Toda excusa sirve para desentenderse de un esfuerzo global. La Casa Blanca informó que Estados Unidos no se unirá al esfuerzo para crear y distribuir entre la población de mayor riesgo una vacuna contra el Covid-19. La administración de Donald Trump lo descartó por la participación de la Organización Mundial de la Salud.
El vocero del gobierno republicano, Judd Deere, aseguró que continuarán “involucrando a nuestros socios internacionales para asegurar que derrotamos este virus”. El portavoz del régimen norteamericano agregó que “no nos veremos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta OMS y China”.
De esta forma EEUU se descarta de la plataforma Covid-19 Vaccines Global Access (Covax). Hasta la fecha más de 170 países dialogan para ser parte de la iniciativa. Su objetivo es desalentar que un país acapare la vacuna, si la consigue primero, para enfocar los esfuerzos en priorizar a las personas de alto riesgo en todo el mundo.
Washington apuesta por los acuerdos con farmacéuticas y no un esfuerzo global. Para la directora adjunta de la OMS para el acceso a medicamentos y vacunas, Mariângela Simao, el “unirse a la plataforma, al mismo tiempo que realizan acuerdos bilaterales, en realidad se está apostando por un mayor número de candidatos a vacunas”.
El País informa que expertos de la OMS alertaron que ninguna de las 33 vacunas experimentales, ensayadas en humanos, demostró seguridad y eficacia. El grupo alertó del peligro de las “presiones políticas y económicas”. Su temor es que aceleren una dosis que solamente “reduzca la incidencia del Covid-19 entre 10% y 20%”.
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