Kumiko significa eterna belleza en japonés, y es precisamente el nombre del emprendimiento chileno que en 2018 creó la cosmetóloga Catalina Aguirre y que hoy tiene como socio a la megaestrella de la canción y de Hollywood, Ricky Martin.

Fue a comienzos de 2020 cuando el cantante puertorriqueño puso sus ojos en la marca chilena y, tras meses de negociaciones y reuniones por Zoom, selló su ingreso en la propiedad de la empresa y se comprometió a ser el rostro de la marca por los próximos tres años.

'Siempre ha sido mi prioridad trabajar en proyectos artísticos, filantrópicos o empresariales que aporten a la calidad de vida de la humanidad, incluyendo la salud física y mental. Durante la pandemia, ese enfoque lo he llevado a nivel individual centrándome en la sanación a través del sonido, la meditación y utilizando productos que ayuden a mejorar mi bienestar', destaca Ricky Martin. Y agrega: 'Me emociona mucho ser parte del equipo y poder contribuir a nivel internacional en la promoción de la línea y sus múltiples beneficios'.

Kumiko hoy comercializa ocho productos destinados al tratamiento anti-envejecimiento y limpieza de la piel, elaborados en Barcelona y que utilizando como base el té Matcha -producto asiático con reconocidas propiedades antioxidantes-, combinan mesoterapia con tecnología de punta. Y se aprontan a lanzar cinco productos adicionales para tratamientos específicos.

'El té Matcha es un súper alimento, diurético, antiinflamatorio, tranquilizante, y contiene más de 137 veces los antioxidantes del té verde regular', explica Catalina Aguirre, CEO de Kumiko.

La emprendedora es periodista de la Universidad de Los Andes y durante 15 años trabajó en televisión abierta, en programas informativos y de entretención tanto en La Red como en Mega. Tras su paso por las pantallas decidió sumar una nueva carrera y se lanzó a estudiar Pedagogía, en la Universidad Gabriela Mistral, labor que ejerció durante un par de años. Pero, como siempre le había gustado la estética y la cosmética, en 2010 estudió y se certificó como cosmetóloga y dio rienda suelta a su pasión. Tras un 'servicio militar', como lo define ella, en la clínica dermoestética de la doctora Carmen Morén, resolvió emprender por su cuenta en una consulta privada y de a poco se fue armando una cartera de clientas, que llegaron a ser más de 800. Además, participaba en programas de televisión como cosmetóloga experta invitada y escribía columnas de belleza en revistas.

En 2016 conoció el té Matcha y sus bondades antioxidantes y se puso a investigar cómo combinar los beneficios del producto milenario con la dermocosmética. En 2017 descubrió que en Barcelona existía la tecnología de punta para desarrollar una línea de productos con la más alta tecnología que combinara los ingredientes, para dar vida a Kumiko.

Con una inversión familiar de $100 millones, Catalina Aguirre y su marido -Nicolás Cuadrado- dieron vida en septiembre de 2018 a las primeras creaciones de la marca para combatir el envejecimiento.

El matrimonio tocó puertas y dejó los pies en la calle para buscar apoyo y así desarrollar su emprendimiento. 'Nunca estuvo en mi horizonte emprender; nadie me advirtió lo difícil que es ser emprendedora. Fue como tirarme a la piscina con una venda en los ojos, pero estoy convencida de que nuestros productos son excelentes y solo necesitaba que la gente los conociera. De hecho, la tasa de recompra en Chile es 40% y eso te demuestra que a las personas les gustan', aclara Aguirre.

A fines de 2018, se sumaron a las filas de Kumiko el ingeniero Álvaro Caballero y Trinidad Tagle, como socios minoritarios y parte del equipo. En 2019 comenzaron a vender su marca, además de la página web, en la cadena de farmacias SalcoBrand y posteriormente en las plataformas de Ripley, Paris y Falabella.

'El batatazo vino en 2020 con la pandemia. Hicimos un trabajo de hormiga en las redes sociales y las ventas alcanzaron US$ 550 mil, un crecimiento de 600% respecto al año anterior', detalla Aguirre.

Pero en Kumiko querían ir por más y pusieron sus ojos en Estados Unidos. Como el presupuesto era escaso, decidieron conquistar ese mercado vendiendo a través de Amazon Prime y su sitio web, y también con una fuerte campaña en las redes sociales.

En eso estaban cuando, a finales de 2019, un conocido los contactó con Rebeca Drucker, mánager de artistas de Hollywood, la que quedó fascinada con la línea de Kumiko. Tanto fue lo que le gustaron los productos que se los mostraron a un grupo de celebrities y quien enganchó sin dudarlo dos veces fue Ricky Martin.

'En abril del año pasado me llama Rebecca Drucker y me pregunta ‘¿Tienes buenos abogados? Ricky Martin quiere ser tú socio'. Yo no lo podía creer. Somos el primer emprendimiento chileno en el que el artista pone sus ojos', cuenta Aguirre.

El 18 de septiembre pasado la emprendedora conoció al artista vía Zoom, en una reunión que duró más de una hora, y -asegura- la conexión fue inmediata. Con la ayuda de sus abogados del estudio Alessandri en Chile, hicieron realidad que Ricky Martin entrara a la propiedad 'con un porcentaje importante', dice.

Gracias al apoyo del artista boricua, Kumiko logró levantar, a comienzos de año, US$ 4 millones en capital y así poder entrar con el pie derecho al mercado norteamericano, y de la mano de Martin como rostro oficial. 'Necesitábamos financiamiento para producción nueva, para márketing y penetrar en un mundo tan competitivo como el skincare en Estados Unidos. Hoy tenemos bodegas en Utah y en Carolina del Norte y estamos listos para lanzarnos', desclasifica la CEO.

Respecto a nuevos mercados, Aguirre asegura que el foco en el mediano plazo está en Estados Unidos, pero no descartan México, Colombia y también Europa en un futuro.

Las proyecciones para Kumiko son más que optimistas. Catalina Aguirre adelanta: 'En Estados Unidos en este segundo semestre esperamos vender US$ 2 millones y en 2022 estimamos que serán US$ 15 millones, un 600% de crecimiento. En Chile, en tanto, este 2021 esperamos ventas por US$ 2 y para el próximo de US$ 3,8 millones'.