El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que una de las 10 principales amenazas para la salud a nivel global era la vacilación de las personas frente a las vacunas. La disminución de la confianza en ellas, dijo el organismo, puede provocar retrasos o rechazos de vacunas capaces de prevenir enfermedades como el sarampión, polio y meningitis en todo el mundo.

En un contexto de pandemia a causa del virus Sars-Cov-2 y con cientos de vacunas en desarrollo que buscan detener su avance, la revista médica The Lancet publicó el estudio más grande sobre la confianza que tiene la población en las vacunas.

La investigación tomó en consideración encuestas realizadas en 149 países y en las que participaron más de 284 mil personas, entre los que se incluyó a Chile.

El resultado fue un mapeo de las tendencias globales sobre la confianza de las vacunas, la que varía ampliamente entre países. En aquellos que están viviendo inestabilidad política y extremismo religioso, el escepticismo aumenta, según el estudio.

Los investigadores vieron un creciente escepticismo respecto de la seguridad de las vacunas y señalan que la difusión de información errónea en línea (redes sociales, por ejemplo) está amenazando los programas de vacunación en todo el mundo.

La investigación dice que la confianza en la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas disminuyó en Afganistán, Indonesia, Pakistán, Filipinas y Corea del Sur. Y encontró alzas significativas en los encuestados que estaban en total desacuerdo con que las vacunas son seguras entre 2015 y 2019 en seis países: Afganistán, Azerbaiyán, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Serbia.

En este ranking, y haciendo un promedio para el periodo 2015-2020, a nivel global Chile aparece en el lugar 82 respecto de la seguridad de las vacunas (57,3% de las personas encuestadas en el país cree que son "completamente seguras"), en el puesto 73 si se pregunta por la eficacia y en el lugar 70 si la pregunta se refería a la importancia (ver infografía).

Mientras la percepción de efectividad y seguridad en el país se mantuvo estable entre 2015 y 2019, sí subió considerablemente la percepción de importancia, que pasó de 76% en 2015 a 84% en 2019.

A nivel regional, y respecto a su efectividad, Chile está por debajo de Argentina, Venezuela y Ecuador, pero por sobre Colombia, Paraguay, Uruguay y México.

Heidi Larson, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) y quien dirigió la investigación, dijo que con amenazas de el Covid-19, es vital que se supervisen las actitudes del público para identificar a los países y grupos en los que ha disminuido la confianza en la inoculación.

Confianza chilena

Si se consideran solo las cifras de 2019 en Chile, el 85% de las personas considera que las vacunas "son importantes", el 63% que son "efectivas" y el 57%, que son "seguras".

María Luz Endeiza, infectóloga de la Clínica U. Andes, señala que pese a estas cifras, la cobertura de las vacunas en Chile es buena. En 2019, por ejemplo, la adherencia de las vacunas incluidas en el Plan Nacional de Inmunización (PNI) del Ministerio de Salud para los menores de 18 meses fluctuó entre el 82% y el 95%, mientras que hasta junio de este año (cifras preliminares), el promedio de adherencia varía entre el 70 y el 99%.

"De lo que más dudan las personas es sobre la seguridad, pero se vacunan igual. De hecho, la vacunación en pandemia no ha bajado tanto. Con la vacuna de influenza, por ejemplo, se alcanzó un alto nivel de cobertura y en poco tiempo. Creo que ante situaciones de riesgo, las personas sí se vacunan", dice la especialista.

Miguel O'Ryan, investigador de la U. de Chile y del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), dice que la población chilena ha sido altamente receptiva a las vacunas.

Dice que en la medida en que más grupos antivacunas se han hecho visibles y se conocen algunas situaciones conflictivas, como la relación que se estableció entre timerosal y autismo, influye fácilmente en las personas. "Un estudio que aún no se publica muestra que cuando la población recibe información que no es fidedigna, el nivel de vacunación puede disminuir y reaparecer una enfermedad", advierte.

Como ejemplo, menciona lo ocurrido con el sarampión en Europa con el sarampión, cuando bajó la cobertura de esta vacuna, generando más de 14.000 casos en 2017 y 50 muertes en el periodo 2016-2017.

Seguridad para confiar

Mercedes López, investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la U. de Chile, dice que creer que las vacunas pueden salvarnos de la pandemia actual es un grave error que atenta, precisamente, contra la confianza de las vacunas.

"La pandemia no se trata con vacunas, como no se trata con ventiladores mecánicos. A las vacunas hay que darles tiempo. Decir que son una panacea y que cuando se encuentre una el virus quedará en el pasado y podremos retomar la vida que teníamos antes, es el principal factor para la pérdida de confianza en las vacunas", explica la investigadora.

A su juicio, se debe enfatizar en que las vacunas deben demorar lo necesario para saber si previenen o no la infección. "Todo eso se define en la fase tres de la vacuna, que es precisamente la que ahora están llevando a cabo varios desarrollos contra el Covid-19". Y dice que esas pruebas no se pueden apurar.

Según López, los grupos antivacunas han hecho un grave daño a la credibilidad y confianza en las vacunas, pero también han causado mella en las autoridades que no son capaces de declarar a las vacunas obligatorias y aquellos que consideran que son una mercancía y no un bien común para la humanidad.