Uno de los impactos de la pandemia que los expertos han asegurado que podría causar más problemas a largo plazo es el retraso de las atenciones debido al miedo de los pacientes a consultar, ya que enfermedades crónicas pueden descompensarse o incluso diagnosticarse tardíamente y empeorar los pronósticos.

Cerca de llegar a los nueve meses de pandemia, y tras una fuerte caída en casi todas las atenciones no covid, el sistema ya comienza a observar lo que el propio ministro de Salud, Enrique Paris, bosquejó que sería una 'segunda pandemia'.

En el último mes se ha visto un aumento de las atenciones de urgencia por enfermedades crónicas. Por ejemplo, en el caso de las crisis hipertensivas, antes de la pandemia se recibían cerca de 1.800 casos semanales, cifra que cayó abruptamente durante los meses más álgidos en la circulación del virus, pero que durante las últimas cuatro semanas ha aumentado 32%, con un promedio de 2.430 atenciones en siete días.

Un fenómeno similar sucede con las atenciones de urgencia por infartos: durante el peak de la infección bajaron a casi la mitad de lo normal, pero durante el último mes han anotado un 14% de incremento.

Francisco Espinoza, jefe del Servicio de Medicina Interna de la Clínica Universidad de los Andes, señala que 'hemos visto que se han postergado los controles de patologías crónicas como diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, artritis y cáncer, entre otras'. Añade que 'es así como ha habido un aumento de descompensaciones de estas patologías y también vemos que llegan pacientes con la enfermedad más grave y avanzada, teniendo que hospitalizarlos y, además, alargando el tiempo de estas hospitalizaciones".

El plan de acción

En vista de este fenómeno, el Minsal ejecuta dos planes de recuperación de las atenciones no covid. El ministro Paris admite el escenario consumado: 'Estamos preocupados, esto se trata de una segunda pandemia'.

Para medir el impacto del virus en el retraso de prestaciones, la cartera ha estado analizando cuatro áreas. Y en todas hay datos inquietantes: hasta septiembre existía una disminución, respecto del promedio 2018-2019, del 60% en el control de salud cardiovascular, 50% en el de salud infantil, 47% en el programa de salud mental y 50% de atraso en el programa de regulación de la fecundidad.

Paris señala que 'el que estén apareciendo más problemas de crisis hipertensivas se debe justamente al retraso de los controles (...). Elegimos estas cuatro prestaciones trazadoras, y vamos a ir monitorizando otras prestaciones, pero es probable que esto suceda en la mayoría de las enfermedades".

Según Christian Dauvergne, cardiólogo de la Clínica Alemana y del Hospital del Tórax, la principal razón de la caída de los controles 'es el miedo de la gente durante la pandemia de consultar, porque pensaba que la posibilidad de infectarse con una enfermedad grave era muy alta y no acudía. Era tanto el miedo que muchos pacientes preferían no venir, para no exponerse, aunque fuera una patología potencialmente grave'.

Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, señala que la condición de salud se deteriora, lo que se traduce en 'una mayor demanda de servicio; por lo tanto, es un círculo vicioso. Los diabéticos, los hipertensos, los obesos, los niños no controlados, indudablemente que se van a agravar, y si se agravan, va a aumentar la demanda de servicios de salud de todo tipo. Lo más complejo es que no solo aumenta la demanda, sino que además la gravedad de la patología, y el tipo de servicio que van a necesitar va a ser más complejo'.

Añade que 'al final esto eleva la tasa de letalidad de estas enfermedades y así se va a producir en los próximos meses y años un exceso de muerte importante, que va a estar relacionado no directamente con el virus, pero sí con los efectos de la pandemia'.