Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-08-09
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): D9
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Sección: Reportajes
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Centimetraje: 53x27
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Pie de Imagen
- 'Gobernar con gente que tiene posiciones tan distintas, que sueña con algo parecido a Podemos, al kirchnerismo, a la Cámpora, ¡no lo veo posible!'.
Jorge Burgos
“Coincido con el ministro Pérez: no hay presos políticos en La Araucanía”
Hace cinco años era ministro del Interior de Michelle Bachelet y desde esa posición le tocó el tema de La Araucanía. Aquí habla de su actual visión y reconoce que la centroizquierda pasa 'por un muy mal momento'.
Jorge Burgos Varela juega con un encendedor en la mano al otro lado del Zoom. Esta en su casa, de cuello negro subido, anteojos de marco rojo, hablando hace un rato con la misma voz pausada que se le conoce desde comienzos de los años 90. Primero en su vida 'concertacionista', cuando estuvo en el gobierno de Patricio Aylwin como asesor jurídico del ministro Krauss —fue parte de la llamada 'Oficina'—, subsecretario de Guerra, embajador en Ecuador, luego diputado de 2002 a 2013.
Y luego, en su etapa Nueva Mayoría, donde fue primero ministro de Defensa en el segundo gobierno de Michelle Bachelet y a continuación, del Interior, entre mayo de 2015 y julio de 2016. Asumió el cargo en el año de Caval, de las platas en la política, en que parte del país resistía el 'realismo sin renuncia' de la coalición. Era un momento complejo. 'Pero no como este', dice Burgos con seguridad. Entró en el lugar de Rodrigo Peñailillo, quien encarnaba —quizá como Andrés Chadwick y Gonzalo Blumel en esta administración— mejor que nadie el plan inicial de ese gobierno.
–¿Siente que a Víctor Pérez le pasa un poco lo mismo que a usted? No es del corazón del piñerismo.
–La única similitud es que en ese cambio de gabinete salen personas muy del riñón del gobierno y entran personas que no tienen esa misma condición. Pero esos eran momentos delicados, pero no una crisis con características institucionales.
– ¿Qué consejo le daría al ministro?
–Yo he andado por la vida más bien recibiendo consejos. Pero voy a decir una cosa bien corta: que sea muy leal con quien lo eligió, pero jamás incondicional. Eso es lo sano, y un buen resumen de lo que debe hacerse. A mí me da la impresión, no tengo ninguna certeza, de que el Presidente Piñera tiene marca personal, usando término futbolístico, sobre sus ministros y que los grados de autonomía son más relativos. Por eso una máxima como esta es particularmente bueno tenerla presente.
–¿Esa máxima la cumplió cuando renunció después de que la presidenta fuera a La Araucanía sin avisarle?
–Los Presidentes de la República, y nadie puede tener una pretensión distinta, van donde quieran ir, sin tener que preguntarles a sus ministros. El tema es otro, que es un viaje a una zona compleja, y siempre puede ser bueno que lo conozca el ministerio a cargo de la seguridad pública. Fue como cierta muestra de desconfianza, y eso motivó mi reacción, pero no me llevó a renunciar. Lo pensé, pero no lo concreté.
–Pero presentó la renuncia.
–Sí, la presenté verbalmente, llevaba incluso un texto más formal. Pero ahí se produjo un diálogo muy privado, bonito, de confianza y retiré mi intención.
–¿Había además una visión distinta suya sobre La Araucanía?
–No sentí, durante el período en que fui ministro del Interior, diferencias con la Presidenta de la República. Las veces, que no fueron pocas, que viajé a la zona sentí pleno respaldo; en la invocación de la ley antiterrorista también. Probablemente había personas más críticas, pero no fue un obstáculo, nunca fui objeto de interpelación. Por cierto había parlamentarios de derecha, no todos, que nos acusaban de blandos, de inacción. Pero como ha quedado demostrado, otra cosa es con guitarra.
–¿Cree que parte del mundo político no logra distinguir o calificar lo que es delictual de lo que es la causa mapuche?
–Meter todo en la misma bolsa es un error, pero pretender darle el carácter de acciones legítimas a actos delictuales es otro error también. Yo coincido con el ministro Pérez: no hay presos políticos en La Araucanía, no los hay en Chile. Nadie está preso por expresar un pensamiento o porque una autoridad política lo decidió. Las prisiones preventivas o condenas han sido dictadas por los tribunales en función de hechos previamente tipificados en la ley como delitos. Tenemos muchos problemas como para inventar los que no existen.
–El ministro dijo que había terrorismo. ¿Coincide también?
–En ocasiones hay acciones que son ubicables en la ley antiterrorista y por eso que todos los gobiernos —todos—, más de alguna vez han invocado esa ley ante los tribunales. Para la derecha, cuando está en la oposición, todo lo que se mueve es terrorismo. Dicen 'la solución es que intervengan los militares, ¡con estado de sitio!' Se lo escuché a muchos que hoy tienen cargo. Cuando llegan al gobierno se dan cuenta que es imposible y no hacen cosas muy distintas a otros. Eso, desde el punto de vista del delito, inevitablemente hay que enfrentarlo a través de las policías, de los fiscales. No puede establecerse en Chile que sean impunes ciertos delitos porque ocurren en ciertos territorios. Obvio que paralelo a eso debe haber un esfuerzo real institucional por ir a las causas que dan cuenta de situaciones de injusticia y profundas inequidades con los pueblos originarios.
–¿Por qué un gobierno como el de Bachelet no logró solucionar el tema?
–Porque convengamos que hay algunos grupos que han crecido, y que no quieren solucionarlo. Los grupos operativos que cometen delitos no tienen mayor interés en solucionar el tema hoy. Lo que quieren es crear condiciones para solucionarlo de otra forma. Hay sectores que creen que hay que crear un estado autónomo. ¡Bueno, creo que ningún gobierno va a poner en la mesa la negociación de un estado autónomo! Podrá conversarse sobre modificaciones en la representación parlamentaria, establecerse ciertos grados de mayor decisión en gobiernos regionales, en fin, muchas cosas, donde ha faltado creatividad, donde ha habido esfuerzos que se han interrumpido. Pero si detrás de eso está que la única pretensión que pudiera dar paz —desde el punto de vista de la seguridad— es que se converse sobre un estado autónomo, creo que no.
'La centroizquierda pasa por un muy mal momento'
–¿Cómo el Gobierno resuelve lo de Apruebo – Rechazo para no quedar atrincherado? La oposición lo puede convertir en el Sí y el No.
–Creo que el Gobierno va a dejar que convivan dentro de su coalición personas por el Apruebo y el Rechazo. Probablemente son mas por el Rechazo, pero son bien emblemáticos los del Apruebo. Tanto, que la persona de derecha más opcionada para ser candidato en las elecciones presidenciales está por el Apruebo. Empecemos por eso. Y el presidente del partido más importante, hasta hace unos días, también.
–¿Piensa que puede ser una buena idea que el Gobierno llame a un acuerdo en torno al Apruebo?
–Tal como no creo que se vaya a subir al carro del Rechazo, sería un gran error, tampoco están en condiciones de subirse al carro del Apruebo, porque se le produce una grieta al interior de la coalición, y esa grieta complica mucho la gobernabilidad del país. Lo más probable es que no escuchemos, de aquí a octubre, una sola palabra de Allamand o Desbordes de cómo hay que votar, ¡ni una!
–¿Cree que la centroizquierda pasa por un muy mal momento?
–La centroizquierda, entendiendo eso por reformismo, el gradualismo como decía Lagos, pasa por un muy mal momento. No es fácil identificar a parlamentarios que permanentemente estén en esa posición. Ahí hay que hacer un esfuerzo de todas las personas que creemos que para Chile es muy importante que haya una centroizquierda nítida, no confundida con la izquierda intensa, y crear condiciones para que, a lo menos, para la próxima elección haya alguien que encarne eso.
–Usted fue ministro del Interior de un gobierno que muchos consideran izquierdizó mucho al centro. ¿Algún mea culpa?
–Sí y no. Efectivamente creo que la coalición de la Nueva Mayoría tuvo un problema de base, tanto que duró un gobierno. Hoy es la ex Nueva Mayoría…
–¿Fue un error de la DC integrarla?
–Creo que nosotros, y en eso asumo mi responsabilidad, entramos demasiado incondicionalmente. Mi impresión es que, mirando hacia atrás, debimos haber puesto más condiciones programáticas
–¿Cree que el Gobierno asumió que se acabaron los acuerdos?
–Están muy difíciles los acuerdos, porque los partidos que podrían buscarlos están más bien mirando la unidad de la oposición.
-Como el suyo, dice usted…
–Claro, el PPD, el PS…El Frente Amplio dice 'nunca más una elección paralela, unidad pero nadie puede moverse', la agenda se pone más desde allá.
–La oposición contestó con una declaración bien dura a la cuenta pública de Piñera, incluida la firma de la DC. ¿Eso hace abrigar pocas esperanzas de diálogo?
–A la DC no le hace bien terminar firmando lo que le pongan por delante. Hay que distinguirse. Están difíciles los acuerdos, pero no imposibles. Hay que perderle el miedo a lo que vaya a decir el Frente Amplio.
–Hace unos días Giorgio Jackson dijo que la gente no entendería que no se unieran y vuelva a ganar la derecha.
–Mientras más de izquierda sea el candidato o la candidata que lleve la oposición, más posibilidades hay que gane la derecha. No creo que una propuesta de unidad para infligir una derrota a un tercero tenga sentido, menos si como ocurre las diferencias programáticas son profundas. Porque gobernar con gente que tiene posiciones tan distintas, que sueña con algo parecido a Podemos, al kirchnerismo, a la Cámpora, ¡no lo veo posible!
–Ignacio Walker dijo hace unas semanas que 'no existe ninguna posibilidad de que la DC participe en una coalición de gobierno con el PC y el FA. ¿Lo comparte?
–Posibilidades exitosas no hay ninguna, pero posibilidades de que ocurra, desgraciadamente, hay. Sería un error.
–La tesis que propuso –con él– de que la DC sea una 'minoría dirimente' no llega un poco tarde?
–Un partido dirimente, con una votación interesante —ya no hay partidos muy grandes—, creo que es una buena tesis. Hay que seguir luchando para eso, no está fácil, pero hay que intentarlo.
–Si la DC terminara apoyando, por ejemplo, a Beatriz Sánchez, ¿dejaría de militar?
–Voy a hacer todo lo humanamente posible —y ese es mi plan político— para que eso no pase.
Recuadro
- 'No puede establecerse en Chile que sean impunes ciertos delitos porque ocurren en ciertos territorios'.
- 'Mientras más de izquierda sea el candidato o la candidata que lleve la oposición, más posibilidades hay que gane la derecha'.
Nex Prensa Escrita
Jorge Burgos
“Coincido con el ministro Pérez: no hay presos políticos en La Araucanía”
Hace cinco años era ministro del Interior de Michelle Bachelet y desde esa posición le tocó el tema de La Araucanía. Aquí habla de su actual visión y reconoce que la centroizquierda pasa 'por un muy mal momento'.
Jorge Burgos Varela juega con un encendedor en la mano al otro lado del Zoom. Esta en su casa, de cuello negro subido, anteojos de marco rojo, hablando hace un rato con la misma voz pausada que se le conoce desde comienzos de los años 90. Primero en su vida 'concertacionista', cuando estuvo en el gobierno de Patricio Aylwin como asesor jurídico del ministro Krauss —fue parte de la llamada 'Oficina'—, subsecretario de Guerra, embajador en Ecuador, luego diputado de 2002 a 2013.
Y luego, en su etapa Nueva Mayoría, donde fue primero ministro de Defensa en el segundo gobierno de Michelle Bachelet y a continuación, del Interior, entre mayo de 2015 y julio de 2016. Asumió el cargo en el año de Caval, de las platas en la política, en que parte del país resistía el 'realismo sin renuncia' de la coalición. Era un momento complejo. 'Pero no como este', dice Burgos con seguridad. Entró en el lugar de Rodrigo Peñailillo, quien encarnaba —quizá como Andrés Chadwick y Gonzalo Blumel en esta administración— mejor que nadie el plan inicial de ese gobierno.
–¿Siente que a Víctor Pérez le pasa un poco lo mismo que a usted? No es del corazón del piñerismo.
–La única similitud es que en ese cambio de gabinete salen personas muy del riñón del gobierno y entran personas que no tienen esa misma condición. Pero esos eran momentos delicados, pero no una crisis con características institucionales.
– ¿Qué consejo le daría al ministro?
–Yo he andado por la vida más bien recibiendo consejos. Pero voy a decir una cosa bien corta: que sea muy leal con quien lo eligió, pero jamás incondicional. Eso es lo sano, y un buen resumen de lo que debe hacerse. A mí me da la impresión, no tengo ninguna certeza, de que el Presidente Piñera tiene marca personal, usando término futbolístico, sobre sus ministros y que los grados de autonomía son más relativos. Por eso una máxima como esta es particularmente bueno tenerla presente.
–¿Esa máxima la cumplió cuando renunció después de que la presidenta fuera a La Araucanía sin avisarle?
–Los Presidentes de la República, y nadie puede tener una pretensión distinta, van donde quieran ir, sin tener que preguntarles a sus ministros. El tema es otro, que es un viaje a una zona compleja, y siempre puede ser bueno que lo conozca el ministerio a cargo de la seguridad pública. Fue como cierta muestra de desconfianza, y eso motivó mi reacción, pero no me llevó a renunciar. Lo pensé, pero no lo concreté.
–Pero presentó la renuncia.
–Sí, la presenté verbalmente, llevaba incluso un texto más formal. Pero ahí se produjo un diálogo muy privado, bonito, de confianza y retiré mi intención.
–¿Había además una visión distinta suya sobre La Araucanía?
–No sentí, durante el período en que fui ministro del Interior, diferencias con la Presidenta de la República. Las veces, que no fueron pocas, que viajé a la zona sentí pleno respaldo; en la invocación de la ley antiterrorista también. Probablemente había personas más críticas, pero no fue un obstáculo, nunca fui objeto de interpelación. Por cierto había parlamentarios de derecha, no todos, que nos acusaban de blandos, de inacción. Pero como ha quedado demostrado, otra cosa es con guitarra.
–¿Cree que parte del mundo político no logra distinguir o calificar lo que es delictual de lo que es la causa mapuche?
–Meter todo en la misma bolsa es un error, pero pretender darle el carácter de acciones legítimas a actos delictuales es otro error también. Yo coincido con el ministro Pérez: no hay presos políticos en La Araucanía, no los hay en Chile. Nadie está preso por expresar un pensamiento o porque una autoridad política lo decidió. Las prisiones preventivas o condenas han sido dictadas por los tribunales en función de hechos previamente tipificados en la ley como delitos. Tenemos muchos problemas como para inventar los que no existen.
–El ministro dijo que había terrorismo. ¿Coincide también?
–En ocasiones hay acciones que son ubicables en la ley antiterrorista y por eso que todos los gobiernos —todos—, más de alguna vez han invocado esa ley ante los tribunales. Para la derecha, cuando está en la oposición, todo lo que se mueve es terrorismo. Dicen 'la solución es que intervengan los militares, ¡con estado de sitio!' Se lo escuché a muchos que hoy tienen cargo. Cuando llegan al gobierno se dan cuenta que es imposible y no hacen cosas muy distintas a otros. Eso, desde el punto de vista del delito, inevitablemente hay que enfrentarlo a través de las policías, de los fiscales. No puede establecerse en Chile que sean impunes ciertos delitos porque ocurren en ciertos territorios. Obvio que paralelo a eso debe haber un esfuerzo real institucional por ir a las causas que dan cuenta de situaciones de injusticia y profundas inequidades con los pueblos originarios.
–¿Por qué un gobierno como el de Bachelet no logró solucionar el tema?
–Porque convengamos que hay algunos grupos que han crecido, y que no quieren solucionarlo. Los grupos operativos que cometen delitos no tienen mayor interés en solucionar el tema hoy. Lo que quieren es crear condiciones para solucionarlo de otra forma. Hay sectores que creen que hay que crear un estado autónomo. ¡Bueno, creo que ningún gobierno va a poner en la mesa la negociación de un estado autónomo! Podrá conversarse sobre modificaciones en la representación parlamentaria, establecerse ciertos grados de mayor decisión en gobiernos regionales, en fin, muchas cosas, donde ha faltado creatividad, donde ha habido esfuerzos que se han interrumpido. Pero si detrás de eso está que la única pretensión que pudiera dar paz —desde el punto de vista de la seguridad— es que se converse sobre un estado autónomo, creo que no.
'La centroizquierda pasa por un muy mal momento'
–¿Cómo el Gobierno resuelve lo de Apruebo – Rechazo para no quedar atrincherado? La oposición lo puede convertir en el Sí y el No.
–Creo que el Gobierno va a dejar que convivan dentro de su coalición personas por el Apruebo y el Rechazo. Probablemente son mas por el Rechazo, pero son bien emblemáticos los del Apruebo. Tanto, que la persona de derecha más opcionada para ser candidato en las elecciones presidenciales está por el Apruebo. Empecemos por eso. Y el presidente del partido más importante, hasta hace unos días, también.
–¿Piensa que puede ser una buena idea que el Gobierno llame a un acuerdo en torno al Apruebo?
–Tal como no creo que se vaya a subir al carro del Rechazo, sería un gran error, tampoco están en condiciones de subirse al carro del Apruebo, porque se le produce una grieta al interior de la coalición, y esa grieta complica mucho la gobernabilidad del país. Lo más probable es que no escuchemos, de aquí a octubre, una sola palabra de Allamand o Desbordes de cómo hay que votar, ¡ni una!
–¿Cree que la centroizquierda pasa por un muy mal momento?
–La centroizquierda, entendiendo eso por reformismo, el gradualismo como decía Lagos, pasa por un muy mal momento. No es fácil identificar a parlamentarios que permanentemente estén en esa posición. Ahí hay que hacer un esfuerzo de todas las personas que creemos que para Chile es muy importante que haya una centroizquierda nítida, no confundida con la izquierda intensa, y crear condiciones para que, a lo menos, para la próxima elección haya alguien que encarne eso.
–Usted fue ministro del Interior de un gobierno que muchos consideran izquierdizó mucho al centro. ¿Algún mea culpa?
–Sí y no. Efectivamente creo que la coalición de la Nueva Mayoría tuvo un problema de base, tanto que duró un gobierno. Hoy es la ex Nueva Mayoría…
–¿Fue un error de la DC integrarla?
–Creo que nosotros, y en eso asumo mi responsabilidad, entramos demasiado incondicionalmente. Mi impresión es que, mirando hacia atrás, debimos haber puesto más condiciones programáticas
–¿Cree que el Gobierno asumió que se acabaron los acuerdos?
–Están muy difíciles los acuerdos, porque los partidos que podrían buscarlos están más bien mirando la unidad de la oposición.
-Como el suyo, dice usted…
–Claro, el PPD, el PS…El Frente Amplio dice 'nunca más una elección paralela, unidad pero nadie puede moverse', la agenda se pone más desde allá.
–La oposición contestó con una declaración bien dura a la cuenta pública de Piñera, incluida la firma de la DC. ¿Eso hace abrigar pocas esperanzas de diálogo?
–A la DC no le hace bien terminar firmando lo que le pongan por delante. Hay que distinguirse. Están difíciles los acuerdos, pero no imposibles. Hay que perderle el miedo a lo que vaya a decir el Frente Amplio.
–Hace unos días Giorgio Jackson dijo que la gente no entendería que no se unieran y vuelva a ganar la derecha.
–Mientras más de izquierda sea el candidato o la candidata que lleve la oposición, más posibilidades hay que gane la derecha. No creo que una propuesta de unidad para infligir una derrota a un tercero tenga sentido, menos si como ocurre las diferencias programáticas son profundas. Porque gobernar con gente que tiene posiciones tan distintas, que sueña con algo parecido a Podemos, al kirchnerismo, a la Cámpora, ¡no lo veo posible!
–Ignacio Walker dijo hace unas semanas que 'no existe ninguna posibilidad de que la DC participe en una coalición de gobierno con el PC y el FA. ¿Lo comparte?
–Posibilidades exitosas no hay ninguna, pero posibilidades de que ocurra, desgraciadamente, hay. Sería un error.
–La tesis que propuso –con él– de que la DC sea una 'minoría dirimente' no llega un poco tarde?
–Un partido dirimente, con una votación interesante —ya no hay partidos muy grandes—, creo que es una buena tesis. Hay que seguir luchando para eso, no está fácil, pero hay que intentarlo.
–Si la DC terminara apoyando, por ejemplo, a Beatriz Sánchez, ¿dejaría de militar?
–Voy a hacer todo lo humanamente posible —y ese es mi plan político— para que eso no pase.
- 'No puede establecerse en Chile que sean impunes ciertos delitos porque ocurren en ciertos territorios'.
- 'Mientras más de izquierda sea el candidato o la candidata que lleve la oposición, más posibilidades hay que gane la derecha'.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-08-09
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): D9
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