo que corresponde es presionar al Gobierno para que diseñe un buen mecanismo de apoyo a los grupos más afectados en esta crisis. Ese buen sistema de apoyo todavía no se ha producido del todo. El Gobierno privilegia, por así decirlo, usar los recursos en el apoyo a la reactivación —que va a ser necesaria—, pero creo que ese balance que el Gobierno está haciendo no es el adecuado'.

—¿La ayuda a la clase media ha sido insuficiente?

'A los gobiernos hay que evaluarlos desde el punto de vista de sus programas de gobierno. Parte del éxito electoral que tuvo el Presidente Piñera estuvo asociado a esta idea de la protección de las clases medias. Pero cuando el electorado siente una cierta inconsistencia entre la razón por la que lo eligió y lo que efectivamente observa, se produce una disociación que se traduce en un castigo. Esto ya comenzó a debilitarse cuando el Gobierno anunció su Clase Media Protegida, que era un programa muy insuficiente para lo que prometió. Hoy día termina de coronarse con una protección que me parece insuficiente para los grupos que están siendo más afectados por la pandemia. El Gobierno piensa que hay una oportunidad de que la economía se reactive fuertemente, eso requiere un impulso fiscal importante y quiere poner ahí las fichas para que luego las personas que lo pasaron mal recuperen más rápido sus condiciones de vida anterior. Pero lo que la gente está viviendo es una escasez ahora. El Gobierno no ha logrado dimensionar adecuadamente esa situación'.

—El Gobierno dijo que había que entrar en una cirugía mayor a la reforma de las pensiones. ¿A qué debiera apuntar?

'La Comisión Marcel planteó la necesidad de un equilibrio entre solidaridad y capitalización individual. No tiene mucho sentido plantear que el sistema privado tiene que desaparecer. Si esto supone cuatro o cinco puntos, me parece que es una discusión más política que técnica. Personalmente, creo que incluso si se aprobara con seis puntos yendo a solidaridad, no me parece tan grave, en la medida en que se refuercen los dos pilares, que se diga que tenemos que tener un esquema mixto y que se perfeccione el sistema privado (...) Ver cómo podemos lograr que el sistema sea un poco más barato para los cotizantes. Y asegurar que sea consistente intertemporalmente el sistema solidario. Yo me inclino más por que la solidaridad sea más intrageneracional que intergeneracional'.

—¿Solidaridad y no reparto?

'Claro, no de reparto. Es preferible que una parte vaya a capitalización individual y el Gobierno buscará la forma de lograr que eso ocurra, pero no me parece fundamental'.

—¿Cómo hacer más barato el sistema? ¿Qué hacer con la legitimidad de las AFP?

'Partiendo por la segunda parte, creo que es un planteamiento equivocado. Si uno dijese, ¿cuál es la institución menos legítima hoy día en el país? Es el Congreso, y nadie cree que haya que eliminar el Congreso, sería una estupidez. ¿Aportan las AFP o el sistema de capitalización individual privado a generar un sistema de pensiones? Creo que sí. ¿Cómo lograr que sea el mejor socio posible? Eso significa dos cosas: que manejen eficientemente y con bajos riesgos los fondos de pensiones. Lo otro es que el precio al que las AFP ofrezcan sus servicios sea el menor posible. Ir ampliando el esquema de licitación, que ha funcionado bastante bien, pero que es solo para nuevos entrantes. Si uno hiciera crecer el grupo de personas que es licitado, generaría inmediatamente más competencia, las AFP estarían interesadas en mantener a los clientes y competirían por menores tarifas'.

—¿Ampliar la licitación a los antiguos?

'Exacto, y con un sistema de default para la gente que no quiere ser licitada'.

—¿Ve alguna posibilidad de que en el Senado rechace el proyecto de retiro del 10%? ¿El Gobierno debiera allanarse y sumarse al proyecto poniéndole bordes?

'¿Por qué uno querría apoyar un proyecto que no resuelve ningún problema y genera otros? ¿Por temores? ¿Por ganar una pequeña caricia de la ciudadanía? Esto no va a cambiar la legitimidad del mundo político tampoco. Es renunciar a la tarea política —que es conducir y liderar—, tratar de tener soluciones fáciles. Uno esperaría que los senadores ejercieran un liderazgo y demostraran por qué son senadores y no diputados. Esperaría que muchos senadores se convencieran de que esto no es una buena idea y que prefirieran rechazarlo. Esta falsa sintonía que quiere tener el mundo político con la ciudadanía creo que no se corresponde con la calidad de nuestra ciudadanía, que es muy superior a la que los políticos piensan y que está dispuesta a escuchar, a entender y a dejarse convencer por argumentos sensatos y razonables'.

—¿Cómo debería mejorarse la ayuda a las clases medias?

'Las clases medias han experimentado un claro retroceso en estos meses, sin que hayan tenido ningún control sobre ese retroceso. Es un fenómeno totalmente exógeno y los gobiernos tienen que tratar de proteger ese daño. La gente tiene que sentir que el Estado le está prestando una ayuda relativamente sencilla de tramitar y aplicar, por un período acotado. Que haya un piso mínimo es importante para los grupos medios, y creo que la percepción es que ese piso todavía no está bien armado. Todas las transferencias que estamos viendo son directas. De lo que el Gobierno no nos ha convencido es que estén todos cubiertos. Tiene que ofrecer garantías a la ciudadanía de que va a haber ese piso y que nadie va a quedar por debajo. En ese punto tiene que insistir el Gobierno. Tiene que lograr el equilibrio apropiado entre lo que es la protección actual y la reactivación'