Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2021-03-03
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 11
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Sección: Opiniones
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Centimetraje: 27x6
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Cuando miles de padres debatimos si nuestros hijos irán a clases presenciales o no, hay tres familias que quisieran estar en esa disyuntiva, pero las vidas de sus pequeños hijos han sido segadas por la violencia. No son los primeros, y cuesta creer que van a hacer los últimos.
Los delitos contra las personas han crecido un tercio este último año y la violencia se apodera de delitos comunes. Hemos advertido que las encerronas y portonazos habían adquirido otro rostro. ¿No los vimos venir? Muchas voces han advertido la penetración del narcotráfico, el fácil acceso a armas ilícitas, la organización de bandas criminales con involucramiento delictivo de niños y jóvenes, muchos de ellos consumidores problemáticos de drogas y alcohol. También hemos advertido la deficiencia en la información y en la priorización de la búsqueda de niños y adolescentes, la reacción tardía y poco coordinada, la falta de prevención de un sistema de protección que es incapaz de llegar antes.
¿De que han servido las agendas cortas, las cárceles más grandes, los llamados grandilocuentes? Subir las penas no disuade la comisión del delito si no somos capaces de formalizar y condenar. ¿Cuánto se ha insistido en la necesidad de tribunales de ejecución que garanticen el cumplimiento, o un buen sistema post penitenciario? A dos años de cumplida la pena de la cárcel, más de un 50% de los internos vuelven a delinquir. ¿Y la prevención? Llegar antes significa estar con todo un sistema apoyando la reducción de factores de riesgo, con una oferta de calidad y basada en la evidencia. Esa debe ser la prioridad. Cuando las balas salen de los "fierros" en manos de otros niños es que llegamos muy tarde.
Si queremos que esto cambie necesitamos una agenda larga, que parta en la infancia, que fortalezca la familia, la escuela, la comunidad, que recupere los espacios arrebatados donde campea el delito, que no normalice la droga ni le haga el juego a la élite que no repara en las consecuencias en niños y jóvenes que mueren, o por consumo o por sus consecuencias sociales. Tres niños no podrán volver hoy al colegio ni crecerán en sus familias, como otros antes que ellos. Fueron víctimas de una nueva pandemia: la violencia. Si hay un lugar en que estén juntos que sea en nuestros corazones, pensamientos y acciones, para que jamás otro niño viva su suerte.
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Marcelo Sánchez A. Fundación San Carlos de Maipo-
Nex Prensa Escrita
Cuando miles de padres debatimos si nuestros hijos irán a clases presenciales o no, hay tres familias que quisieran estar en esa disyuntiva, pero las vidas de sus pequeños hijos han sido segadas por la violencia. No son los primeros, y cuesta creer que van a hacer los últimos.
Los delitos contra las personas han crecido un tercio este último año y la violencia se apodera de delitos comunes. Hemos advertido que las encerronas y portonazos habían adquirido otro rostro. ¿No los vimos venir? Muchas voces han advertido la penetración del narcotráfico, el fácil acceso a armas ilícitas, la organización de bandas criminales con involucramiento delictivo de niños y jóvenes, muchos de ellos consumidores problemáticos de drogas y alcohol. También hemos advertido la deficiencia en la información y en la priorización de la búsqueda de niños y adolescentes, la reacción tardía y poco coordinada, la falta de prevención de un sistema de protección que es incapaz de llegar antes.
¿De que han servido las agendas cortas, las cárceles más grandes, los llamados grandilocuentes? Subir las penas no disuade la comisión del delito si no somos capaces de formalizar y condenar. ¿Cuánto se ha insistido en la necesidad de tribunales de ejecución que garanticen el cumplimiento, o un buen sistema post penitenciario? A dos años de cumplida la pena de la cárcel, más de un 50% de los internos vuelven a delinquir. ¿Y la prevención? Llegar antes significa estar con todo un sistema apoyando la reducción de factores de riesgo, con una oferta de calidad y basada en la evidencia. Esa debe ser la prioridad. Cuando las balas salen de los "fierros" en manos de otros niños es que llegamos muy tarde.
Si queremos que esto cambie necesitamos una agenda larga, que parta en la infancia, que fortalezca la familia, la escuela, la comunidad, que recupere los espacios arrebatados donde campea el delito, que no normalice la droga ni le haga el juego a la élite que no repara en las consecuencias en niños y jóvenes que mueren, o por consumo o por sus consecuencias sociales. Tres niños no podrán volver hoy al colegio ni crecerán en sus familias, como otros antes que ellos. Fueron víctimas de una nueva pandemia: la violencia. Si hay un lugar en que estén juntos que sea en nuestros corazones, pensamientos y acciones, para que jamás otro niño viva su suerte.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2021-03-03
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 11
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Sección: Opiniones
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Centimetraje: 27x6
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