'Hoy existe un alto compromiso público- privado con el desafío de avanzar hacia una transición energética cada vez más diversa e inclusiva', comenta el ministro de Energía Juan Carlos Jobet. De ello dan cuenta las acciones y avances que han podido lograr con el plan público-privado 'Energía +Mujer', que se encuentra en su segundo año de implementación y está conformado por 66 adherentes, entre empresas, gremios e instituciones del sector. Ellos han realizado en conjunto más de 850 acciones: algunos reforzaron medidas programáticas de alcance inmediato, como la conciliación y la corresponsabilidad, en respuesta a la pandemia, mientras que otros iniciaron medidas estructurales, como acortar la brecha salarial o incluir más mujeres en los cargos de jefatura.

A juicio de María Trinidad Castro, directora ejecutiva de World Energy Council - WEC Chile, este plan 'ha sido muy importante en su rol de reunir a diversas organizaciones y voluntades en este gran desafío de sumar más mujeres en nuestro sector'.

Y pese a que la iniciativa es no vinculante, 'los avances son enormes', dice Mónica Gazmuri, gerente general de la Asociación Nacional de Empresas de Eficiencia Energética (Anesco). 'Ha logrado permear y crear compromiso con acciones, talleres, buenas prácticas, una feria laboral al año, la firma de un manifiesto que permite que cada empresa adscrita pueda ir transitando', añade.

Visiones diferentes

Hoy, solo un 23% de mujeres forma parte de la industria energética en Chile y para María Trinidad Castro, 'los desafíos futuros son tan radicales que se requiere de una multiplicidad de talentos. Si seguimos mirando los problemas de la misma manera, difícilmente encontraremos soluciones distintas. En el WEC creemos que en la diversidad de miradas está la riqueza y por eso promovemos con fuerza la inclusión de mujeres en la industria'.

El sector necesita adaptarse a los cambios tecnológicos y al cambio climático. 'Es una gran tarea y es tan estratégica que no puede no incluir al 50% de la población con su visión y aporte en la búsqueda de soluciones', considera Gazmuri, quien destaca el rol de las mujeres en los avances y el relacionamiento con el territorio y comunidades.

Desde un punto de vista más económico, 'si la incorporación de más mujeres puede aumentar el PIB entre 15% y 20%, y existen estudios que muestran mayor innovación, participación de mercado, aumento de reputación, entre otros atributos; el sector energía es tan relevante para la economía del país -segundo con más inversión después de minería-, con mayor razón las mujeres deben potenciarlo y hacerse parte de este desarrollo', añade la gerente general de Anesco.

Brechas persistentes

Por ello, es necesario seguir abordando las principales brechas y desafíos. Según el 'Estudio Diagnóstico de Sesgos Inconscientes en el Sector Eléctrico', hoy son: la baja cantidad de mujeres eléctricas (egresadas/tituladas), la falta de infraestructura apropiada para acogerlas, la escasez de planes de sucesión adecuados, las resistencias al cambio, y los sesgos presentes en jefaturas y tomadores de decisión. Asimismo, 'se logró identificar otras barreras de tipo sociales como el castigo a la maternidad y a las mujeres en edad fértil, el menoscabo a sus habilidades, y el machismo', cuenta Jobet.

Castro agrega que es necesario empujar y visibilizar a mujeres que estén en condiciones de tomar cargos de liderazgo y formar parte de la generación de recambio. 'Tenemos que partir con la educación y formación de mujeres a edad temprana en etapa escolar y universitaria donde encontramos una enorme brecha entre hombres y mujeres', afirma la ejecutiva de WEC Chile.

Mónica Gazmuri suma otras buenas prácticas para multiplicar, como que las empresas den las condiciones para que hombres y mujeres cumplan sus labores profesionales y de familia. 'Sería muy bueno también contar con una remuneración fija, clara y transparente cuando se ofrezca un puesto de trabajo basado en el cargo y no se discrimine por sexo', agrega.