Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-12-24
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 4
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Sección: Temas de hoy
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Centimetraje: 36x28
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Cinco razones para no temerles a las vacunas del Covid
Fue esperada por meses. Reduce muertes y ayuda a poner fin a la pandemia. Las vacunas contra el Covid-19 son hoy gran parte de la solución a la crisis sanitaria. Y varias las razones de peso que fundamentan su seguridad y eficacia.
1 Fabricación en paralelo
Desde el Grupo de Virología de la U. Autónoma (UA) dicen que una de las razones de la velocidad en que se logró la vacuna es la fabricación en paralelo. Mientras en las vacunas tradicionales las fases de ensayos se hacen en secuencia, 'en el de las vacunas Covid-19 se han hecho en simultáneo, lo que agiliza el proceso', aclaran.
Ignacio Silva, académico de la U. de Santiago- señala que al ser una pandemia de impacto mundial, se unificaron esfuerzos tanto de investigadores como de patrocinadores para desarrollar vacunas en distintos países y con distintas plataformas (RNAm, virus atenuado, etc.).
Actualmente, según la OMS, hay 61 vacunas en etapa clínica de investigación y 172 en etapa preclínica, lo que, según Silva, aumenta la eficacia y la seguridad.
Se generaron importantes redes de colaboración entre sectores productivos, académicos y países, añade Pablo González, investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), lo que permitió estudios clínicos multicéntricos internacionales de manera simultánea.
2 Muchos voluntarios para probar eficacia
Los datos muestran que las vacunas tienen una eficacia de sobre el 90%. Y eso se logró gracias a estudios masivos. 'La comunidad científica presionó para que en ningún caso se omitiera alguna etapa clínica. Debido al impacto mundial de la pandemia, la fase clínica 3 reclutó en poco tiempo miles de voluntarios de distintos grupos y países al mismo tiempo', señalan desde la UA.
Normalmente, una vacuna tarda entre cinco y 10 años en desarrollarse, según Silva, en parte por los recursos económicos y porque no se cuenta con suficientes voluntarios. Pero Covid-19 es de impacto mundial. Y hay muchos interesados en aportar. 'Todo favoreció al reclutamiento de miles de voluntarios. La de Pfizer, por ejemplo, contó con más de 40 mil', dice.
El problema fue global, indica Stephania Passalacqua, académica de la U. Austral. Ya sea por evitar enfermarse, porque entendían lo importante de las vacunas o tras ver a un familiar gravemente enfermo, por lo que 'se logró reclutar a miles de voluntarios en tiempo récord'. Algo difícil de lograr.
3 Sólida evidencia científica probada en muchos estudios
Ningún medicamento es 100% seguro en toda la población. Cada persona es diferente. Es natural el temor sobre una vacuna obtenida en tiempo récord, detallan desde la UA. Sin embargo, 'la evidencia científica acumulada indica que las que han llegado al mercado son seguras y sus efectos secundarios muy menores comparados con el beneficio'.
La tecnología ha mejorado mucho, simplificando su producción. Muchas no necesitan de cultivos celulares, ejemplifica Passalacqua, lo que era una gran limitante. Vacunas contra la hepatitis B o el virus papiloma humano son parte de las que usan conocimiento del material genético del agente infeccioso. 'Y con el Sars-CoV2, gracias a científicos de China, se tenía la identificación de su genoma completo a un mes de su descubrimiento, lo que también es inédito', dice.
Finalmente, añade González, contribuye el que las vacunas candidatas sean altamente eficaces. 'La mayoría en desarrollo demostraron ser altamente eficaces, en muchos casos con eficacias superiores a las de otras vacunas'.
4 Financiamiento previo a los ensayos
Poder contar con una vacuna en apenas un año se debe también a la magnitud y velocidad del financiamiento. Contar con fondos inmediatos y significativos, dice González, permitió iniciar simultáneamente el desarrollo de varias vacunas, 'prácticamente desde el primer día en que se dimensionó la magnitud del problema'. Un escenario que para otros virus que no son de impacto global requiere años de búsqueda de financiamiento, lo que enlentece su desarrollo.
'Permitió poner en marcha tecnologías que llevaban años en desarrollo, pero que por no contar con los recursos avanzaban a paso más lento', dice Silva. El mejor ejemplo, el RNA mensajero, hoy usado en las vacunas de Pfizer y de Moderna.
Según la empresa de datos científicos Airfinity, los gobiernos han proporcionado US$ 8.600 millones; las ONG, US$ 1.900 millones, y las farmacéuticas, US$ 3.400 millones en investigación y desarrollo de las vacunas Covid-19.
A su vez, tempranamente se proyectó crear infraestructura y productos necesarios, desde insumos base (vidrio y jeringas que contienen las vacunas), hasta líneas de producción.
5 Ya estaba avanzada por el Sars y el Mers
No se partió de cero. Hace años, científicos trabajan en virus similares o de interés como Sars, Mers, ébola o zika. 'Existía investigación avanzada dada la emergencia de Sars-CoV1 y Mers, los cuales fueron suspendidos, ya que al detenerse su circulación no hubo más financiamiento', dice Passalacqua.
El conocimiento previo del Sars y el Mers dio a los científicos experiencia previa. Los análisis previos sobre Sars ayudaron a comprender cuáles eran las proteínas más importantes frente al sistema inmune, cuáles eran más fáciles de producir y cómo se producen estos virus, dice González.
El Sars comparte características clínicas y estructurales con otros coronavirus, lo que permitió 'reciclar' tecnología para el desarrollo de vacunas y tratamientos. Otras estrategias preventivas y terapéuticas parten desde cero. 'La vacuna de Oxford utiliza la misma plataforma que se investigó para el Mers, por la misma universidad'.
Nex Prensa Escrita
Cinco razones para no temerles a las vacunas del Covid
Fue esperada por meses. Reduce muertes y ayuda a poner fin a la pandemia. Las vacunas contra el Covid-19 son hoy gran parte de la solución a la crisis sanitaria. Y varias las razones de peso que fundamentan su seguridad y eficacia.
1 Fabricación en paralelo
Desde el Grupo de Virología de la U. Autónoma (UA) dicen que una de las razones de la velocidad en que se logró la vacuna es la fabricación en paralelo. Mientras en las vacunas tradicionales las fases de ensayos se hacen en secuencia, 'en el de las vacunas Covid-19 se han hecho en simultáneo, lo que agiliza el proceso', aclaran.
Ignacio Silva, académico de la U. de Santiago- señala que al ser una pandemia de impacto mundial, se unificaron esfuerzos tanto de investigadores como de patrocinadores para desarrollar vacunas en distintos países y con distintas plataformas (RNAm, virus atenuado, etc.).
Actualmente, según la OMS, hay 61 vacunas en etapa clínica de investigación y 172 en etapa preclínica, lo que, según Silva, aumenta la eficacia y la seguridad.
Se generaron importantes redes de colaboración entre sectores productivos, académicos y países, añade Pablo González, investigador del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII), lo que permitió estudios clínicos multicéntricos internacionales de manera simultánea.
2 Muchos voluntarios para probar eficacia
Los datos muestran que las vacunas tienen una eficacia de sobre el 90%. Y eso se logró gracias a estudios masivos. 'La comunidad científica presionó para que en ningún caso se omitiera alguna etapa clínica. Debido al impacto mundial de la pandemia, la fase clínica 3 reclutó en poco tiempo miles de voluntarios de distintos grupos y países al mismo tiempo', señalan desde la UA.
Normalmente, una vacuna tarda entre cinco y 10 años en desarrollarse, según Silva, en parte por los recursos económicos y porque no se cuenta con suficientes voluntarios. Pero Covid-19 es de impacto mundial. Y hay muchos interesados en aportar. 'Todo favoreció al reclutamiento de miles de voluntarios. La de Pfizer, por ejemplo, contó con más de 40 mil', dice.
El problema fue global, indica Stephania Passalacqua, académica de la U. Austral. Ya sea por evitar enfermarse, porque entendían lo importante de las vacunas o tras ver a un familiar gravemente enfermo, por lo que 'se logró reclutar a miles de voluntarios en tiempo récord'. Algo difícil de lograr.
3 Sólida evidencia científica probada en muchos estudios
Ningún medicamento es 100% seguro en toda la población. Cada persona es diferente. Es natural el temor sobre una vacuna obtenida en tiempo récord, detallan desde la UA. Sin embargo, 'la evidencia científica acumulada indica que las que han llegado al mercado son seguras y sus efectos secundarios muy menores comparados con el beneficio'.
La tecnología ha mejorado mucho, simplificando su producción. Muchas no necesitan de cultivos celulares, ejemplifica Passalacqua, lo que era una gran limitante. Vacunas contra la hepatitis B o el virus papiloma humano son parte de las que usan conocimiento del material genético del agente infeccioso. 'Y con el Sars-CoV2, gracias a científicos de China, se tenía la identificación de su genoma completo a un mes de su descubrimiento, lo que también es inédito', dice.
Finalmente, añade González, contribuye el que las vacunas candidatas sean altamente eficaces. 'La mayoría en desarrollo demostraron ser altamente eficaces, en muchos casos con eficacias superiores a las de otras vacunas'.
4 Financiamiento previo a los ensayos
Poder contar con una vacuna en apenas un año se debe también a la magnitud y velocidad del financiamiento. Contar con fondos inmediatos y significativos, dice González, permitió iniciar simultáneamente el desarrollo de varias vacunas, 'prácticamente desde el primer día en que se dimensionó la magnitud del problema'. Un escenario que para otros virus que no son de impacto global requiere años de búsqueda de financiamiento, lo que enlentece su desarrollo.
'Permitió poner en marcha tecnologías que llevaban años en desarrollo, pero que por no contar con los recursos avanzaban a paso más lento', dice Silva. El mejor ejemplo, el RNA mensajero, hoy usado en las vacunas de Pfizer y de Moderna.
Según la empresa de datos científicos Airfinity, los gobiernos han proporcionado US$ 8.600 millones; las ONG, US$ 1.900 millones, y las farmacéuticas, US$ 3.400 millones en investigación y desarrollo de las vacunas Covid-19.
A su vez, tempranamente se proyectó crear infraestructura y productos necesarios, desde insumos base (vidrio y jeringas que contienen las vacunas), hasta líneas de producción.
5 Ya estaba avanzada por el Sars y el Mers
No se partió de cero. Hace años, científicos trabajan en virus similares o de interés como Sars, Mers, ébola o zika. 'Existía investigación avanzada dada la emergencia de Sars-CoV1 y Mers, los cuales fueron suspendidos, ya que al detenerse su circulación no hubo más financiamiento', dice Passalacqua.
El conocimiento previo del Sars y el Mers dio a los científicos experiencia previa. Los análisis previos sobre Sars ayudaron a comprender cuáles eran las proteínas más importantes frente al sistema inmune, cuáles eran más fáciles de producir y cómo se producen estos virus, dice González.
El Sars comparte características clínicas y estructurales con otros coronavirus, lo que permitió 'reciclar' tecnología para el desarrollo de vacunas y tratamientos. Otras estrategias preventivas y terapéuticas parten desde cero. 'La vacuna de Oxford utiliza la misma plataforma que se investigó para el Mers, por la misma universidad'.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2020-12-24
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 4
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Sección: Temas de hoy
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Centimetraje: 36x28
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