El complejo momento que enfrenta el sistema eléctrico fue abordado ayer en un seminario de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera). 'No es tan compleja como ha sido otras veces, pero situaciones como las que ocurren en el mundo la pueden complejizar un poquito más', dijo el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE), José Venegas.

La autoridad repasó las medidas adoptadas y en el debate se aludió al mecanismo para garantizar el diésel que es abordado en la extensión del decreto de racionamiento vigente, pero el cierre de centrales a carbón marcó la discusión. A tres meses del retiro programado del caso más comentado, Bocamina II de Enel, Venegas indicó que todos quieren cumplir con las fechas en beneficio del cierre de estas unidades y el alivio de las comunidades locales.

'Eso significa que solo si se viera en riesgo la seguridad global con abastecimiento y de ahí un riesgo de racionamiento de la ciudadanía debiera postergarse el cierre de las unidades. Esta decisión debe tomarse solo como último recurso y con la mayor certeza posible', recalcó.

Según detalló, las proyecciones del Coordinador empiezan a mostrar problemas más serios hacia junio y eso abre un abanico de posibilidades de que se pueda, con las medidas tomadas, ir saliendo de la situación de estrechez. 'No digo que vaya a llover enormemente, no confiaría en ello, pero tampoco tenemos que pensar necesariamente que todas las medidas que hemos tomado van a fallar y que el sistema no va a ir tomando sus resguardos', añadió.

El consultor de Valgesta y extitular de la CNE, Andrés Romero, cuestionó que la autoridad no esté ordenando la suspensión del cierre. 'Entiendo que políticamente sea astuto trasladar la decisión a un próximo gobierno, pero técnicamente es una decisión que hay que tomar ahora y no retrasar', lanzó.

Venegas apuntó a que las flexibilidades se pueden tomar sin necesidad de que tomen la decisión de una postergación anticipada y que 'no es una decisión que sea eficiente determinar hoy salvo si uno quiere bajar los marginales y producir una sensación de relajo en el sistema'. Y sentenció: 'Es una decisión que se debe tomar más tarde y la empresa no tiene ningún problema en hacer esa postergación'.

Mientras, Ernesto Huber, gerente de Operación del Coordinador, recalcó que la postergación es un aporte. 'Vemos que eso podría significar 2.100 metros cúbicos día de menor aporte de las centrales a diésel. Hemos consultado a las centrales de la cuenca de la zona de Quillota la posibilidad de operar con el oleoducto y la respuesta ha sido favorable', dijo.

Sobre las proyecciones de costos de implementación del diésel de seguridad, Javier Bustos, de Acenor, planteó que este mecanismo no ha sido acompañado por una evaluación de impacto en los informes de la CNE y advirtió que 'se estaría diseñando un mecanismo que vale lo mismo que todo el mercado de servicios complementarios'.

Efecto invasión a Ucrania

Venegas abordó los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania, asegurando que los países más dependientes del gas natural ruso hoy no coinciden con los que tienen la mayor capacidad de recepción de GNL, lo que -entre comillas- es bueno para Chile.

A su juicio, en el corto plazo, el GNL no es sustitutivo importante del gas natural ruso, pero de seguro eso comenzará a cambiar. 'En términos de precios, pero sí cabe esperar presión', dijo.

En términos de largo plazo, sostuvo que sí, la situación puede ser un 'poquito más compleja', porque Alemania ya anunció la creación de reservas de gas natural y nuevos terminales. 'Probablemente la situación del mundo se va a ir adaptando, y efectivamente a mediano y largo plazo puede recaer algún grado de complicación sobre el mercado general de GNL, porque evidentemente de mantenerse una situación de tensión relativa al gas puede haber problemas con el GNL a mayor plazo', reconoció.

Esto, agregó, 'debe sugerir quizás a nosotros tomar algún tipo de medida como el incremento de capacidad en nuestros terminales de GNL, de capacidad de almacenamiento'.