Si bien hay consenso en que los más de seis meses de pandemia han impactado en la salud mental de los chilenos, contra todo lo que se pudiera esperar, según cifras del Ministerio de Salud, hasta el mes de agosto las muertes por suicidio habían caído a su nivel más bajo de los últimos cinco años.

En total, en los primeros ocho meses del año se produjeron 1.063 decesos por esa causa, un 10,1% menos que el promedio desde 2016. Y el impacto de la pandemia se ve reflejado en que la reducción de casos se da a partir de marzo, cuando el covid-19 llegó a Chile. La mayor caída se observó en los meses de junio, julio y agosto, con una disminución de 25% en comparación a los mismos meses de años anteriores.

Pero este es un fenómeno que no solo se ha dado en Chile. Por ejemplo, las cifras 2020 de suicidios en Japón también están siendo las más bajas desde hace cinco años, con una caída de 20%. Y entre las causas que se están analizando, destacan que las personas están pasando más tiempo con sus familias y que no tienen que acudir a sus lugares de trabajo.

Paul Vöhringer, psiquiatra y profesor de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, asegura que 'todos los riesgos que llevan a que una persona intente suicidarse quedan desplazados por la amenaza epidemiológica que constituye una pandemia. En ese sentido, es verdad que las preocupaciones se desplazan a necesidades más básicas, como no infectarse, a estar protegido'. Añade, no obstante, que dado que todos los esfuerzos del sistema público de estos meses han estado enfocados en combatir el virus, también se puede estar generando una subpesquisa de los casos.

Javier Ravinet, director de la Sociedad Chilena de Salud Mental, destaca que junto a que permaneciendo en sus hogares muchas personas pueden tener una mayor contención emocional, 'frente a la amenaza de una muerte real, se produce una pérdida de la idealización del suicidio como salida. (La pandemia) ha servido para tomarle el peso real a lo que es la muerte'.