Julián Quiroga llegó tres días antes del 18 de octubre de 2019 para asumir como gerente general de Fivana, una FinTech enfocada en alternativas de financiamiento para PYME.

El exejecutivo de Tanner recuerda que aquellos días fueron duros dada la contingencia social, pero como la empresa tenía una génesis tecnológica, todo estaba guardado en una nube. 'Así, fue muy fácil poder trabajar desde el día uno del estallido social de manera remota e incluso aceleró los procesos', relata.

Los números de la operación de Fivana dan cuenta de su crecimiento: 'Hemos financiado este año US$ 130 millones y esperamos llegar a fines de 2021 a US$ 200 millones. Hasta ahora hemos entregado financiamiento a más de 1.000 PYME y esperamos sobrepasar las 2 mil'.

Para obtener las líneas de financiamiento, cuentan con alianzas con fondos de inversión de BTG Pactual y Toesca. Además, están preparando su primer roadshow para incorporar a nuevos inversionistas.

Para 2022, la meta es sobrepasar los US$ 500 millones en financiamiento y alcanzar unas 5 mil empresas como clientes. La ambición de Fivana es convertirse en un neobanco para las PYME.

Desembarco en México

Para alcanzar ese objetivo los socios de Fivana encabezados por Alejandro Sagredo, Martín López, Alexei Zubizarreta y Maikel Cruz, arribaron a México para poder iniciar las operaciones de Fivana en ese país.

'Tenemos casi todo listo para operar y estamos resolviendo los últimos trámites administrativos ahora', expone Quiroga, quien afirma que el plan es comenzar en tierras aztecas en octubre o noviembre. El reto es llegar a 20 mil empresas a través de su plataforma y poder financiar entre 1.000 y 2 mil empresas. Resalta el potencial que tiene México, 'porque un 95% de empresas no tienen ningún tipo de financiamiento'.

Más mercados

México no es el único mercado donde se expandirá Fivana. 'Colombia y Perú serían un par de meses después. Estamos contratando gente e hicimos todos los trámites de inscripción de marca y dominio', señala.

En Chile, esperan arribar al sistema de medios de pagos y están en las últimas diligencias con el regulador para poder operar una tarjeta de prepago con Mastercard.

El objetivo es 'poder ocupar y hacer tangible la factura y hacerla lo más líquida posible. La idea es que dentro del sistema las empresas puedan pagar a proveedores y los sueldos, ocupar la tarjeta, hacer transferencias, todo contra la factura que es el insumo que tenemos'.

Así, en la cuenta de Fivana no se cargará con dinero, sino que con las facturas de las PYME. Luego, convertirá el monto de las facturas de una empresa en saldo que se puede usar para otros fines, distintos al factoring.

Este negocio se exportará a México, Colombia y Perú. Se espera que en septiembre esté habilitado este producto en Chile.