Según proyecciones del INE, para el año 2026 los adultos mayores representarán el 20% de la población total de Chile, estimación que se cree vendrá acompañada con un aumento en el número de personas con demencia. Se calcula que para el 2050 el 3% de la población nacional (unas 626 mil personas) tendrá alguna patología de este tipo. En medio de ese contexto, múltiples organizaciones relacionadas con la enfermedad, investigadores nacionales y profesionales de centros especializados, así como grupos de pacientes, están luchando por 'reactivar' y ampliar el Plan Nacional de Demencia.

El foco de esta política es 'entregar un cuidado continuo, eficiente y eficaz, que involucre no solo a la persona que vive con demencia, sino que a su cuidador y entorno próximo', según el Ministerio de Salud. Alejandra Pinto es psicóloga en la Unidad de Memoria del Hospital del Salvador, un centro que fue creado como parte de los lineamientos del plan nacional. La profesional cuenta: 'El plan arrancó en el 2017 en tres comunas (Osorno, Magallanes y Peñalolén), pero en el 2019 las demencias empezaron a abordarse desde el GES n° 85, y dejó de inyectarse recursos en el plan nacional; se detiene su expansión y se sostiene que la respuesta para el tratamiento se haga desde el GES'.

Capacitar profesionales

Según Pinto, si bien este garantiza la atención, no es suficiente para abordar todos los aspectos mínimos que involucra el tratamiento de la demencia. La psicóloga dice: 'Un ejemplo es que también se estableció que la atención primaria debía hacer el diagnóstico de demencia, pero no se han destinado recursos para capacitar a profesionales, cuando hay temas que ni siquiera son tratados en pregrado en Chile (…).

El plan nacional tiene una mirada más integral de la demencia que es clave'. Patricia Alegría, presidenta de la Corporación Alzheimer Chile, es enfática en este punto. 'Nosotros planteamos que el GES n° 85 sin el plan nacional no es posible, porque efectivamente falta capacitación de los médicos en la atención primaria, que no saben diagnosticar demencia. Aún hay una mirada de que es lo que toca por ser adulto mayor', dice Alegría. Por estas y otras razones es que los grupos plantean la necesidad de volver a destinar recursos para ampliar el plan nacional con expansión progresiva.

Andrea Slachevsky, investigadora de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y una de las principales especialistas del país en el tema, dice: 'El plan no estaba asociado con ninguna ley específica. Por lo tanto, su continuidad dependía de la voluntad del Gobierno. (…) Ahora, su discontinuación se asocia a problemas de capacitación y a que realmente no existe fortalecimiento para responder adecuadamente a ninguna de las necesidades por las cuales se creó el plan'. Slachevsky añade: 'Solicitamos su reactivación, que es fundamental para responder a las garantías del GES n° 85 y permitir mejorar la capacidad en atención primaria y especialidad'. Desde la Corporación Profesional de Alzheimer y otras demencias (Coprad) dicen que el plan nacional es su norte.

Una deuda

Su director, Cristóbal Mardones, comenta: 'Los cuidados actuales en la atención primaria no son suficientes. Nos reportan desde algunos Cesfam que personas con demencia están siendo asumidas por otros programas, con profesionales no especializados, pero que tienen voluntad. Esa es la fuerte realidad que están viviendo los equipos. El plan nacional, en cambio, tenía capacitación como eje central'. El fonoaudiólogo advierte: 'Si ya teníamos listas de espera, en los próximos años vamos a estar peor si no hacemos nada, considerando el impacto económico que tiene esto en el sistema de salud. La deuda que tendremos con los adultos mayores y sus cuidadores será enorme'.

El senador Juan Luis Castro (PS) también está impulsando la iniciativa de avanzar con el plan nacional. 'Más allá del GES, se trata de hacer una bajada operacional amplia, para que la atención de pacientes sea oportuna desde el inicio, con el diagnóstico y tratamiento, pero también con el acompañamiento a las familias que tienen pacientes con demencia', dice Castro. Ignacio Grez, socio de Coprad y familiar de personas con demencia, ha estado involucrado en la lucha. 'La demencia tiene un impacto más allá de la salud del paciente, en el que incluso la carga del cuidado obliga a familiares a dejar de trabajar', dice. Grez añade: 'Por eso la demencia requiere un trabajo interministerial y esa era la gracia del Plan Nacional. (…) Hemos conocido casos de familias muy pequeñas donde la demencia llega como una bomba atómica por el impacto potente de los cuidados. Realmente, se necesita tomar en cuenta estos aspectos'. Desde el Hospital del Salvador, Coprad y la Corporación Alzheimer Chile aseguran que han tenido conversaciones con el Ministerio de Salud, pero no han rendido frutos hasta ahora.

Según los entrevistados, las conversaciones sugieren que hay interés de parte del Minsal en fortalecer el plan, pero los recursos no se concretan. Consultados por el tema, desde el Minsal dicen que su planificación actual sí está en la línea de reforzar su implementación. 'Fortalecer tanto el Plan Nacional de Demencia, como la implementación del GES de Alzheimer y otras Demencias, es el propósito que se debe buscar para atender adecuadamente las necesidades de la población de manera integral, en relación con la demencia', dicen desde la cartera. En tanto, los involucrados en la lucha por su ampliación dicen que seguirán trabajando por respuestas concretas y acciones. 'Dar respuestas adecuadas a las necesidades de personas con demencia (pacientes y cuidadores) requiere crear condiciones en el sistema de salud y medidas de apoyo social. El Plan Nacional de Demencia constituye un buen instrumento para avanzar en eso', puntualiza Slachevsky.