Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-08-08
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B13
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS DOMINGO
Centimetraje:   34x27
El Mercurio
Investigación realizada por la Dirección de Estudios Sociales UC
CHILENOS E IMPUESTOS: 56% cree que paga mucho para lo que recibe del Estado y mayoría quiere bajar tributos a la bencina, al diésel, al IVA y a la renta
No hay grandes diferencias ni por edad, estratos socioeconómicos o incluso por adherencia política de izquierda o derecha. La mayoría quiere menos impuestos, salvo si lo pagan las empresas. Por ello, el autor del informe advierte que dada la discusión país en orden a aumentar la carga tributaria, se pueden crear expectativas que después no puedan ser cumplidas. Porque, o sí afectarán a las personas o no serán tantos los recursos como se dijo que se iban a recaudar.
'Así como está planteado el discurso tributario, tenemos el riesgo de generar expectativas que al final no se puedan cumplir', dice categórico Cristián Ayala, el mandamás de la Dirección de Estudios Sociales UC (DESUC), una unidad de investigación que forma parte de la Facultad de Ciencias Sociales de esa casa de estudios. La DESUC acaba de lanzar una investigación, la primera de una serie que denomina Encuesta País, y que en cada semestre se abocará a investigar temas de contingencia.

En esta primera entrega, la DESUC quiso investigar la percepción de los chilenos en materia de impuestos, considerando que a nivel país se ha ido instalando una idea casi transversal que apunta a la necesidad de aumentar la carga tributaria, de modo de tener más recursos para que el Estado pueda financiar más prestaciones y derechos sociales.

¿Pero qué opinan los chilenos? ¿Están más dispuestos a que haya alza de impuestos? , ¿y sobre cuáles?, ¿y dónde menos? Para hacer un sondeo a nivel nacional, el DESUC utilizó la misma metodología y estándares de la última encuesta del CEP, para el que, de hecho, el DESUC colabora en esa investigación. Y los resultados de este nuevo trabajo revelan poca disposición a pagar más impuestos. Y cuando la hay, se basa en impuestos que recaerán en otros colectivos o entidades y no en sí mismos.

Un primer dato global del análisis muestra que los chilenos mayoritariamente —el 56%— creen que pagan más impuestos de lo que deberían, en función de las prestaciones que reciben del Estado. Solo el 5% cree que paga menos impuestos de lo que debería. Y esta visión es transversal a todos los rangos etarios, aunque se exacerba en el grupo de 46 a 60 años, donde alcanza al 63% quienes creen que pagan más impuestos de lo que reciben a cambio. Por género, las mujeres perciben en mayor medida que los hombres pagan más impuestos para lo que reciben a cambio (61%). Y por estrato socioeconómico, el bajo es el que concentra esa percepción de mayor carga financiera por los tributos pagados en relación con lo que obtiene a cambio de ellos (59%).

Y un dato muy curioso es que al verlo desde el punto de vista de las simpatías o adherencia política, entre quienes se identifican con la izquierda, es el 59% quienes opinan que pagan mucho, cifra que contrasta con la opinión de la gente que se identifica con la derecha, grupo en que aquella cifra baja a solo al 46%. Para el investigador Cristián Ayala, una posible explicación es que pareciera ser que la derecha 'le pide menos al Estado', es decir, tiene menos expectativas de que el Estado pueda proporcionarle prestaciones.

Ayala precisa que, en general, la gente no visualiza las contraprestaciones del Estado. Es decir, no las conecta con los servicios de salud, educación, justicia, seguridad, etc., todos aspectos que se ven lejanos para la gente como contraprestaciones estatales. Y sí identifica bonos, becas o transferencias, es decir, apoyo monetario más directo

Mientras más cerca, menores impuestos

En un contexto país en que están en debate diversos cambios de impuestos —carga tributaria global, eliminar exenciones, pero al mismo tiempo bajas al IVA y a los combustibles—, se le preguntó a la gente cuáles impuestos deberían subir y cuáles bajar. Y la frase que mejor resume los resultados es 'mientras más cerca, menores impuestos', porque la gente no está dispuesta a pagar impuestos que le afecten a ella, un resultado además que se devela muy transversal, sin distingo de edad, nivel socioeconómico, o incluso adherencia política.

En el ranking, muy mayoritariamente la gente privilegia subir los impuestos a las utilidades de las empresas, que aparece primero en la lista y con apoyo del 58% de los consultados, mientras solo el 11% contestó que este debiera bajarse.

El segundo en la lista para subir es el impuesto al alcohol —un vicio—, con el 57% de adherencia, y luego se menciona las emisiones de carbono (50%).

Y a la inversa, al mencionar los tributos prioritarios para que desciendan, la inmensa mayoría de la gente se vuelca hacia los combustibles. Así lo cree el 81% respecto del impuesto a la bencina y el 66% respecto del diésel —por sobre consideraciones en torno al cambio climático—; en tercer lugar aparece el IVA, con el 58% apoyando una baja; y el impuesto a la renta, con el 54% de respaldo (ver infografía).

Luego, al desagregar estos resultados por edad, por grupos socioeconómicos y por identificación política, no hay mayores cambios, las tendencias son muy similares. Por ejemplo, en el nivel socioeconómico alto, el 60% apunta a subir el impuesto a las empresas, y en el nivel bajo, es el 58%.

En el nivel socioeconómico bajo, el 86% quiere reducir el tributo a la bencina, el 74% al diésel, el 68% al IVA, el 60% a la renta, el 55% a las contribuciones y el 39% a la herencia. O sea, quiere bajas en tributos que probablemente no pagan, pero que igual los percibe como una carga.

Del mismo modo, y sin mayores distingos por afiliación partidista, gente que se identifica con la izquierda, centro, derecha, es mayoritariamente proclive a subir los impuestos al carbono, alcohol y a las utilidades de las empresas, en vez de darse la lógica de que la gente de derecha mayoritariamente quisiera bajarlos y los de izquierda subirlos.

Ayala precisa que estos datos revelan que cuando se habla de aumentar los tributos, la gente los quiere lejos, que afecten a otros y no que recaigan en sí mismos, en tributos que se perciben cercanos. Esta es una situación con la que el discurso político conecta, y por ello cobran fuerza ideas como el IVA diferenciado o la baja en las bencinas propuestas.

El problema es que esto contrasta con las ideas de subir la carga tributaria, en un ambiente que se devela poco propicio a estos pagos.

'Hay un problema de caer en la desconfianza. Crear expectativas, hacer una promesa de grandes aumentos tributarios que supuestamente no van a afectar a las personas —lo que crea expectativas—, y que después no puedan ser cumplidas. Porque o sí afectarán a las personas, o no serán tantos los recursos como se dijo. Puede generar conflicto social', advierte Ayala. Y agrega: 'Tenemos un problema, porque probablemente cargando solo a ciertos grupos, por muy grandes empresas que sean, no van a ser suficientes los recursos disponibles'.

También llama la atención sobre el destino de los recursos, la calidad y cantidad de los servicios que entrega el Estado. 'Si nos quedamos en el cobro de impuestos que puede afectar a las personas y no se tiene claro qué se va a hacer, cómo y cuánto tiempo tomará, también se puede caer en la desconfianza. Se cobrará más impuestos, pero ¿dónde están los beneficios?', advierte.

Recuadro
- Al preguntar por los tributos que debieran descender, la mayoría se vuelca hacia los combustibles. Así lo cree el 81% respecto del impuesto a la bencina y el 66% respecto del diésel.

- La gente privilegia subir los impuestos a las utilidades de las empresas, que aparece primero en la lista y con apoyo del 58% de los consultados.
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AZUCENA GONZÁLEZ-