Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-11-06
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A3
Sección:   Opinión - Columna de Opinión
Centimetraje:   23x11
El Mercurio
Voces de mujer
¿Dónde están las voces de apoyo para aquellas madres trabajadoras en su momento de mayor dificultad?
Diez años se ha retrocedido en equidad entre el hombre y la mujer tras meses de pandemia. Esfuerzos públicos orientados a fomentar el empleo femenino y la complementariedad familia y trabajo, entre ellos la extensión del posnatal, habían logrado que el país cruzara el umbral del 50 por ciento de inserción laboral femenina, cifra comparativamente baja aún —el promedio de la OCDE es 62 por ciento—, pero indicadora de una tendencia positiva.

Hoy, sin embargo, se presenta menos auspicioso el panorama para las mujeres y se requerirá de políticas públicas eficaces más que de discursos feministas encendidos para revertirlo. Si bien la destrucción de empleos es transversal, el impacto en el trabajo femenino es mayor, no solo por su menor nivel de participación, sino también porque los sectores más afectados por la crisis son aquellos de más presencia femenina. Muchas madres trabajadoras han debido compatibilizar los deberes domésticos con su trabajo y la escolaridad remota de sus hijos. No es de extrañar entonces que las madres con niños en la casa hayan manifestado un mayor estrés sicológico durante la crisis sanitaria (Bicentenario UC 2020). Pese a que la evidencia internacional demuestra que la reanudación de la educación escolar, con los debidos protocolos de resguardo, es de bajo riesgo, subsiste cierta oposición a su normalización paulatina, persistiéndose en el cierre de los colegios públicos sin ponderar el costo que implica para los niños y sus familias. ¿Dónde están las voces de apoyo para aquellas madres trabajadoras en su momento de mayor dificultad?

El debate público sobre el rol social de la mujer ha permitido visibilizar sus anhelos, temores y las inequidades que debe enfrentar tanto en el mundo laboral como familiar. Como todo cambio cultural, es lento y sus efectos se evidencian de una generación a otra, pero la institucionalidad debiera ayudar a reforzar dichas transformaciones. Sin embargo, vemos con desazón que iniciativas como el acceso universal a la sala cuna o la flexibilización laboral no ven la luz, entrampadas en discusiones que representan posiciones ideológicas más que un genuino interés por atender las demandas de las mujeres trabajadoras.

La crisis sanitaria ha transformado las formas de trabajar. Aprovechemos la oportunidad para cambiar nuestros métodos laborales fortaleciendo el teletrabajo, fomentando la corresponsabilidad familiar, donde padre y madre puedan trabajar desde el hogar o con horarios flexibles. Un país con deficientes niveles demográficos necesita fortalecer la familia.

Vienen tiempos de debate constitucional, en el seno de una convención que se destaca por ser paritaria, donde —se espera— la voluntad femenina estará expresada en igualdad de condiciones. Será el momento de escuchar las distintas voces que representan a la mujer en sus diferencias y necesidades, no bajo un modelo único, sino en sus múltiples facetas, de madre, de trabajadora, todas anhelantes de respeto y reconocimiento, todas con ansias de libertad y progreso.
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Francisca Alessandri-