Francini Amaral mira la quebrada en San Carlos de Apoquindo y da la impresión de que en cualquier momento se lanza cerro abajo sobre su bicicleta eléctrica de mountain bike. 'No quiero que la noticia sea que me quebré entera', bromea la bailarina que inició este lunes sus clases de esta disciplina con Sebastián Vásquez, triple campeón mundial y siete veces campeón panamericano de downhill. Y no se lanzó.

'Hace seis años, hice el promocional del Iron Man en Pucón y de las tres disciplinas, la que más me gustó fue la bicicleta. Después hice ciclismo en ruta. Y ahora, con la cuarentena, encerrada, era como que necesitaba la bicicleta.

Me dijeron que hiciera enduro, que intentara subir el cerro, y Sebastián es mi profe, así que estoy en las manos del mejor', cuenta Amaral. 'Ella es bailarina y el equilibrio que adquiere con el baile la ayuda mucho. También el hecho de hacer deporte.

En una clase, avanzó lo que otros avanzan en tres', elogia Vásquez. Casi como en secreto, Francini confiesa que usa una bicicleta eléctrica EBIKE Parsec, que cuesta 3,2 millones de pesos aproximadamente (quizás menos en el CiberDay). 'Me ayuda muchísimo a mejorar la sensación.

Cuando uno sube el cerro, llega agotada arriba, porque es puro esfuerzo. Si hubiese venido en una bici normal, habría hecho dos o tres bajadas menos. Me llamó la atención que andaba mucha gente con este tipo de bicicletas', cuenta Francini.

Según cifras de Oxford, la venta de bicicletas en junio y julio de este año aumentó en 45% respecto de iguales meses del año pasado y comparadas con las del 2018 subió en 77%, lo que motivó la campaña PasaElCambio que busca incentivar el uso de este medio de transporte.

'Igual hay que tener algunas precauciones. Cuando aceleras, la bicicleta eléctrica pega unos tirones que hay que saber manejar. Pero Fran partió muy bien. Cuando una persona es deportista, se nota. Va a aprender rápido', explica Vásquez.

-¿Qué hicieron en esta primera clase, Sebastián?

-Hicimos ejercicios con conos. Le pedí que alcanzara cierta velocidad y que frenara como si se le hubiese cruzado un niño. Al principio, frena más con el freno trasero, pero luego fue tomando más confianza con el delantero. Llegó a 35 kilómetros por hora, más o menos, y frenó en tres o cuatro metros.

Nos concentramos mucho en eso, en que la Fran entendiera que el delantero es el que te frena el 70 u 80% de la inercia, el trasero solamente complementa ese frenado y sirve para direccionar, como el freno de mano en el rally.

-¿Cuál es la meta, Francini?

-La idea es lograr bajar el cerro en velocidad rica y perder el miedo. Los cerros tienen su riesgo, hay piedras, arena y con el tiempo uno va perdiendo el miedo. Eso es lo que quiero.