'La pandemia actúa como una trampa de la pobreza, concepto que alude a la interrelación de mecanismos que impiden a un país, comunidad, hogar o persona superar su situación'.

Así lo plantea uno de los párrafos del exhaustivo estudio 'Pobreza y Pandemia: Propuestas para un Chile más digno y justo', que se presentará hoy, sobre la crisis sanitaria que se enfrenta desde marzo.

En su elaboración participaron 10 instituciones: Hogar de Cristo, Techo, Infocap, Fondo Esperanza, Servicio Jesuita a Migrantes, Fundación Súmate, Fundación Emplea, Fundación Lican, Espacio Mandela, el Centro de Ética y Reflexión Social Fernando Vives de la U. Alberto Hurtado, las que hicieron propuestas focalizadas.

Paulo Egenau, director social nacional del Hogar de Cristo, comenta que 'es un texto levantado en un tiempo breve, por la urgencia de visibilizar estos temas de conciencia ciudadana a los tomadores de decisión'.

'Nos motiva que los efectos sanitarios y económicos de la crisis se distribuyen de manera desigual (…). Porque la enfermedad avanza más rápido y tiene consecuencias más dramáticas en los niveles de menos ingresos', asegura.

El documento plantea 25 propuestas en nueve dimensiones y poblaciones vulnerables —como la educación, el empleo o segmentos como los inmigrantes—, con iniciativas como fortalecer los programas de retención escolar, aumentar la inversión en la salud mental o implementar el arriendo transitorio.

También se propone solucionar las brechas de irregularidad en la población inmigrante, avanzar en una política social integral para las personas en situación de calle y continuar con la descompresión de los recintos penales, entre otras.

Y añade: 'La toma de decisiones a nivel de políticas públicas requiere incorporar mecanismos de participación ciudadana para reforzar su legitimidad y asegurar tanto su correcto diseño como implementación'.

Diagnóstico

Los efectos de la crisis apuntan a varias dimensiones, entre las que están la pobreza, el empleo, la vivienda y la educación.

En el caso de la pobreza, el informe señala que a nivel mundial ha aumentado por la crisis y que, 'en términos generales, este incremento podría significar un retroceso de 10 años en la lucha global contra la pobreza'. Para el caso de Chile, plantea que se prevé un alza de la pobreza por ingreso desde un 9,8% hasta un 11,9% en el mejor escenario, y hasta un 13,7% en el peor.

En el área del trabajo, se señala que Chile registra una tasa de 12,2% de desempleo y alerta no solo sobre el impacto en la economía del país, sino que de los efectos 'intensificados en los grupos laborales especialmente vulnerables, ya antes de esta crisis: las personas con menos educación, las personas de menores ingresos, los jóvenes y las mujeres'.

Los efectos generales apuntan a la caída del trabajo formal y precarización del informal; el deterioro de la inclusión laboral femenina; el aumento de todo tipo de pobreza, y otros. 'Además, se prevén impactos profundos en el bienestar psicológico de la población y en la cohesión social producto del desempleo y la pobreza', añade.

Otra área analizada es la vivienda, ya que en Chile 'la crisis sanitaria ha demostrado las consecuencias más crudas de la desprotección de este derecho, dejando en evidencia la fragilidad que afecta a miles de familias', que no viven en condiciones para cumplir con las recomendaciones sanitarias. Al respecto, el informe sostiene que está lejos la idea de que la vivienda sea la 'primera línea' contra el covid-19, por esta falta.

Asimismo, un problema adicional es que 'la pandemia incrementará los niveles de desprotección en la tenencia, generando un serio riesgo del aumento de desalojos forzosos'.

Carencia educativa

La educación es otro de los focos. A juicio de la investigación, la forzosa suspensión de clases genera consecuencias 'como dificultades asociadas al aprendizaje y el desarrollo socioemocional de los estudiantes, la contracción del tiempo disponible para que los docentes cubran los objetivos del currículum pedagógico o estrés derivado del intento de conjugar los cuidados a los menores de edad con el trabajo remunerado'.

Apunta a que en Chile, la efectividad de la educación a distancia 'está vinculada al nivel socioeconómico de los hogares', ya que se necesita de tecnología, que aunque ha mostrado una evolución importante de penetración en el país, sigue presentando brechas, en especial 'en los hogares de menores recursos'.

A nivel de conclusiones, señala que la crisis 'supone una oportunidad para implementar mejoras definitivas al sistema de protección social, manteniendo y adecuando programas necesarios en momentos de normalidad'.

En esa línea, remarca que 'la estabilidad de las prestaciones surgidas con motivo de la pandemia debe mantenerse, al menos, hasta que la economía logre reactivarse, con tal de evitar o atenuar el crecimiento de la pobreza en el país'.