Los primeros días del año nos reflejaron cómo mucha gente, con dinero en el bolsillo gracias a los dos retiros del 10%, disfruta de las playas con traje de baño nuevo, lindos quitasoles, pero sin consideración a los riesgos de la pandemia. Las fiestas clandestinas abundan por doquier y los participantes son muchos reincidentes. Comunas que avanzan en el paso a paso y luego retroceden, comercio que se autoriza y luego se vuelve a restringir. La volatilidad es cada vez mayor.

Así, lo que queda del verano y el otoño serán muy complejos, con las esperanzas puestas en una vacunación masiva antes del invierno. Pero ¿cómo enfrentaremos las nuevas cepas de covid y qué pasará con la próxima pandemia? Más allá de la pandemia y los efectos en ella, este año tenemos sendas elecciones de Constituyentes, Gobernadores, Alcaldes, Concejales, Consejeros Regionales, Diputados, Senadores y Presidente de la República. Esto no solo significa complejos procesos de campañas y votación, sino también cambios en las autoridades con todas las incertidumbres y ambigüedades que ello conlleva. Este es sin duda un escenario VUCA.

En el reciente Congreso del Futuro pudimos escuchar muchas reflexiones respecto de este tipo de escenarios que están presentes hoy y lo estarán por muchos años más. Daniel Fernández, presidente de la Fundación Encuentros del Futuro señaló en dicha instancia que 'confrontamos un mundo muy complejo con altos niveles de incertidumbre y las formas de enfrentarla son básicamente dos: una es buscando certezas y la otra es navegar con la incertidumbre'. Me parece concluyente de esta y otras reflexiones el que debemos cambiar nuestros comportamientos para poder navegar con cierta tranquilidad en estas aguas. Sin embargo, los hechos relatados nos muestran que no vamos por el camino correcto.

Es el momento de volver a nuestras raíces, de entender que vinimos a este mundo para ser parte de una comunidad y nos debemos a ella, siendo nuestra comunidad primaria la familia. Es momento de dar vida a un término de la cultura del sur de África, acuñado hace más de 2000 años: 'Ubuntu', que es traducido en diferentes formas como: 'yo existo porque soy parte de ustedes', 'yo soy porque nosotros somos', 'la humanidad a través de los otros'. Es la creencia en un vínculo universal de compartir que conecta a toda la humanidad. Esto es volver a nuestras raíces, entendiendo que estamos todos conectados y no solo las personas, sino todos los seres vivos, la naturaleza como tal.

Esto es así también respecto de las empresas, las organizaciones civiles y las instituciones del estado. Todos nos debemos a una sociedad y tenemos un rol que cumplir en ella. Nadie nace para sí mismo sino para un todo. La empresa también surge para resolver o aportar a mejorar una situación social y cuanto más cambia el mundo, se hace más patente la necesidad de volver al origen. Y el origen es conocer a tus clientes y el entorno. Porque el centro de la transformación son las personas.

Necesitamos cambiar nuestros comportamientos, entendiendo que somos parte de un todo, siendo y conviviendo armónica y colaborativamente. Debemos contribuir a mejorar nuestro todo si queremos ser reconocidos y ser parte activa del crecimiento y desarrollo. Quien se excluya de este proceso, más temprano que tarde, terminará siendo expulsado por el sistema. ¡Ubuntu!