El exmagistrado de la Corte Suprema y por más de seis años presidente del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), Patricio Valdés, dice que sigue de cerca el debate público suscitado en torno a las normas para dar un contorno jurídico al plebiscito constitucional del 25 de octubre.

Uno de los temas en discusión ha sido el de permitir el voto no presencial de los electores con covid-19. Si bien el Servel desestimó ahora esa opción, luego de ser impulsada por el presidente de su Consejo Directivo, Valdés no lo apoya del todo —aunque en condiciones ideales no lo desecha—, sobre todo por el poco tiempo para hacer adecuaciones, lo que podría perjudicar un buen proceso.

Junto a los aspectos puramente legales, el exencargado del Tricel apunta a materias prácticas de implementar; por ejemplo, el voto domiciliario. Valdés considera posible introducirlo, pero advierte que debe ser en otras condiciones, y recuerda lo que vio al observar, en su rol de presidente del Tricel, lo que sucedía en otras naciones: 'Me dio pena cuando en Centroamérica me tocó observar el voto domiciliario de un elector casi moribundo'. Era tal la condición de salud de esa persona que, dijo, 'salí de su casa; no obstante, su voto se registró de todas maneras'.

Valdés también es crítico del trabajo legislativo del Congreso luego de las varias modificaciones aprobadas a la Constitución, mediante disposiciones transitorias en corto tiempo. El 'plebiscito se legisló precipitadamente' y 'el límite a la reelección es un disparate', porque en el 'Congreso cuando son buenos senadores o buenos diputados, ¿por qué no pueden ser reelegidos si están legislando bien? Si Arturo Alessandri Palma fue seis veces diputado y cinco veces elegido senador, Salvador Allende, cuatro veces elegido senador. Con esta ley, esas personas no se podrían presentar hoy', analiza el abogado.

Luego del 18-O, lo del 'plebiscito se hizo precipitadamente y creo que las consecuencias van a ser que esto de la hoja en blanco puede terminar quién sabe en qué problema, porque basta con que 1/3 se oponga a algo y sencillamente podríamos tener una Constitución con pocos artículos y entonces todo va a quedar para ley común. Hubiera sido mucho más lógico hacer un proyecto y que los parlamentarios con el Presidente, en su rol de colegislador, hubieran presentado un proyecto a la ciudadanía que se plebiscitara. Eso era lo más lógico', expresa Valdés.

Y añade que el 'voto domiciliario es una cosa muy seria, porque el voto debe ser presencial y secreto. Un voto por correo, por ejemplo, se podría prestar para fraudes. También existe el voto asistido, pero en ese caso el elector da su consentimiento' y tiene otra regulación muy precisa. '¡Si esto no es chacota!', dice junto con alzar su voz y comentar que le 'daría vergüenza ahora ir a reuniones electorales cuando antes realmente teníamos orgullo de nuestras instituciones'.