SEÑOR DIRECTOR
Considero muy acertado el titular de su editorial de ayer en relación a la urgencia de masificar las donaciones en Chile. De acuerdo a los estudios de Sociedad en Acción, en Chile existen más de 210.000 organizaciones de la sociedad civil (OSC) activas, que se distribuyen a lo largo de todo el país y desarrollan una diversidad de actividades. Estas organizaciones sociales hacen un aporte significativo y diferencial al desarrollo del país. Durante la pandemia del Covid-19, se han desplegado en todo el país contribuyendo en la distribución de alimentos, comedores populares, atenciones de salud, residencias y múltiples iniciativas que complementan o incluso anticipan la labor de programas sociales.

Efectivamente, tal como se señala en el editorial, el foco de la reforma al sistema de donaciones debe estar en simplificar el proceso, permitiendo incorporar fines que hasta ahora no tienen cabida como es medio ambiente, salud, derechos humanos y otros, ampliar los topes para donar, facilitar la participación de personas naturales, y establecer mayores niveles de transparencia al sistema. La unificación de la legislación actual, si bien es un objetivo loable, solo será conveniente en la medida en que sea un factor de facilitación del proceso y no termine creando mayor complejidad y rigidez.

De más está decir que se puede avanzar significativamente en el objetivo de fondo de la reforma deseada con una ley más simple, que unifique el tratamiento de las donaciones como gasto aceptado, manteniendo el resto de las normativas vigentes. A su vez, se puede avanzar con decisión por la vía administrativa en el ámbito de la transparencia, a través de la digitalización de los procesos y en el fortalecimiento del Registro de Personas Jurídicas Sin fines de lucro como portal único que almacene y ponga a disposición de la ciudadanía toda la información relevante sobre las organizaciones de la sociedad civil.