'El estudio muestra que la sociedad en su conjunto no está polarizada. Más bien, lo que hay en la ciudadanía es una búsqueda de visiones compartidas, diálogo y trabajo común'. Así resume Cristián Valdivieso, director de Criteria, los resultados de la encuesta '¿Polarización política en la sociedad?', realizada entre el 25 y 30 de septiembre de este año.

Con el fin de conocer qué tan atrincherados en la izquierda o en la derecha están los chilenos, se consultó a 800 personas de todo el país a través de paneles online, de cara al plebiscito nacional que se efectúa hoy. 'Así como se piensa que los líderes o las élites políticas parecieran no tener puntos de vista en común, y que los encuentros son impensables o improbables, quisimos saber qué pasaba con la ciudadanía', explica Valdivieso.

Uno de los resultados que más llama la atención es que un 84,5% cree que lo mejor para Chile es 'que todos los sectores políticos del país inicien un proceso de diálogo, se pongan de acuerdo y definan en conjunto la forma en la que se debe administrar el Gobierno'. Cifra que, incluso en el desglose por sector político, mantiene una tendencia similar: personas de centroizquierda (78,6%), personas de centro (83,9%), personas de centroderecha (82,0%) y personas sin posición política (90,8%).

Por su parte, solo un 15,5% del total de los encuestados dijo creer que lo mejor para el país es 'que un sector político obtenga un triunfo contundente en las elecciones y, respetando las otras fuerzas políticas, tenga la oportunidad de administrar el Gobierno implementando sus propias ideas'.

A juicio de Valdivieso, los números anteriores demuestran que 'la ciudadanía parece angustiada y hastiada de la incapacidad que proyecta el mundo político para arribar a acuerdos que pongan la agenda ciudadana por encima de las agendas políticas o partidarias'.

Una apreciación similar sostiene Pía Mundaca, directora ejecutiva de Espacio Público. 'Creo que la ciudadanía espera que las diferencias entre sectores se resuelvan de manera distinta a lo que pareciera verse hoy en la política', comenta.

Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, destaca que los resultados entregan una mirada limpia, fuera de los sesgos de las cascadas informativas. 'Las posturas atomizadas que hemos estado viendo a través de episodios de extrema violencia nos hacen pensar que estamos totalmente polarizados, pero la encuesta no revela diferencias significativas entre personas de derecha, izquierda o centro; todas quieren un proceso de diálogo y, particularmente, que la clase política se ponga de acuerdo', señala.

En tanto, Harald Beyer, rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, remarca que 'a partir de las respuestas, es evidente que los distintos sectores en Chile creen que hay aportes valiosos en quienes no piensan políticamente como ellos'. Y agrega que 'no deja de ser interesante que a pesar de la fuerte polarización que se observa en la élite política, esta no parece permear hacia la población'.

Una visión divergente la entrega Giorgio Boccardo, director de Nodo XXI, quien considera que a nivel social sí estamos ante una situación de polarización. 'Tenemos una dificultad para que el sistema político, cualquiera sea su tendencia, procese las demandas sociales. En ese marco, tengo la impresión de que lo que muestra el estudio es que hay un alegato o falta de confianza en torno a que alguno de los actores políticos sea capaz de solucionar las demandas ciudadanas', aclara.

¿Una coalición única?

Respecto de los problemas que enfrenta Chile en la actualidad, el sondeo refleja que un 70,5% cree que solo pueden ser resueltos a través de grandes acuerdos nacionales, un 75,7% cree que requieren incorporar visiones de distintos sectores políticos para poder ser resueltos y un 82,9% cree que se van a resolver solo cuando los políticos de distintos sectores sean capaces de trabajar en conjunto. Esto es más fuerte aún en las personas que se ubican al centro del espectro político (82%), segmento que, por lo demás, tiene la identificación más grande.

A su vez, la encuesta advierte que al menos un tercio de quienes se consideran de centroderecha (42,5%) o de centroizquierda (32,0%) juzgan que su sector es incapaz por sí solo de enfrentar los desafíos que vienen.

Según Valdivieso, los resultados de este ítem dan cuenta de 'la idea de un Gobierno más inclusivo, que incorpore distintas miradas (...). La ciudadanía no cree en recetas únicas ni en visiones parciales respecto del país en el que estamos. Hay un problema mayor y la solución está en la búsqueda de acuerdos'.

A juicio de Mundaca, estos datos 'son una enorme invitación, sobre todo en el contexto del proceso constituyente, para dialogar y generar marcos que permitan avanzar entre las diferentes posturas'. Además, precisa que 'cuando se habla de diálogo o grandes acuerdos, es importante entender que ha cambiado lo que la ciudadanía espera de estos y sobre la forma en que se realizan'.

En tanto, Beyer indica que los resultados 'dejan entrever que la demanda, como ha ocurrido en otras naciones en el último tiempo, apunta a una coalición amplia que pueda llevar al país a otro estadio. En ese sentido, puede haber una sensación de que el país está entrampado y que para salir de esta situación se debe hacer política de otra manera'.

Sobre esto último, Irarrázaval difiere: 'Yo creo que el país ha estado polarizado, pero lo que la encuesta refleja es que hay un ánimo social de encuentro. Más que hacer un gobierno único, este es un llamado para que la política llegue a acuerdos, porque salvo que sea en una situación de catástrofe nacional, es muy difícil que gobierne una sola coalición'.

En la misma línea, Boccardo agrega que 'de estos resultados no se puede desprender que haya una demanda del Gobierno que incorpore a todos los sectores políticos. Lo que sí podría interpretarse es un llamado de la ciudadanía a que se establezcan mecanismos para procesar lo que la gente pide'.

Ceguera, conflicto e intransigencia

El estudio también señala que una proporción importante de personas de centroizquierda tiene una visión muy crítica sobre la actitud de los partidos de su propio sector: un 36,5% cree que no están dispuestos a incorporar ninguna idea del sector de la centroderecha; un 43% cree que están más preocupados de pelear con los partidos de centroderecha que de solucionar los problemas del país, y un 28,6% cree que asumen posiciones duras que impiden lograr los acuerdos que Chile necesita.

Lo mismo pasa entre las personas que se identifican con la centroderecha: un 31% cree que no están dispuestos a incorporar ninguna idea del sector de la centroizquierda; un 36,9% cree que están más preocupados de pelear con los partidos de centroizquierda que de solucionar los problemas del país, y un 33,8% cree que asumen posiciones duras que impiden lograr los acuerdos que Chile necesita.

A la luz de esos de datos, Valdivieso comenta que 'el proceso constituyente puede ser una gran oportunidad para recuperar desde la política la sensatez demandada por las grandes mayorías: diálogo, puntos de vista en discusión, inclusión de miradas y capacidad de lograr acuerdos'. Si esto no es posible, advierte, 'la confianza en la democracia misma como dispositivo para facilitar y mejorar la vida de las personas estará en un gran riesgo'.

Según Boccardo, esto se interpreta como una impugnación a la clase política. 'Yo no desprendo de este estudio que haya una suerte de demanda para que la izquierda y la derecha se pongan de acuerdo (…), más bien, hay una demanda de impugnación en general por que el sistema político procese las diferencias, con independencia de la polaridad social que está instalada en la sociedad', plantea el sociólogo.

Para Beyer, este alto porcentaje de personas de centroizquierda y centroderecha que piensan que su sector está más preocupado de pelear con los partidos opositores que de solucionar los problemas del país, podría explicarse por 'la imposibilidad de alcanzar una gran coalición'.

Por su parte, Irarrázaval observa que no hay ingenuidad entre las personas con mayor identificación política. 'Ya sean de centroizquierda o centroderecha, las personas son escépticas ante la posibilidad de incorporar las ideas del bando opositor. Pero en la práctica, las personas sin posición política y las de centro, que son la amplia mayoría de los ciudadanos, piensan que los segmentos de izquierda y derecha están más preocupados por sus disputas ideológicas e identitarias que los problemas del país', señala el académico UC.