El Informe de Competitividad Global publicado en junio trajo noticias agridulces para Chile. El país cayó al puesto 44, pero la actividad emprendedora local dio un salto al segundo lugar, algo que muchos definen como el tercer boom del emprendimiento local.

Los expertos dicen que este resultado se explica por una serie de políticas públicas impulsadas hace una década para promover el desarrollo de startups, como la creación de Start-Up Chile, programa que Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de Corfo, califica como el 'gran detonador del emprendimiento tecnológico'.

En el ecosistema hay consenso en que el apoyo de la aceleradora de Corfo a cerca de dos mil emprendimientos es clave para que Chile hoy esté en ese lugar, facilitando el despegue de proyectos que hace pocos años tenían buen perfil, pero que hoy son unicornios o están cerca de serlo, como Cornershop, NotCo o Betterfly.

Para Patricio Borgoño, Head de Online Payments de Mercado Pago Chile, las firmas que conducen este boom abrieron el camino para que más emprendedores se atrevan. En la industria Fintech, por ejemplo, han emergido varias startups enfocadas en pagos digitales 'que han ido creciendo, se han internacionalizado y en algunos casos han sido compradas por actores del mundo financiero tradicional que no se quieren quedar atrás en innovación y cercanía'. Por eso, dice, lo que ocurre hoy es imparable: 'Cada año tendremos más startups y dentro de ese universo nacerán nuevos unicornios de vocación y escala internacional'.

Éxito en la adversidad

El impacto social que los más destacados tienen hoy es otra de las razones del buen momento del ecosistema.

'Si miramos las startups chilenas que han levantado rondas relevantes de financiamiento en el último tiempo, en su mayoría fuera del país, como Betterfly y NotCo, nos damos cuenta que todas son empresas que han sido capaces de resolver problemáticas locales y globales, que más allá del aspecto económico, tienen un propósito que genera externalidades positivas sociales o ambientales, y que usando la tecnología han logrado un modelo de negocio escalable', sostiene Terrazas.

Es, sobre todo, relevante en el contexto actual, en un boom que parece inmune a los efectos de la pandemia o el estallido social. 'Dada la contingencia y el punto de inflexión que vivimos a nivel mundial, estos emprendimientos chilenos se están luciendo más en los mercados', subraya Terrazas.

Coincide Jaime Arrieta, CEO de BUK, software de gestión de personas que se proyecta como la primera HR Tech unicornio local.

'En muchos casos, la pandemia aceleró la transformación digital e incidió en que startups completamente digitalizadas consolidaran su posición en el mercado', dice Arrieta, a partir de lo que ha visto en los últimos meses: 'No solo hemos sido testigos directos de estas transformaciones, sino que también aliados de muchas empresas que debieron optar por lo digital como el único camino para seguir con su negocio'.

Sofía Neumann, chief editor de Startups Chilenas, también cree que la emergencia sanitaria terminó de develar que las soluciones tecnológicas son una necesidad 'patente y clara' y están generando nuevas oportunidades de negocio 'que muchos están comenzando a identificar'. Esto será clave para lo que viene, observa Fernando Oliver, CEO de Option. 'Tener este ecosistema nos ayuda como país a enfrentar la nueva economía digital pospandemia, y los que mejor lo sobrelleven serán aquellos que tengan mirada de negocio digital, de startups e innovación', dice. Y los desafíos, advierte, están en generar capital humano avanzando en TI y en el aumento de fondos locales de venture capital.

Más allá del éxito de la política pública implementada la década pasada, para Terrazas el reto hoy está en lograr las condiciones para que las startups 'escalen desde nuestro país, resolviendo, eventualmente, problemáticas de sectores críticos, donde el financiamiento a esta escala se vuelve un eslabón clave'.