Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-10-19
Tipo:   Internet
Sección:   Soy Antofagasta Actualidad
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Autor:   
Soychile.cl

Familia antofagastina lucha por mantener a su hijo con vida, pese a millonaria deuda médica
Familia antofagastina lucha por mantener a su hijo con vida, pese a millonaria deuda médica 10:48 El pequeño Noah de un año y dos meses, nació con una hernia diafragmática congénita.
Tras un breve pololeo, los antofagastinos Franchesca Barrera y Rodrigo Araya, ambos de 27 años, se enteraron de que serían padres. La noticia, que aunque con miedo fue bien recibida, tendría un sabor agridulce alcanzada las 34 semanas de gestación. A su hijo Noah, le detectaron una extraña enfermedad congénita, que en Chile afecta a uno de cada 2.300 nacimientos al año, según contaron a El Mercurio de Antofagasta. Se trata de la hernia diafragmática congénita, de lado derecho (que en palabras simples, hace que el diafragma no se desarrolle -“cierre”-, correctamente, permitiendo la entrada de órganos intestinales a la cavidad del pecho, restringiendo el incremento del pulmón mientras se está en el vientre). Condición que por lo general se corrige a las semanas de haber nacido con una operación (se instala una malla en la abertura del diafragma), pero que afecta seriamente la capacidad del bebé de respirar de forma independiente después del parto, siendo necesario el uso de ventilación mecánica.Error administrativoHasta ahí, todo relativamente bien, de acuerdo a las proyecciones y expectativas que ellos mismos se habían hecho para el parto. No obstante, un error en la ficha de ingreso, aluden los padres por un mal entendido de parte de la aseguradora (se habrían equivocado en designar la carga), les habrían originado millonarias deudas, que hoy no están en condiciones de pagar, ya que ninguno tiene trabajo; viven a costa de sus familias y la elaboración de rifas online, mientras se dedican 100% al cuidado de su hijo, ya que por problemas de cobertura, tampoco tiene supervisión médica en este momento.“Noah era carga de su papá, que es Fonasa, pero yo soy Isapre e ingresé a la Clínica de la Católica como Isapre, pero ellos asumieron que Noah era Isapre igual, que era mi carga y así lo ingresaron. Al principio todo estaba bien, pero cuando se dieron cuenta de que no era mi carga, sino la el papá, comenzó un hostigamiento terrible de empezar a llamar todo el día para saber cuándo íbamos a pagar (…) fue terrible vivir ese momento, porque Noah estaba delicado, nuestro ánimo estaba súper mal. Sentíamos terror de que nuestro hijo pudiera morir”, explicó.TratamientoSu hijo, comentó la joven madre, comenzó a necesitar tratamientos muy costosos, casi desde los primeros instantes después de nacer, teniendo que ser conectado a ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), que acusa, tiene un costo de casi 10 millones de pesos al día. “Y estuvo nueve días conectado a esa máquina”, sostuvo.Posteriormente, explicó su progenitora, Noah estuvo hospitalizado en la UCI del mismo recinto por cerca de cinco meses, lo que acrecentó sus deudas con la institución. “Cuando lo trasladaron a la misma pediatría de la UCI Católica, estuvimos como cinco meses, básicamente porque costó mucho que los mismos doctores de la clínica, dieran el alta para trasladarlo a un hospital, debido a su condición de salud en ese momento (...) solo en atención médica, pago de doctores y otros profesionales, son más de $20 millones de pesos a cancelar”, dijo.Acotó que fue recién cuando su hijo alcanzó la edad de cinco meses, que logró ser derivado a la UTI pediátrica del Hospital San Borja, en Santiago Centro. Aquí, como trabajan con Fonasa, no hubo problemas de cobertura. De hecho, tras lograr cumplir con los requisitos, como peso y edad, y también motivados por el comienzo de la llegada de niños con sintomatologías de coronavirus, explicó, fue necesario desocupar las unidades críticas y camas producto de la contingencia, realizándose así el traslado de Noah al domicilio, donde permanece conectado a un ventilador mecánico hasta el día de hoy, en cuidados de sus padres, gracias a un convenio entre Fonasa y una clínica privada que prestó los equipos, gracias al programa AVNI-AVI. Hasta ahí todo bien.CoberturaLa asistente social, de profesión, explicó que debido a todas las deudas que tenían, y el hecho de que por Fonasa tenían que esperar mucho para cualquier operación, lo que podría eventualmente perjudicar a su hijo, le pidieron al papá de Rodrigo (el abuelo de Noah), que lo pusiera como carga dentro de su plan de salud, en isapre, ya que al eliminarse las preexistencias, a mediados de junio, parecía cubrir los requerimientos de Noah. Pero el plan solo funcionaba en el papel. Algo que, explicó, les complicó la vida, ya que desde Fonasa, advirtiendo el cambio de previsión, comenzaron a pedirle los equipos de vuelta.“Cuando ya figuramos en la isapre, a contar del 1 de octubre, empezaron con los peros. Nos dijeron que teníamos que hacer un requerimiento de hospitalización domiciliaria, en GES, ya que la patología del Noah es GES. Lo hicimos, pero nos lo rechazaron, ya que ‘el Hospital San Borja no era prestador de la Cruz Blanca’, y con eso, nos mataron porque el Noah se estaba quedando sin cobertura y por el otro lado, nos seguían pidiendo devolver los equipos a lo que respondíamos que podíamos devolver todo, menos el ventilador, porque nuestro hijo se muere. No es como devolver un par de zapatos”, dijo.Agregó que posteriormente los contactó una enfermera comercial de Cruz Blanca, para decirles que les iban a ayudar, incluso les aceptaron la hospitalización domiciliaria, pero bajo sus términos de cobertura, lo que les significaba mensualmente, tener que cancelar cerca de 8 millones de pesos. Una suma inalcanzable para ambos.