La situación de las finanzas públicas es estrecha y así lo ha advertido el Ejecutivo. El impacto de la caída en la actividad -que este año será superior al 5%- tiene su correlato en las arcas fiscales, ya que la menor recaudación de impuestos erosiona los ingresos del sector estatal.

Todo esto en un contexto de mayor demanda de gasto para enfrentar la pandemia y ad portas del ingreso al Congreso del Presupuesto 2021, que mantendrá el impulso fiscal de este año.

Ante la falta de ingresos, al Fisco no le queda otra opción que endeudarse para financiar el gasto, aumentando su stock de acreencias. Así lo consigna un informe del Ministerio de Hacienda, que da cuenta de que a junio de este año el endeudamiento bruto como fracción del Producto Interno Bruto (PIB) siguió aumentando, ubicándose en 32,2%.

Esto implica un avance de 2,7 puntos porcentuales respecto a marzo y es la primera vez que el nivel de acreencias estatales supera el 30% del Producto desde 1992, cuando se ubicó en 30,7%. Acorde al reporte, el stock total de deuda ascendió a cerca de US$ 80.000 millones, un incremento de cerca de US$ 6.000 millones respecto a marzo. Así, el nivel de endeudamiento bruto supera el tamaño del Presupuesto del sector público, que este año asciende a algo más de US$ 70.000 millones.

La deuda bruta considera sólo las acreencias del Gobierno Central, excluyendo a las empresas públicas y las universidades estatales. Asimismo, no considera los activos del Tesoro Público, como los fondos soberanos y reservas en pesos y en moneda extranjera.

Al descontarle dichos recursos, la deuda neta se ubicó en 7,8% del PIB a junio, totalizando más de US$ 19.000 millones, un avance de 2,5 puntos porcentuales respecto a marzo.

De mantenerse la tendencia, Chile cerraría como deudor neto por quinto año en hilera (ver gráfico).

Las cifras publicadas dan cuenta del impacto de la crisis del coronavirus en las finanzas públicas, cuyo período más álgido fue justamente el segundo trimestre.

Cerca de la meta

A junio, la deuda como proporción del PIB se acerca a la meta que anticipa el gobierno. Para este año, la Dirección de Presupuestos (Dipres) pronostica que la deuda bruta represente el 34,8% del Producto, un máximo desde 1991.

Para el próximo año, el ratio cerraría en 39,6%. Dicho relajamiento en el nivel de deuda del sector público es parte del acuerdo entre el Gobierno y la oposición para un plan de emergencia por la pandemia del coronavirus para los próximos 24 meses.

Aquello implica que a partir de 2022 comenzará una senda gradual de ajuste del gasto y reducción del nivel de endeudamiento. En caso contrario, Dipres prevé que la deuda bruta se empine a 70% del PIB en 2030.