Una de las lineas de atención de la Universidad Santo Tomás es hada el Adulto Mayor, los cuales en la contingencia han enfrentado un deterioro enorme en su calidad de vida, porque el aislamiento y la inamovilidad se han incrementado y las medidas de distanciamiento fisico pueden afectar su salud mental y el bienestar general.

No está claro si las acciones que se implementan están llegando a quienes más las necesitan, incluyendo a aquellas personas mayores rurales, indígenas o en situación de calle. La violencia contra las personas mayores también es un asunto sobre el cual se necesita prever algún tipo de intervención y las campañas dirigidas a prevenir la violencia contra las mujeres no siempre incluyen a las de edad avanzada. En la contingencia que enfrentamos, sin duda que las medidas adoptadas para enfrentar esta situación, como aislamiento domiciliario y distanciamiento social son las más eficaces para prevenir el contagio de la población. Sin embargo, no se tiene claro que aislamiento social no es sinónimo de abandono.

Esto, porque los mayores requieren también de compañía y afecto, siendo particularmente importante en personas con demencia o deterioro cognitivo. De aquí, resalta un tema importante que se ha mencionado poco y es que la funcionalidad del adulto mayor que llega a una hospitalización, es un factor predictor de la evolución de la enfermedad en caso de contagio, siendo así mayor el porcentaje de mortalidad en la medida que sea más baja la funcionalidad.

Es por ello que es tan importante que los mayores logren, mantengan y desarrollen una buena funcionalidad, ya que esta es un predictor de sobrevivencia ante una enfermedad, sobre todo ante la infección por covid-19. También aporta a una buena calidad de vida y al alta si mantiene una buena funcionalidad, evitando recaídas y riegos asociados a la pérdida de esta. A través del movimiento logramos una buena funcionalidad y si es personalizado tendremos más y mejores años de vida.