Todos los años, el 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Se trata de un evento orientado a concientizar sobre el uso racional de la energía. También busca sensibilizar a todas las personas acerca de la necesidad de reducir el consumo energético.

Ser energéticamente eficiente ya no es una batalla liderada por unos pocos visionarios, sino que se ha convertido en una necesidad urgente en la cual todos nosotros debemos tomar parte. ¿Cómo puede cada uno de nosotros contribuir? Hay varias acciones: usar las horas de luz natural para aquellas tareas que requieran de más luz,fomentar el uso de los medios de transporte público y la bicicleta, separar basura para que parte de la misma pueda ser reciclada, apagar las luces y los aparatos electrónicos cuando no los estemos usando.

Y si hablamos de los electrodomésticos, el refrigerador es por lejos el aparato que más energía consume, llenado a representar alrededor del 30% del consumo eléctrico del hogar. Por eso al momento de elegir un refrigerador es importante optar por los modelos que tengan eficiencia energética de al menos A+. Pero sea cual sea el refrigerador o freezer que tengamos en nuestro hogar, también existen hábitos de uso que contribuyen a ahorrar energía, tales como abrir y cerrar la puerta del refrigerador lo menos posible (ya que esto genera pérdida de frío que el aparato debe recuperar gastando energía); considerar que un aparato lleno funciona más eficientemente que uno a medio llenar debido a que los alimentos bebidas conservan mejor el frío que el aire (por eso puede almacenar botellas con agua en un refrigerador y hielo en el freezer) y utilizar el termostato para almacenar eficientemente los alimentos a la temperatura adecuada, ya que para bajar y mantener un solo grado la temperatura al interior del aparato, éste puede consumir hasta un 6% más de energía.