Mirar el vaso medio lleno siempre. Esa es la filosofía con que Claudio Melandri enfrenta la vida, y vaya que ha tenido que aplicarla en el último año. Como presidente de Banco Santander Chile ha debido enfrentar en modo non stop el estallido social de octubre, y desde marzo, la grave crisis económica que ha ocasionado el coronavirus.

Gracias a un ambicioso plan de inversión en tecnología, superando los US$ 400 millones, la pandemia pilló al Santander bien preparado. 'Nunca cerramos nuestra red de sucursales, hemos sido de los bancos con más oficinas abiertas, pero con pocas personas. El banco ha funcionado perfecto durante este período. No hemos tenido problemas tecnológicos y hemos podido atender a nuestros clientes de buena forma', reconoce orgulloso.

Confiesa que han sido meses muy intensos, con interminables jornadas que parten muy temprano y se extienden hasta la noche. 'Soy un afortunado y he podido estar la mayor parte del tiempo en mi casa, con dos pantallas y dos teléfonos, y me he comunicado todos los días con nuestros trabajadores', explica.

Melandri partió su carrera en el Banco Santander como ejecutivo de cuentas y tras pasar por prácticamente todas las áreas, incluida la gerencia general, en marzo de 2018 se convirtió en el presidente de la institución. Hoy le inquieta que todos los avances que ha logrado Chile en las últimas décadas se pierdan irremediablemente.

'La pandemia dejó al descubierto nuestra fragilidad como país. Hoy somos un Chile más pobre y más dividido. Me preocupa la inestabilidad institucional que estamos viviendo en nombre de la pandemia', advierte.

Y enfatiza: 'Me preocupa la fragilidad que tenemos como país, creíamos que habíamos alcanzado un cierto umbral y afloró una pobreza de la que no sé si éramos del todo conscientes. Necesitamos recuperar el sentido país, establecer las bases de un nuevo trato, y tener cuidado con el tema electoral, porque vamos a tener siete elecciones en poco más de un año'.

-¿Le preocupa que vuelvan los actos de violencia o un estallido social 2.0?

'No puedo decir que no. Dios quiera que esta pandemia y el mal momento de la economía nos haga meditar como país, buscar consensos amplios donde todos se sientan interpretados. Espero que no resurja la violencia, pero es un riesgo'.

'Los bancos no ganan plata con los créditos Covid (...). Perdemos plata'
-¿El Gobierno y las medidas económicas han estado a la altura de la crisis?

'Es fácil sentarse en la galería y decir que todo está malo. En materia sanitaria, el Gobierno hizo un tremendo esfuerzo, con gran responsabilidad, y el país se preparó bien. Respecto de las medidas económicas, desde el punto de vista monetario el Banco Central ha actuado con una agilidad impresionante: pusieron liquidez y dieron tranquilidad a la industria en forma oportuna. El Gobierno ha tenido una mirada y un desempeño coherente con lo que se espera de un país responsable de sus finanzas públicas. A veces la prontitud, o extremar el cuidado de cada peso en pos de la rapidez, quizás esa sea una crítica, pero en general, el ministro de Hacienda ha tratado de mantener el orden de las finanzas públicas y eso es importante, porque tenemos que reconstruir lo perdido y el empleo'.

-¿Cómo recibe los cuestionamientos a la banca por su rol en la entrega de créditos con garantía estatal y en particular del ministro de Economía?

'Estoy muy tranquilo con lo que ha hecho el banco. A nivel general, había cierto desconocimiento del impacto que podían tener estas medidas, y en un comienzo se habló que los créditos Covid tendrían un alcance en torno al millón y medio de clientes y la banca no tiene esa cifra de clientes que pueden acceder a ellos. Somos el banco privado que más créditos ha dado en este período y el que más soluciones ha entregado a los clientes; hemos postergado cerca de 300 mil créditos para personas naturales y esa ayuda se ha hecho con recursos del banco. Lamentablemente, estas soluciones no pueden ser para todos. Los bancos tenemos reglas que cumplir, somos una industria muy regulada, tenemos que ser sostenibles en un negocio riesgoso, donde la industria funciona apalancada, con recursos de terceros; entre ellos, los depósitos de nuestros clientes, y tenemos que cuidarlos'.

-Según cifras de la CMF, al 31 de julio, Banco Santander recibió 55.371 solicitudes de créditos y rechazaron 8.867.

'Aquí lo relevante es que somos el banco privado que más créditos ha otorgado. La banca en general, y Santander en lo específico, ha logrado dar continuidad operativa a la industria en medio de la pandemia. En nuestro caso, desde el inicio estuvimos disponibles para gestionar estos créditos que cuentan con el aval del Estado, con responsabilidad y respuestas oportunas. Respecto de las críticas, había nerviosismo al principio y hay que entenderlo. Al final, hemos estado del lado de la solución y no del problema. En Chile tenemos un sistema financiero bien capitalizado, con un buen desarrollo tecnológico, fuimos parte de la solución en el 10% de los fondos de las AFP y rápidamente, aunque se nos criticó, pusimos a disposición las líneas Fogape. Es una de las patas de la mesa que no ha fallado y que no va a fallar'.

-¿Los bancos ganan plata con los créditos Covid?

'Los bancos no ganan plata con los créditos Covid. Entre la tasa, los costos que tenemos para operarlos y las provisiones que hemos tenido que hacer, perdemos plata. Pero lo importante aquí es el rol social de la banca y que tenemos que estar de lado de nuestros clientes, porque hay muchos que recibieron los créditos Covid y que van a poder salir adelante y seguiremos haciendo negocios con ellos'.

-¿Están entregando los créditos de manera segmentada, como pidió el ministro Palacios?

'Así se hizo y siempre con una solución a la medida para cada cliente, en función de cuáles son sus necesidades y viendo la viabilidad del negocio a futuro. Además de ser responsables con los recursos de nuestros depositantes, también tenemos que serlo con los recursos estatales'.

'Somos buenos y solventes, pero magia no podemos hacer'

-¿Qué nivel de provisiones ha debido tomar Banco Santander para enfrentar la crisis económica?

'En períodos extraordinarios es necesario dotar de provisiones extraordinarias, y lo hemos hecho. En los últimos dos meses, el banco ha constituido $60 mil millones en provisiones voluntarias, $30 mil millones en junio y lo mismo en julio, y si es necesario, vamos a volver a hacerlo'.

-¿Cuánto han caído las utilidades este 2020 y cómo esperan terminar el año?

'Están en línea con lo que ha sido el desempeño del sistema financiero, y en nuestro caso han caído un 40% respecto del mismo período del año anterior. En el segundo trimestre, el PIB del país cayó 14% y el desempleo es 12,2%; somos buenos y solventes, pero magia no podemos hacer, y esperamos terminar el año con una caída importante, que tiene relación con el desempeño económico del país'.

-¿De qué manera se están preparando para el aumento de la morosidad una vez que caigan los pagos de las reprogramaciones?

'Hasta el minuto, nuestra cartera se ha comportado muy bien, y por eso hemos ido dotando de provisiones voluntarias para hacer frente a una eventual mayor morosidad cuando acaben los períodos de gracia que se han dado en los refinanciamientos'.

-¿Cómo están enfrentando la 'avalancha' de solicitudes por el 10% de los fondos de la AFP?

'Hemos apalancado este desafío con nuestros desarrollos digitales. Hemos tenido un fuerte aumento en la apertura de cuentas digitales, tanto Life, que es una cuenta corriente con firma electrónica avanzada, como en nuestra opción de prepago que es Superdigital, recibiendo casi tres mil clientes diarios en la última semana. Esta situación del 10% dejó de manifiesto que el país requiere de un mayor nivel de bancarización, que producto de políticas públicas mal implementadas en los últimos 10 años, ha ido retrocediendo. No puede ser que cinco millones de personas que van a retirar sus fondos de AFP no estén bancarizados'.

-¿Teme por la estabilidad de las reglas del juego, considerando lo ocurrido con el 10% de las AFP?

'En el tema de las AFP, como país llegamos a una conversación relevante en un momento de gran fragilidad. Cuánto mejor habría sido conversar de este tema en un ambiente menos crítico y que hubiera permitido un diálogo alejado de urgencias e ideología. En lo específico, esto ha servido para desmitificar: Los dineros que estaban en las AFP sí existían. Habría discriminado quiénes pueden retirar el ahorro, porque claramente hay gente que hoy no lo necesita'.

-¿Le preocupa que en el Congreso se sigan debatiendo iniciativas de postergación de pagos, suspensión de embargos, alzamientos y remates hasta fines del 2021 y que esto ponga en riesgo el proceso de crédito?

'Somos respetuosos de las normativas que se van dando en el país, pero sí creemos que se trata de decisiones en las que deben ser escuchados todos los sectores y que sean normativas bien diseñadas, para evitar abusos de parte de quienes no requieren los beneficios'.

-¿Qué opina del debate en torno al impuesto a los altos patrimonios?

'En Chile no podemos estar hablando del sistema tributario cada seis meses, porque eso genera inestabilidad en las reglas del juego y no ayuda a atraer inversión. Es importante que este debate sea serio y con altura de miras, alejado de la contingencia, para lograr una iniciativa que no sirva solo para gravar a un sector, sino que proponga un sistema sostenible y beneficioso para todo el país. Todos los países que han optado por este tipo de impuesto han dado marcha atrás, porque no sirve y no recauda lo que se espera. El país necesita reimpulsar la economía y para eso se requieren reglas claras. No podemos pretender subir impuestos para salir de esta crisis, hay que ir al revés. El impuesto de primera categoría, a las empresas, desde el año 2010 a la fecha, ha subido 80% y no podemos seguir así'.

-Banco Santander es uno de los principales acreedores de Corona, que esta semana se acogió a una reorganización. ¿Podrá salir adelante la compañía?

'Yo creo que va a salir adelante. Es una empresa que tiene muchos años, los bancos la han apoyado y ellos se acogieron para ordenar sus pasivos. No veo mayor dificultad. No es una quiebra'.