Pais:   Chile
Región:   Bío Bío
Fecha:   2020-08-14
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   2
Sección:   Opinión
Centimetraje:   15x18
La Tribuna
Un salvoconducto para el Gobierno
Hace unas semanas vivimos una nueva cuenta pública, donde se hizo un balance completo a lo realizado durante este tiempo. Sin duda, el estallido social, la pandemia y su relativa gestión, no han sido un salvavidas para el Gobierno y el último cambio de gabinete se dio en momentos en que su liderazgo y unión estaban seriamente cuestionados.

En su discurso resaltaban grandes ejes relacionados con el coronavirus, la recesión económica mundial y la necesaria recuperación en este aspecto, con anuncios en materia de reactivación. Pero es necesario reflexionar más allá, sobre el predominio de corto plazo que ha consumido fuertemente el actuar del Gobierno y afectado de manera profunda el liderazgo de los líderes políticos, el propósito y la hoja de ruta del país para el futuro. Sin duda, llegó la hora de preguntarnos qué Chile queremos construir de aquí en adelante, lo que no representa ni una frase utópica ni cliché.

¿Hemos avanzado positivamente en ciertas cosas? Si y tenemos que ser capaces de descubrir qué nos ha permitido crecer. ¿Hace falta corregir otras fallas? Sí, debemos enmendadas y hacernos cargo. En esa línea, no es posible que alcancemos un desarrollo humano y sostenible sin antes forjar una democracia participativa y transparente, construyendo desde el sector público, privado y la sociedad en su conjunto una capacidad de diálogo, que nos permita instalar una política de acuerdos. Pese a que existen esfuerzos en las distintas reformas que se han elaborado, el Gobierno aún no logra estar en sintonía con el espíritu de las personas y se aleja paso a paso de un proyecto común, a través de un liderazgo que aún no tiene esa capacidad unificadora tan necesaria en estos tiempos.

El Gobierno, pero también muchas organizaciones que forman nuestro tejido social necesitan un salvoconducto que les permita transitar seguros en esta nueva etapa, pero sobre todo, requieren volver a hacer tangible el propósito en sus estrategias, uno que sea transversal comprendido por todos sus integrantes, en miras de entregar valor y hacer frente a las necesidades existentes.

No hay duda que es un error pensar el futuro como algo lejano y ajeno a nosotros, dado que todos estamos creándolo, día a día en las decisiones que tomamos. Por ello, más allá de estrategias a corto plazo, que consideran solo planillas, gráficos y utilidades, es el tiempo de hablarle a la gente y sumar a la capacidad pragmática, una sistémica, que permita levantar un poco la mirada y ver todo con cierta perspectiva.

Se debe forjar una hoja de ruta del Chile del futuro, con una visión a mediano y largo plazo, donde se promueva un espacio de escucha social, de unión y confianza.
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Alejandro Inzunza, socio Symnetics-