Un total de diez millones de dosis involucra el acuerdo que esta semana dieron a conocer el Gobierno y Pfizer para acceder a la vacuna contra el covid-19, que la compañía estadounidense desarrolla junto con el laboratorio alemán BioNtech.

Una alternativa que beneficiaría a cinco millones de chilenos (requiere dos dosis) y que podría estar disponible en el país, inicialmente, en enero próximo.

Así lo estima Marta Diez, gerenta general de Pfizer en Chile. 'Asumiendo que los datos clínicos y los procesos regulatorios son exitosos, el registro local (de la vacuna) ante el ISP podría estar a fin de año', precisa a 'El Mercurio'.

Eso, siempre que se logre obtener los primeros resultados de eficacia en octubre, como espera la compañía, para comenzar a tramitar su aprobación ante la FDA.

La vacuna inició en julio los estudios de fase 3, primero en 30 mil voluntarios sanos de 18 a 85 años, que luego se extendieron a 44 mil —incluyendo pacientes con patologías como VIH y hepatitis—, en EE.UU., Alemania, Brasil y Argentina, además de Turquía y Sudáfrica. 'Hay una gran diversidad de población y los latinos están bien representados', cuenta.

En las fases previas, los primeros datos mostraron que, aplicada por vía intramuscular, ofrece una respuesta inmunológica importante, con reacciones adversas leves a moderadas, 'similares a las que provoca la vacuna de la influenza, como fiebre o dolor muscular en la zona de la inyección'.

La vacuna de Pfizer-BioNtech utiliza la técnica de ARN mensajero. Esta consiste en producir anticuerpos utilizando fragmentos del ARN del virus, sin necesidad de introducir en el organismo partes (vivas o muertas) del SARS-CoV-2, por lo que sería más segura. Una tecnología similar utiliza la vacuna en la que trabaja Moderna.

De salir al mercado, esta sería una técnica pionera, al igual que otras en las que trabajan otros laboratorios.

'Esta plataforma se estaba investigando para aplicar contra el virus de la influenza; por eso el desarrollo de esta vacuna para el covid-19 fue rápido. Se utilizó todo el conocimiento que había a la fecha', precisa Diez, quien enfatiza que, pese a la rapidez de los avances, la seguridad sigue siendo fundamental.

'Hace un par de semanas, ocho de las mayores compañías farmacéuticas que están trabajando en vacunas, entre ellas Pfizer y BioNtech, firmaron un acuerdo en donde se comprometen a no sacrificar la seguridad en pos de la velocidad o de otros criterios'.

De todas formas, aun a riesgo de que los resultados no sean los esperados, la compañía ya inició la producción de la vacuna para proveer todas las dosis que se requieran una vez que sea aprobada.

'Hay muchas otras compañías trabajando en el tema y lo ideal es que varias tengan éxito; si no, va a ser un problema —enfatiza Diez—. No estamos compitiendo entre nosotras, sino contra el virus'.