Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-08-09
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   D4-D5
Sección:   Reportajes
Centimetraje:   53x34
El Mercurio
Mario Desbordes, titular de Defensa:
“La derecha social es incómoda para un sector que ha controlado por 30 años qué decir para ser de centroderecha”
El ministro de Defensa aborda su llegada al gabinete de Piñera, los desafíos de su nueva cartera, el futuro del partido que presidía hasta la semana pasada, sus controversias antes de entrar al Gobierno y las alternativas que rodean el plebiscito de octubre.
MDN. Las iniciales bordadas en el bolsillo superior del uniforme señalan claramente el dueño. Mario Desbordes (51) ya recibió su tenida de campaña y espera el momento, colgada, en la enorme oficina del Ministro de Defensa Nacional.

Una igual hizo famosa a otra ministra y pavimentó su ascenso como la primera Presidenta de Chile… Se ríe cuando mencionamos la emblemática imagen de Michelle Bachelet, vestida de campaña, a bordo de la mowag. 'Fue un caso excepcional', dice el flamante ministro, 'impactó a Chile entero ver a una mujer en un tanque; verme a mí, probablemente, causaría hasta risa'. El abogado y excarabinero no se altera, en ese estilo pausado pero firme que molestó a varios en su partido y sector, mientras Desbordes escalaba en las encuestas y redoblaba su apuesta de 'derecha social' tras el estallido de octubre.

Su apoyo al retiro de fondos de pensiones cosechó ácidas críticas incluso de antiguos aliados, como el expresidente RN Carlos Larraín. Justo ahí lo llamó Piñera, por segunda vez; en octubre habían 'concordado que era más útil en el partido, en el Congreso, que pudiera colaborar e influir en el acuerdo del 15 de noviembre', explica.

—Buena movida del Presidente sumar al 'más díscolo' al equipo, ¿premio o castigo si quería ser senador?

—No me considero el más díscolo, he votado siempre, o casi siempre, con el Gobierno. Nunca he presentado un proyecto inadmisible, he sido la única voz que ha defendido al Presidente en el acuerdo de noviembre, en su foto en la Plaza Baquedano o en el funeral de su tío. El resto se queda mudo. Lo de senador, murió, me voy a dedicar al Ministerio de Defensa, a trabajar con el Presidente y a apoyar al Gobierno en temas que van un poco más allá de este ministerio.

El llamado llegó junto con el entusiasmo de encuestas en la Región Metropolitana, 'incluso mejores de lo que esperaba'. Piñera le dijo que quería 'darle peso político al gabinete' y sumarlo al 'equipo donde vamos a conversar las cosas políticas'. 'Aunque la guata me decía otra cosa, no le podía decir al Presidente que no, si me convoca en estos momentos de crisis, con un año y medio por delante que va a ser histórico para Chile'.

—¿Ahora se arrepiente de la derrota que significó para el Gobierno el proyecto para retirar el 10% que usted aprobó?

—El error fue plantearlo como gobierno-oposición, que nunca fue; no puede ser derrota del Gobierno cuando la mitad de sus parlamentarios aprueba.

—Entonces, ¿se equivocó el Gobierno al ofrecer créditos para que la gente no recurriera a sus pensiones?

—Las medidas son buenas, contundentes. La propuesta del Gobierno va a salvar a miles de familias, pero los recursos fiscales son limitados, y hay miles de familias que no van a acceder. En ese escenario, esta es una alternativa. Me sorprenden quienes han sido tan dramáticos en su crítica, lamento que personas tan inteligentes no sean capaces de ponerse en los zapatos de esas familias, de esas pymes. Si alguien cruzó su línea ideológica fue la oposición, no nosotros, reconociendo que la capitalización individual es un hecho y es positiva. Después de aprobada aparecen informes de que tendrá impacto positivo en la economía, en la reactivación y, por ende, en la recuperación de cientos de miles de empleos.

—¿Le duele que le digan populista?

—No, es una muletilla cuando no quieren discutir el fondo de los proyectos. Me duele que intelectuales, hombres y mujeres de mi sector, tengan tan poca profundidad en el análisis, se queden en el manual. Dicen con razón, 'esto no es correcto' y descalifican groseramente; nos han tratado de cobardes, de inmorales, pero falta la segunda derivada. Es un poco tristón decir que la gente que no llega a fin de mes, que no está cubierta, se las arregle. Pudimos debatir en qué contexto sacar, quiénes, pero se polarizó a tal nivel que se transformó en una lucha de buenos y malos. Sí logramos que se rechazara ese fondo solidario que era una barbaridad. Valoro muchísimo el esfuerzo intelectual de Nicolás Eyzaguirre, que se tomó la molestia de proponer una alternativa, porque no está con el retiro de fondos. Muchos otros no han sido capaces.

—¿En qué pie enfrenta el Gobierno otro proyecto popular, como el impuesto a los 'súper ricos', ahora que se corrió el cerco?

—Es un muy mal proyecto, muy mal diseñado, y toda la experiencia comparada demuestra que no va a recaudar lo suficiente, que es muy fácil eludirlo. Toda propuesta debe tener siempre una dimensión técnica, una política y una simbólica. El impuesto a los 'súper ricos' quizás cumple solo la simbólica, de que aporte más quien tiene más, pero no se va a cumplir. El Presidente y el Gobierno han planteado gravar los bienes raíces de mayor patrimonio, una vía más objetiva.

Chicago y Friburgo

—¿Quedó descabezada esa 'derecha social' que usted encarna y que se había vuelto incómoda?

—En absoluto, la derecha social es incómoda para un sector que ha controlado por 30 años qué decir para ser de centroderecha. En RN impulsamos exactamente lo mismo que el Partido Popular español o el de Merkel, en Alemania. No impulsamos ideas de izquierda cuando hablamos de un sistema mixto de pensiones, como propone el Presidente Piñera. No estamos inventando la nueva derecha, es la centroderecha histórica; tengo los documentos de Sergio Onofre Jarpa. Cito continuamente a Luigi Zingales, el nuevo ministro vocero también es economista de Chicago y debe ser de las personas más conectadas con la realidad social en la centroderecha. Esto no es una pelea entre los de Chicago y los de Friburgo (Alemania), perfecto los que se sienten cómodos con la economía de mercado a secas, a mí me falta una parte sin el concepto 'social' de Ludwig Erhard. No me peguen por eso.

—¿Qué relación tendrá con RN?, ¿quiénes son sus herederos?

—Agradezco la crítica constructiva de Pablo Ortúzar, Claudio Alvarado (IES), Hugo Herrera y Daniel Mansuy. Dicen que hemos puesto banderas, pero falta darles contenido y vamos a hacer ese trabajo, en el tiempo libre, con dirigentes, parlamentarios, alcaldes.

—¿También con Libertad y Desarrollo?

—En esto pensamos distinto, y es legítimo. Hay vertientes distintas que se complementan y son necesarias para una coalición. Las bases, los parlamentarios y alcaldes de RN se identifican mayoritariamente con esta visión que suma la mirada humana a la técnica.

—¿Le gustaría que la diputada Paulina Núñez fuera la próxima presidenta?

—Por supuesto que me gustaría alguien que continuara este trabajo, pero no me voy a involucrar en la elección de RN. Rafael Prohens es un muy buen presidente en este rato y Paulina Núñez tiene todos los méritos para ser la primera mujer presidenta de RN, así como yo fui el primer presidente de liceo con número.

Efectos del cambio

—¿Logró su cometido el cambio de gabinete, agrupar fuerzas y restablecer la armonía en Chile Vamos para enfrentar a la oposición?

—Antes del cambio, estábamos trabajando con la senadora Van Rysselberghe y el PRI para retomar las reuniones, limar las asperezas. Ayer conversábamos con la ministra Rubilar y el ministro Monckeberg, somos muy cercanos, sobre proyectos importantes donde se podrá lograr acuerdos y veo a representantes de oposición dispuestos a conversar. Un sector amplio de la oposición ha estado disponible para los acuerdos.

—Sin embargo, en bloque firmaron un documento criticando la Cuenta Presidencial y han dificultado las leyes para la agenda social.

—Nosotros hicimos lo mismo. Desdramatizaría todos esos gestos que tiene que hacer un sector ad portas de un año electoral. No nos quedemos en las formas, no significa que no haya parlamentarios dispuestos a dialogar. Quizás el acuerdo en la reforma de pensiones sea un poco más difícil hoy que antes del retiro de fondos, pero confío en la ministra del Trabajo, que es muy capaz, el esfuerzo del Gobierno y la buena disposición de los parlamentarios.

—¿No ve una oposición más polarizada y una izquierda más fuerte, que pone el tono del debate?

—Esa oposición tiene más tribuna, es más noticioso el que bloquea que el que conversa. Lo dije en la comisión de Defensa, sé que diputados van a votar todo en contra del proyecto del Sistema Nacional de Inteligencia, es legítimo y no significa que quieran destruir Chile, como tampoco acepto que me hablen de 'proyecto fascista'. Despejemos la guerrilla pequeña y tratemos de llegar a acuerdos con los que quieran.

—¿Sigue pensando que el Apruebo es la mejor opción en el plebiscito?, ¿o el Gobierno debería dejar la neutralidad para evitar una derrota?

—No he cambiado de opinión, pero el Presidente nos ha pedido no opinar. No creo que el plebiscito sea una medición entre el Gobierno y la oposición. Muchas personas que apoyan al Gobierno están por el Apruebo. Hay que tener los cuidados para que el resultado del plebiscito no termine llevando al Gobierno a una derrota o a una victoria. El Gobierno debe mantener la neutralidad, pudiendo los ministros manifestar o no su opinión, una decisión que el Presidente tiene que ir revisando permanentemente.

—¿Ayudaría que los ministros hicieran pública su posición?

—Esa opinión la converso con el Presidente

Recuadro
- 'Aunque la guata me decía otra cosa, no le podía decir al Presidente que no'

- La Araucanía: 'Hay terrorismo, grupos violentos que están intentando copar la zona completa, pero las democracias los enfrentan con las policías, no con las FF.AA.'.
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M. Soledad Vial-