Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-12-13
Tipo:   Suplemento
Página(s):   6
Sección:   Suplemento
Centimetraje:   18x21

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- Extenso. El humedal de Batuco es el más grande de la Región Metropolitana.

- Biodiversidad. Un total de 144 especies de aves se han descrito en este lugar.

- Especies. El siete colores es fácil de reconocer y se puede ver en el humedal.

- Refugio. El microclima que tiene este sector lo hace especialmente acogedor para una variedad de especies.
El Mercurio - Domingo
Humedal de Batuco
Un santuario para Santiago
Nada lejos de la ciudad, una laguna de 300 hectáreas acoge más de 140 especies de aves, mamíferos nativos y otras especies que valen el viaje. Este es un recorrido por el humedal que aspira a ser un santuario para la Región Metropolitana.
No es tan común. Tomar el auto, manejar unos 40 minutos por la Panamericana Norte, llegar a lugares poco intervenidos por el hombre. Es algo así como un sueño. Y sin embargo, pasa. El humedal de Batuco es una prueba de que se puede convivir respetuosamente con la vida silvestre cerca de sitios urbanos.

Sobre todo en primavera, este sitio periférico de la comuna de Lampa es una imagen completamente ajena al cemento y ruido de la ciudad. Hablamos de una zona a la que se accede por un camino de tierra, paralelo a la autopista, hasta el hito que demarca la entrada a Batuco: la barrera natural entre el humedal y el paisaje árido de la Región Metropolitana.

Por un sendero empinado que requiere unos diez minutos de caminata, se puede ver cómo abruptamente emerge el rico ecosistema endémico del humedal. Un escenario adornado por un bosque de espinos que conduce hasta el cuerpo de agua de 300 hectáreas, que combina el azul profundo y los tonos grisáceos.

El humedal de Batuco es un ecosistema que despliega juncos y totoras, cientos de tipos de insectos voladores, aves acuáticas y otras como el siete colores, además de animalitos como el quique o el degú, y que desde junio pasado aspira a convertirse en un 'santuario de la naturaleza' para la Región Metropolitana.

Esa mañana de noviembre, el cielo amaneció teñido de gris. A medida que nos acercábamos a la laguna, la brisa helada que acariciaba el rostro estaba cargada con el frescor del agua. Es parte del microclima generado por el humedal, que baja en dos grados la temperatura ambiente y es lo que explica que este sitio sea un paraíso para algunas aves.

El recorrido comenzaba por las pasarelas de madera que la Fundación San Carlos de Maipo, propietarios y cuidadores del humedal, habilitaron hace dos años para que el recorrido de las personas no interfiriera ni afectara la vida de las especies. Quizá por eso mismo, el sonido de las aves llena el ambiente, como si fuera una inmensa orquesta sinfónica alada. Alrededor nuestro, nada más que agua, incontables pajaritos y las elevaciones de la cordillera de la Costa al fondo.

'Las aves están muy activas. Como está nublado, quizá creen que aún no ha amanecido', dijo al comienzo del recorrido Raúl Perry, gerente general de la Fundación, y añadió: 'Un tercio de las especies de aves documentadas en Chile pasan en algún minuto por acá, y en este ecosistema se encuentra un séptimo de la población mundial del pato rinconero. Este inmenso humedal tiene un gran valor para la biodiversidad del país'.

Al rescate de Batuco

Fue solo hace cuatro años que este refugio de especies se convirtió en objeto de conservación. Antes de 2016, toda la zona del humedal estaba loteada. Había empresas que pretendían secar el humedal para convertir la zona en parcelas de agrado u otro tipo de proyectos inmobiliarios. Así hasta que la Fundación San Carlos de Maipo decidió comprar las 300 hectáreas que estaban debajo de la laguna Batuco para establecer un espacio de conservación y estudio, y para compartir la belleza del sector con la comunidad.

La Fundación creó un plan de conservación de gran envergadura. Cerraron los escapes de agua, para que la laguna mantuviera buenos niveles, y se asesoraron con la consultora internacional de medioambiente Nature Conservacy para diseñar una estrategia para salvaguardar el sitio. Entonces, el objetivo era simple: definir los objetos de conservación. En este caso, apuntarían a los bosques de espino, la pradera húmeda salobre (plantas que acumulan sal y crecen en el borde de la laguna), el totoral y el juncal. Y desde luego, el espejo de agua, esencial para que las aves puedan alimentarse y posarse, explicó Raúl Perry.

Además, establecieron el valor de la presencia de ciertas especies para mantener sano el ecosistema. Por ejemplo, de aves como el piuquén o anfibios como la rana chilena, 'que nos hablan de la salud del agua de la laguna', dijo Perry.

A medida que recorríamos el entramado de pasarelas y mirábamos los inmensos totorales y juncos, que sobrepasaban el metro ochenta de alto, nos acompañaba el médico veterinario y asesor medioambiental de la Fundación, Mauricio Fabri, quien explicaba algunas de las características que hacen único a este sitio. Como el rol de la laguna en la generación del microclima, y en la mantención del agua dulce y la recarga de napas subterráneas.

Fabri explicaba que los humedales en general son ecosistemas que están naturalmente interconectados, pero muchos fueron secados para instalar asentamientos urbanos en Santiago. Eso implica, entre otros problemas, que muchas aves migratorias deben volar más lejos para permanecer temporadas largas.

Batuco marca diferencia. 'Tenemos un lugar que es megadiverso: hay cisnes chileno y coscoroba (que hasta hace dos meses estaba en categoría de peligro y ahora está clasificado como casi amenazado), y un total de 144 especies de aves descritas. Hay una rapaz llamado vari, también halcón perdiguero, aves zambullidoras como los blanquillos, tres tipos de garza y, sobre todo, muchos tipos de patos y gansos', decía Fabri mientras apuntaba a los ejemplares que pasaban frente a nosotros.

'Aquí también llegan mamíferos como quiques, zorros culpeo, el degú. Hay culebra chilena, decenas de lagartijas, sapito cuatro ojos. Lo bueno de las pasarelas es que los animales saben que nada va a escapar de ahí, así que podemos verlos muy de cerca', decía el veterinario.

Por estos días, la iniciativa de conservación del humedal muestra cada vez mejores resultados. Y aspira a más. Por eso se ingresó la solicitud al Ministerio de Medio Ambiente para que el sitio se convierta en una área protegida por el Estado.

Según información de dicho ministerio, este es considerado el humedal natural más importante de la Región Metropolitana y uno de los más trascendentes del país en cuanto a tamaño y cantidad de especies que recibe cada temporada. Por eso, se estima que podría ser considerado sujeto de conservación en el segundo semestre del próximo año.

Las aves y la comunidad

Los rincones de Batuco, especialmente en primavera, son un crisol de vida. No solo por los colores y sonidos de las aves, sino porque es la temporada de nacimientos. De allí que escenas de taguas seguidas por filitas de cuatro o cinco tagüitas, son fáciles de encontrar.

'Estamos en periodo de floración y de polluelos. Se pueden ver pajaritos cenicientos nadando junto a sus madres', explicaba Mauricio Fabri. Algo que tiene un periodo acotado. En verano, el agua de la laguna puede disminuir en un 90 por ciento o más. Y sigue más o menos así hasta agosto, cuando se inunda nuevamente. 'Esto permite que el humedal crezca, se desarrolle y muera. Sin embargo, cuando se explota completamente la laguna, se producen problemas acuáticos donde los insectos se ven afectados y se condiciona toda la cadena alimenticia', decía Fabri, y agrega que 'las plantas acuáticas son fundamentales para el ecosistema de aves como patos, cisnes, taguas y coiros del pantano, que nidifican en el totoral y se alimentan de los bichos que viven en él'. Algo que también cambia con la falta de agua.

Pero fue toda la biodiversidad que hay tras estos diferentes momentos lo que llamó la atención de la Fundación San Carlos de Maipo, una entidad que lleva años trabajando en temas de infancia y vulnerabilidad, pero que decidieron abordar la protección del humedal entendiendo que el medio ambiente es parte del bienestar humano. 'Integrar a comunidades vulnerables en espacios naturales genera polos de desarrollo positivo en las personas y en su entorno; de allí que creemos en apostar por el cuidado de la naturaleza', explicaba Raúl Perry.

Hoy, a cuatro años de los primeros trabajos de conservación en Batuco, el agua se ha mantenido en niveles regulares. De hecho, hasta se ha incrementado. Muy distinto a lo que vivió, por ejemplo, en los años 60, cuando hasta se llegó a plantar arroz aquí. Las principales amenazas ahora son provocadas por personas que contaminan el agua, que arrojan basura, desvían los cauces de agua o que simplemente vienen con sus perros a cazar patos.

'Estamos permanentemente tratando de sacar a los cazadores. A esto se suma el cambio climático que nos deja pocas lluvias y además hay que contar con que estamos en una de las comunas más pobres de Santiago, entonces el desafío es generar un polo de desarrollo económico y turístico, al mismo tiempo que conservamos esta hermosa biodiversidad', dijo Fabri ya hacia el final del recorrido.

Para el veterinario, generar una alternativa de desarrollo a través la naturaleza ha sido difícil, pero se avanza. 'Este es el segundo año que trabajamos en el plan de conservación del humedal y no ha sido fácil por el lado de los recursos y de la educación a las personas, pero como se puede ver con esta biodiversidad, hay cambios. Ya se puede visitar de manera segura el humedal; hemos analizado el cuerpo de agua, hecho censos intensivos de aves junto a la Red de Observadores de Aves y generado conversaciones con el Gobierno… Queda mucho camino por recorrer. Aunque vamos bien.
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Marcela Saavedra Araya-