Señor Director:

El problema de la vivienda en Chile es serio, y no puede esperar. En esa línea, valoramos que el ministro Ward haya señalado que el acceso universal al techo deba ser parte de una nueva Constitución, y que el arriendo sea uno de los caminos para satisfacer esta necesidad. También es una buena noticia que su cartera esté avanzando en medidas como la generación de incentivos a la oferta de arriendo, las modificaciones al actual subsidio a la demanda, el desarrollo de proyectos piloto y la gestión pública de suelo.

Un tema pendiente es cómo fortalecer la institucionalidad asociada a la promoción del arriendo asequible. En particular, nos parece necesario posicionar la relevancia de las asociaciones de vivienda —entidades sin fines de lucro— para el desarrollo y administración de proyectos de renta a un precio justo. A nivel internacional, estas entidades se hacen cargo de vivienda que otrora fue pública, además de generar su propio stock, poseen flexibilidad para el levantamiento de fondos y no tienen mayores incentivos para cambiar el giro las viviendas. Sus roles de administración son diversos, incluyendo no sólo lo material o financiero, sino también la gestión social.

¿Qué falta para instalar estas asociaciones de vivienda en Chile? Un marco de operación altamente regulado por el Estado, que les facilite el acceso a financiamiento, pero donde también sean fiscalizadas. Sabemos que esto no se logrará de forma inmediata, pero creemos importante avanzar en esa dirección.