Los últimos meses han sido de los más desafiantes que ha debido enfrentar el sistema de salud. En un esfuerzo conjunto, la red sanitaria ha logrado absorber la gran demanda que ha generado el covid-19 por más de un semestre.

Sin embargo, esto ha generado que casi el 100% de los recursos estén destinados y focalizados en el combate de la pandemia, lo que significa retrasar la atención de miles de pacientes crónicos, cirugías, exámenes y controles durante meses. Y sin duda esto ya está pasando la cuenta.

Así lo logra plasmar la Encuesta Nacional de Salud 2020, que desde 2010 realiza la Universidad Andrés Bello junto a Ipsos. Este año, los índices de experiencia, percepción y expectativa de calidad del sistema de salud cayeron a los niveles más bajos de la última década (ver infografía).

Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la Unab, afirma que, 'efectivamente, la pandemia ha tenido un efecto directo en los bajos resultados. Porque tanto los indicadores de experiencia, percepción y expectativa venían razonablemente estables durante los últimos años, a pesar del gran incremento de gasto que ha tenido el sector salud, no se notaba una mejora. Pero este año el sistema sencillamente no fue capaz de enfrentar en forma conjunta la demanda covid con la demanda habitual'.

Justamente, al mirar en detalle los indicadores de experiencia, señala el académico, 'las variables más afectadas fueron las que tienen relación con los tiempos de espera para los resultados de laboratorio, por una atención médica, e incluso se vio afectada la evaluación en la calidad de la atención de los profesionales producto del menor tiempo que dedicaron en cada consulta'.

Es así como los chilenos, según su propia experiencia en la atención, evaluaron este año al sistema con una nota promedio de 4,0 (de 1 a 7), siendo la evaluación más baja desde que se realiza la encuesta y quedando justo por encima de la reprobación.

Cuando se les pregunta por la evaluación al personal de salud, si bien la evaluación empeoró en comparación con el año pasado, los funcionarios muestran una menor caída que la evaluación general.

Tiempos para reformar

Carmen Castillo, exministra de Salud y participante de la Mesa Social Covid-19, asegura que 'el impacto que ha tenido y tendrá la pandemia en el sistema es enorme. Hay que replantearnos qué salud queremos para nuestro país, cómo la queremos estructurar, cómo tenemos que trabajar, especialmente con esta experiencia, quizás la más exigente en cuanto a una mirada nacional'.

Por su parte, Emilio Santelices, exministro de Salud, advierte que esta mala evaluación al sistema no solo refleja el efecto que ha tenido la pandemia, sino también el impacto en el retraso de miles de atenciones que causó el estallido social. Sobre una posible solución, añade que 'de ninguna manera se pueden resolver las consecuencias que ha generado esta crisis si seguimos haciendo las cosas de la misma manera en que las hacemos ahora (…). Hay que ampliar la oferta, generando una modalidad de colaboración público-privada para poder usar la capacidad ociosa del sistema en su conjunto'.

Sánchez añade que, más allá de que en el corto plazo serán necesarios más recursos financieros y fortalecer la atención a distancia para recuperar las prestaciones retrasadas, 'hay que reformar el sistema, pero no destruirlo. Producir transformaciones que permitan que tanto el mundo público como el privado se vayan orientando hacia un modelo de seguridad social. Esto implica reformas importantes a Fonasa y las isapres'.