Cada región del país tiene sus propios recursos naturales y materias primas para la producción de alimentos. Precisamente para aprovechar al máximo dicho potencial, el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), apoya a emprendedores del rubro para añadir valor agregado, y que así logren diferenciarse y, eventualmente, internacionalizarse.

La institución —originada al alero de Corfo y que hoy depende de Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID— trabaja estrechamente con reparticiones públicas y con la academia. De hecho, entre sus fundadores están las universidades de Chile, Católica, de Talca y de La Frontera. Y para potenciar su trabajo acaba de abrir un centro de innovación en Coquimbo para atender a la macrozona norte y en abril inaugurará otro en Laguna Carén, enfocado en la zona central. Se sumarán al que ya tiene en la Región de La Araucanía.

El centro está en la planta de Orizon en La Pampilla, y se orienta a la atención de emprendedores, con énfasis en los bioproductos marinos. Entregará servicios de prototipaje, pilotaje y escalamiento. 'En los últimos 15 años Chile duplicó el valor de sus exportaciones en alimentos, sin embargo, precisa dar un salto que permita hacer sustentable este crecimiento en el largo plazo. Así, resulta fundamental una valorización de nuestras materias primas a través de la incorporación de tecnología e innovación. Para seguir avanzando en la exportación de alimentos, Chile requiere generar espacios donde los emprendedores puedan llevar sus ideas y desarrollarlas, hacer pruebas y escalar los productos a bajo costo', explica Jean Paul Veas, director ejecutivo de CeTA.

—¿Qué esperan de este dentro en la Región de Coquimbo?

'El desarrollo de Chile tiene que estar afirmado en los avances que experimentemos en regiones. Y por eso, este centro es una señal importante al traer a Coquimbo un concepto de trabajo que esperamos pueda aportar mucho para los emprendedores y las empresas no solo de la región de Coquimbo, sino de la macrozona norte. El aporte de este nuevo recinto no solo radica en traer tecnología de última generación para el rubro, sino de tender puentes que son vitales entre el sector productivo y el ámbito académico/investigativo'.

—¿En qué tipo de emprendimientos están pensando?

'Definimos cuatro líneas que responden a la realidad de esta macrozona sobre la base de los principales recursos que se producen: pastas untables, conservas, embutidos y mermelada. La idea es entregarles a las pequeñas y medianas empresas la oportunidad de prototipar, de investigar para que sean capaces de entregar distintos productos, más diversificados y también más complejos, con mayor valor agregado'.

—¿Qué investigaciones o emprendimientos ya tienen identificados?

'Se están desarrollando proyectos de investigación interesantes con jibia, el jurel y bivalvos, además de macro y microalgas, sobre todo para aumentar su consumo en la alimentación escolar. Por otro lado, la agricultura tiene un gran desafío a nivel de aprovechamiento de recursos que hoy no pueden comercializarse a precios competitivos'.

—¿Cuáles son las proyecciones de CeTA a corto plazo?

'Este año CeTA tendrá un gran impulso enfocado en aumentar su relevancia y aporte en el proceso innovador. También inauguraremos el Centro de Innovación en Santiago, en Laguna Carén, que por su ubicación geográfica, y los servicios y tecnologías que incorporará le darán un gran potencial a la industria alimentaria. Es una iniciativa que además es parte de la hoja de ruta de otras entidades como Corfo y los ministerios de Ciencias y de Agricultura'.