Se estima que unas 200 mil personas viven con algún tipo de demencia en el país, un grupo de enfermedades que afectan las funciones cognitivas y dificultan la vida cotidiana de los pacientes y sus familiares. Pensando en ellos, ayer se lanzó una guía virtual y gratuita (disponible en uchile.cl/u174559) que entrega, de manera clara y sencilla, una serie de consejos para adaptar los espacios y favorecer el desenvolvimiento de quienes conviven con estas patologías.

Elaborada por un equipo de profesionales de diferentes centros, encabezados por la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento de la U. de Chile, se trata de una herramienta útil, sobre todo para enfrentar los confinamientos que ha generado la pandemia, como plantea Andrea Slachevsky, directora de la Clínica de Memoria y Neuropsiquiatría del Hospital del Salvador, quien participó en los contenidos de la guía.

'Una de las dificultades más importantes en estas personas es la pérdida de capacidad para desenvolverse en lo cotidiano, lo que genera trastornos de la conducta (como problemas de sueño o de ánimo)', precisa.

En un estudio realizado en Brasil, Argentina y Chile (se entrevistó a 300 personas), se vio que cerca del 60% de los pacientes reconocía un agravamiento de la patología desde que comenzó la pandemia, comenta la especialista. 'Aumento de síntomas conductuales (agitación, ansiedad), de dificultades cognitivas y de memoria, y para desarrollar actividades habituales'.

Slachevsky dice que se produjeron cambios en muy poco tiempo. 'Hay un porcentaje de personas en que esto significará un deterioro más significativo, pero reversible en algunos casos'.

De allí que el objetivo de esta guía sea minimizar ese impacto, los costos y carga de cuidado, mediante cambios en los distintos ambientes en donde se mueve una persona con demencia. 'La idea es generar espacios más inclusivos', dice Slachevsky.

Lo anterior, tal como se muestra en la guía, implica generar entornos accesibles y libres de obstáculos; mantener espacios ordenados y bien iluminados; utilizar señales visuales que sean familiares y significativas para la persona, e instalar señaléticas y etiquetas en puntos estratégicos, para ayudarle a encontrar habitaciones y objetos, por ejemplo.