Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-03-21
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A12
Sección:   Vida - Ciencia - Tecnología
Centimetraje:   34x27

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- El racionamiento de agua podría transformarse en una realidad habitual si no se toman medidas de resguardo ante la escasez esperada del recurso hídrico.

- En el norte se espera un aumento de las precipitaciones, pero no a lo largo del año sino que concentradas, lo que podría provocar inundaciones y aluviones como este que afectó a Toconao el último verano.

- La disminución de la nieve en la cordillera afectará la disponibilidad de reservas de agua. En la foto, funcionarios de la Dirección de Aguas realizan mediciones periódicas del glaciar Echaurren, frente a Santiago, para conocer sus variaciones estacionales.

- Los episodios de sequía se repetirán en el futuro, afectando acopios de agua de relevancia regional, como el Embalse el Yeso, como ya ocurrió en la década pasada.
El Mercurio
Estudio de la U. de Chile analiza escenario provocado por el cambio climático para fines de siglo:
La temperatura en el país aumentará hasta en 6°C y las lluvias podrían bajar en 60%
El área que sufrirá mayor impacto es la zona central, donde también habrá una merma en la disponibilidad de agua por la reducción de la nieve acumulada en la cordillera.
En la víspera del Día Mundial del Agua, un nuevo y actualizado estudio de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la U. de Chile sobre el cambio climático para el país revela un complejo escenario, en que el recurso hídrico es uno de los principales afectados.

La investigación, publicada por la prestigiosa revista "Climate Dynamics" de Nature, advierte que tanto las temperaturas máximas como las mínimas aumentarán en todo el territorio chileno a lo largo de todas las estaciones y la disponibilidad de agua se reducirá dramáticamente.

En líneas generales, el escenario más optimista plantea que hacia fin de siglo las temperaturas mínimas y máximas subirían hasta 2° C, mientras que el modelo más adverso indica alzas sobre los 4° C en las temperaturas mínimas y sobre los 6° C en las temperaturas máximas, incluso en invierno.

Las precipitaciones, en tanto, disminuirán 60% entre las regiones de Atacama y Los Ríos y aumentarán un 40% y 20%, respectivamente, en el altiplano y la zona austral.

"La zona central de Chile será de las más afectadas del país, dado que allí se esperan aumentos de temperatura tanto mínima como máximas así como también disminuciones de las precipitaciones, que es lo más complicado que enfrentamos", reconoce el líder de la investigación, Manuel Paneque, académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Renovables de la Facultad de Ciencias Agronómicas.

A su vez, advierte que el desplazamiento a las zonas más altas de la isoterma cero (la línea imaginaria desde donde la baja temperatura hace que caiga nieve en vez de llover) reduciría las áreas que registran mayor almacenamiento de nieve.

Inundaciones

"Esto afectaría la disponibilidad de agua dulce porque nosotros nos abastecemos en gran parte de la nieve que se acumula", comenta. Esto también afectaría la producción frutícola porque esta tiene una alta dependencia de agua y de cierta cantidad de horas de frío. La disminución de ambas provocará una aparición tardía de las hojas, como también de los frutos y una reducción en la calidad, dice.

Los aumentos de precipitaciones en el Altiplano y Magallanes también tendrán consecuencias. "Lo que pasa es que estas lluvias no ocurrirán en forma distribuida durante el año, como uno pudiera esperar, sino que van a ser lluvias concentradas, por lo que probablemente van a estar relacionadas, al menos en el norte, con las lluvias del invierno boliviano y eso va a causar mayores problemas para la gente que vive en la zona si no nos preparamos", asevera. Es decir, podría haber un incremento de inundaciones y aluviones.

En el caso de Magallanes es probable que haya más precipitaciones que nieve.

En definitiva los modelos aventuran que habría un desplazamiento del clima mediterráneo de la zona central hacia el sur y un desplazamiento del clima preferentemente lluvioso de la zona sur hacia Aysén y Magallanes.

Todo esto que se proyecta para el país no necesariamente ocurrirá a fin de siglo, sino que ya se está empezando a percibir, dice el especialista.

"Algunas cosas que nosotros esperábamos que aparecieran de aquí a veinte años ya las tenemos. Basta ver cuanto está aumentando la temperatura a nivel del mar o la velocidad a la que están disminuyendo las precipitaciones. Todo lo que nosotros estamos proyectando para cuarenta o cincuenta años yo creo que en diez o quince años vamos a empezar a mirarlo si no hacemos algo", observa.

Tendencia marcada

El desafío no es sencillo porque no solo es un problema de Chile sino que tiene escala mundial y su solución también. La paradoja es que es Chile de los países que menos aporta contaminación global, pero es de los más afectados, estima Paneque. Los investigadores analizaron las tendencias de temperaturas y precipitaciones en 400 puntos del país para todo el siglo XXI, estudio que permitió identificar las señales de cambio climático en las distintas macrozonas de Chile, y bajo distintos modelos de simulación, para tres períodos: 2016-2035, 2046-2065 y 2081-2100.

"En la medida que tenemos mayor cantidad de predicciones podemos tener de alguna manera una mejor sensibilidad de lo que va a pasar", destaca.

Las predicciones ratifican las mismas condiciones que ya venían señalando estudios realizados desde principios de este siglo por especialistas de la misma facultad y del CR (2). "Lo que esto nos dice es que existe una tendencia marcada hacia el futuro de que lo que se está prediciendo pueda ocurrir".

Recuadro
- Falta de agua

La profundización de la escasez hídrica esperada para los próximos años en Chile impactaría a los ecosistemas en general, a los organismos que los componen, incluyendo en especial a la población humana, dice el estudio.
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RICHARD GARCIA-