En el mundo salmonero remarcan que, a pesar de las trabas para el crecimiento del sector y lo que consideran una sobrerregulación para la actividad en Chile, son la segunda industria exportadora del país, con envíos por unos US$ 6.500 millones anuales. Y son el segundo mayor jugador mundial, tras Noruega.

La posición global de Chile podría peligrar en el futuro, advierte Loreto Seguel, directora ejecutiva del Consejo del Salmón. Seguel, cuyo gremio representa a las firmas AquaChile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén, apunta a que el desarrollo de la industria arrastra un estancamiento de años. Se refleja, acusa, en solicitudes de nuevas concesiones paralizadas y relocalizaciones de las actuales autorizaciones que aún no se concretan.

—¿En qué pie está la industria actualmente?

'Hay varios ámbitos sobre los cuales uno puede evaluar cómo estamos. El primero es un ámbito país, donde siento que efectivamente, al menos, se ha logrado poner en la discusión pública la importancia de la segunda industria más relevante de Chile'.

—¿En qué sentido?

'Desde la mirada de la autoridad. Hace dos años, era impensado escuchar a ministros como el ministro de Economía, Nicolás Grau (tras un conversatorio organizado por trabajadores salmoneros sobre la Ley Lafkenche), y otras autoridades sectoriales declarar y ratificar que la salmonicultura es una industria importante. Eso es una ganancia. Esto se ha construido con la convicción de que es importante la alianza público-privada'.

—Mientras tanto la industria se ha visto desafiada...

'Es cierto, estamos estancados y no nos hemos podido desarrollar (...). Al final, no podemos relocalizarnos, la normativa efectivamente tiene hoy día congeladas nuevas concesiones. Además, tenemos muchos temas de permisos, de trámites de distinto tipo con la Subsecretaría de Fuerzas Armadas, Sernapesca; o sea, tenemos un entramado regulatorio-normativo en nuestro Estado chileno que es muy complicado. Eso es lo que hoy día nos tiene parados, sin poder crecer'.

—¿Qué falta para salir de ese estancamiento?

'Creo que no solamente es crecer: es el desarrollo de la industria. Cuando hablamos de desarrollo de la industria, no es solamente en el ámbito económico, sino que también en el desarrollo social, productivo, tecnológico y de los ecosistemas donde estamos. Pero indudablemente si no podemos crecer, si no tenemos certezas, es muy difícil planificar y proyectar la industria. Ahí está el principal desafío: nos falta tener una declaración de que esto debe ser política de Estado'.

—Siempre se toma como ejemplo a Noruega en términos de política de Estado para los salmones. ¿Cómo estamos en comparación a ellos?

'Por mucho tiempo, Chile idealizó a Noruega. Creo que hoy día estamos en una posición distinta. Tenemos que sentirnos orgullosos de que Chile y su industria salmonicultora, en muchos temas, ya es líder mundial en temas de sanidad, inocuidad y bienestar. Chile tiene por lejos los mejores indicadores del mundo en la producción de salmón. Se sabe poco y eso también es parte de nuestro rol. Efectivamente Noruega tiene el liderazgo indiscutido desde el punto de vista productivo. Pero es importante tener claridad de que Noruega está con mortalidades cercanas al 20%, y en Chile estamos menos del 8%. Eso no es casualidad, porque nuestra institucionalidad y rigurosidad normativa que tiene Chile en materia sanitaria es tremendamente importante'.

'Sin embargo, Noruega tiene algo que nosotros no tenemos: ellos tienen una política de Estado. Han declarado como país, sin temor, sin vergüenza y sin ningún tapujo desde el punto de vista de energía, ambientalista o grupos de presión, que tienen que quintuplicar la producción al 2050 y eso es una decisión país'.

—¿Cómo queda la industria chilena ante este escenario?

'Noruega hizo una declaración de Estado. Y ojo, hace poco Escocia hizo lo mismo, declarando que tenían que crecer en producción de salmón. La pregunta es, ¿y qué pasa en Chile? ¿Cuándo nos hacemos cargo de esa declaración de política país? Eso hoy día nos quita competitividad y nos hace ser segundos, y no poder pensar en ser primeros'.

—Fernando Villarroel, CEO de Mowi en Chile, ha señalado que Chile perdió la ventaja competitiva que teníamos con Noruega hace 10 años. ¿Comparte esa mirada?

'Exacto. Falta la convicción pública y política de que no solamente uno hace lo que cree que tiene que hacer, sino que hace lo que debe hacer, por difícil que sea. La autoridad tiene una responsabilidad en esto, pero nosotros también la tenemos. Las empresas también la tienen. Tenemos el deber de proyectar esta industria. Pero falta que haya más convicción al respecto, desde los distintos roles tenemos el deber de sentarnos en la mesa'.

—En la industria salmonera también se apunta a la falta de certeza para la inversión...

'El problema es que los niveles de incerteza hoy día son demasiado altos. Mientras más certeza tienes, más seguro y con más convicción tomas las decisiones. Mientras menos certeza tienes, más te paralizas y menos actúas (...). Hay que trabajar en esa certeza, pero difícilmente vamos a tenerla si no confiamos, si no nos conocemos, si no tenemos la disposición de sentarnos juntos a conocernos y a trabajar'.

'La realidad es que hoy día, sin certeza, no solamente estamos estancados como industria, normativa y regulatoriamente, sino que además estamos estancados porque el nivel de incertidumbre no nos permite movernos, no nos permite tomar acciones. Eso es un llamado a alerta para todos'.

—¿Cómo afecta a la inversión extranjera que está en la industria local?

'No solamente le pido a la autoridad que nos dé certezas. Le pido que entienda que si no tenemos certezas, esos capitales extranjeros que son parte de la salmonicultura no van a creer en este país (...); si no ven incentivo a la inversión, no van a invertir y vamos a empezar a retroceder. Y que esa inversión puede que no llegue. Es muy malo para Chile, la industria y las familias del sur'.

—¿Estamos dando una mala señal para la inversión extranjera?

'También para la inversión nacional. Las productoras de salmón tienen capitales extranjeros, pero también tenemos capitales nacionales. Hoy día en Chile ser empresario y emprendedor es difícil. Entonces, mi preocupación no solamente es la inversión extranjera, sino que también mi preocupación es cuidar la inversión nacional que tan relevante y que tanto cuesta en Chile'.