Señor Director:

Después de la presentación por parte de Senda de la Estrategia Nacional de Drogas 2021-2030, dos especialistas, en una columna publicada en el 'El Mercurio', contraargumentaron proponiendo abrir el debate a la legalización del mercado de las drogas como una solución a la violencia asociada al narcotráfico y una fuente de tributos para financiar sus externalidades, y citamos: 'Existen otras razones a favor y en contra de un nuevo marco regulatorio de las drogas, que podrían ser escuchadas si existiera una discusión nacional sobre el tema, basada en evidencia científica'.

Al menos compartimos el fundamentar el debate en la evidencia, la misma que nos dice que, en nuestro país, el costo asociado al consumo de alcohol fue de cinco veces los tributos recaudados por sus impuestos específicos. Según Senda, si en el último mes el 46% de la población consumió alcohol, el 51% de este grupo lo hizo hasta la embriaguez. Esto explica por qué mueren, en relación con el alcohol, 37 personas al día.

Esta droga, legal, no nos muestra un perfil auspicioso si pensamos en la legalización de otras. ¿Qué mensaje les daríamos a nuestros jóvenes? El estudio de Mattick en Australia demostró que el principal factor de riesgo para el consumo problemático en jóvenes (por sobre la influencia de pares) es que los padres sean quienes los inicien en el consumo de alcohol. La baja percepción de riesgo por parte de los padres termina explicando que los jóvenes consuman de forma riesgosa. En Chile, el aumento sostenido del consumo de marihuana se ha correlacionado con la disminución de la percepción de riesgo por parte de los padres.

Tenemos que considerar toda la evidencia para diseñar la mejor estrategia, y en ese sentido, consideramos que Senda va en el camino correcto. Como país, debemos alinearnos para apoyarla y hacerla viable. No queremos que la marihuana se vuelva el nuevo alcohol de nuestra población.