En prácticamente todos los países de América Latina, la educación técnico-profesional (ETP) es una modalidad educativa del nivel secundario y del nivel superior. A la vez, se registra una variedad de instituciones que ofrecen formación técnico-profesional y articulan acciones con los sistemas nacionales de educación, informa el sitio web de la Oficina para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la Unesco.
Los establecimientos que imparten planes y programas formativos son principalmente públicos, a excepción de Brasil, Guatemala y Chile, donde se observa una proporción más alta de establecimientos privados en comparación con sus pares.
A través de la promoción de políticas inclusivas, enfoques innovadores y el intercambio de buenas prácticas entre países, la Unesco ha apoyado el desarrollo y fortalecimiento de la ETP en todo el mundo. 'Su rol no solo se centra en proporcionar orientación estratégica, sino que también en impulsar la colaboración internacional para garantizar que la ETP responda a las necesidades del mercado laboral y promueva el desarrollo sostenible', explica Valtencir Mendes, jefe de Educación de la Oficina Regional de la Unesco para América Latina y el Caribe.
Chile, Colombia y México destacan en la educación superior técnico-profesional a nivel latinoamericano debido a que cuentan con instituciones robustas, estrechamente vinculadas al sector productivo, sostiene Marcos Avilez, director de Relaciones Internacionales de Inacap. 'No solo forman a sus estudiantes de manera adecuada para el trabajo, sino que integran de forma activa su relación con las empresas. Esto les permite garantizar una formación pertinente, actualizada, orientada al desarrollo de competencias de vanguardia y con impacto territorial', afirma.
Avilez añade que un aspecto compartido por estos países es su avance en la generación de información sobre la inserción laboral de los egresados de programas técnico-profesionales y sus niveles de remuneración. 'Este enfoque revaloriza la formación técnico-profesional al proporcionar a los estudiantes herramientas para tomar decisiones informadas sobre las instituciones que les ofrecerán mejores oportunidades para integrarse de manera efectiva al mundo laboral', asegura.
Loreto Ferrari, rectora de AIEP, considera que en la región, la ETP ha tenido un desarrollo dispar: 'Mientras países como México, Brasil y Colombia han impulsado políticas para fortalecer la formación técnica, otros aún se encuentran en etapas incipientes de desarrollo'.
Brasil
Acorde a su alcance y tamaño de mercado (211 millones de habitantes), Brasil sobresale por su extensa red de instituciones técnico-profesionales, liderada por el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), comenta Avilez.
El Censo Escolar 2023 de Brasil mostró un aumento de matrículas en educación profesional y tecnológica de 12,1% con respecto a 2022, con un total de 2,4 millones de alumnos.
El representante de la Unesco dice que se han 'identificado valiosas buenas prácticas en Brasil, con el Senai enfocado en la formación industrial'. Los cursos técnicos, que duran entre uno y tres años, se han enfocado en áreas como tecnologías de la información, salud, industria y gestión.
En este ámbito, Ferrari destaca que este programa es un referente, el que además registra una 'alta tasa de inserción laboral de sus egresados'.
Un informe publicado por el Senai, que abarca el período 2021-2023, revela que aquellos que participaron en programas de aprendizaje industrial vieron un aumento en sus salarios de 101%.
Avilez explica que se trata de un 'modelo que combina la formación académica con la práctica en entornos productivos reales, además de impulsar la innovación y la transferencia tecnológica a través de centros de investigación aplicada, lo que fortalece aún más su impacto'.
Colombia
En cuanto al país con mayor porcentaje de estudiantes de la región en ETP, el título se lo lleva Colombia, comenta Mendes: 'Presenta buenas prácticas, como avances significativos en la articulación entre educación técnica y formación para el trabajo realizados por el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena)'.
A fines de 2022, datos del Ministerio de Educación de ese país informaron un total de 650 mil jóvenes matriculados en 682 programas técnico-profesionales y 2.527 tecnológicos, ofrecidos por 214 instituciones.
En agosto de este año, el gobierno colombiano abrió un programa de formación tecnológica gratuita, Senatic, que ofreció 234 mil cupos a mayores de 14 años.
México
En 2013 entró en vigor el Modelo Mexicano de Formación Dual, mediante una alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable. En este participan activamente el sector público y privado; este último, ayuda en la selección de estudiantes, formación, revisión de reportes semanales y certificación de competencias laborales.
El Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) de ese país, por su parte, anunció este año que las carreras mejor pagadas son mecatrónica, electromecánica industrial, tecnología de la información y comunicación, enfermería, y administración y contabilidad. Y en 2024 abrió el curso de inteligencia artificial (IA) para convertirse en semillero de técnicos en el área.
Chile
La ETP en Chile cuenta con una trayectoria de más de 80 años y ha ganado relevancia gracias a la diversificación de la oferta educativa, que abarca desde carreras técnicas en institutos profesionales y centros de formación técnica hasta programas que vinculan a los estudiantes directamente con la industria, comenta la rectora de AIEP. 'La creación de un marco nacional de competencias del sector TP, que incluye la educación media TP, el Sistema Nacional de Certificación de Competencias de ChileValora y otras instancias de capacitación, es ejemplo del esfuerzo por mejorar la calidad y pertinencia de esta modalidad educativa', asegura Ferrari.
Basados en su reciente experiencia en el ámbito de la ETP superior, Valtencir Mendes afirma que la Unesco considera a Chile como uno de los países líderes en América Latina en esta área: 'Su sistema combina calidad académica, vinculación con el sector productivo y un enfoque de equidad, lo que lo convierte en un referente regional'.
Retos pendientes
A nivel latinoamericano, Loreto Ferrari dice que aún se debe abordar la brecha entre la oferta educativa y las necesidades del mercado laboral, así como la falta de reconocimiento de la educación técnica como una opción. 'En muchos países persiste una segmentación del sistema educativo, donde la ETP es vista como una alternativa solo para estudiantes de menor estrato socioeconómico', sostiene.
A pesar de los avances, la rectora de AIEP dice que precisamente el reconocimiento social de la ETP frente a la educación universitaria tradicional es uno de los grandes retos que enfrenta Chile: 'Aunque se ha demostrado que la ETP ofrece trayectorias rápidas hacia el empleo y mejores sueldos en algunos sectores, persisten prejuicios que limitan su pleno potencial como motor de movilidad social. Además, la falta de articulación entre el sistema educativo y las necesidades del sector productivo genera una desconexión que afecta la empleabilidad y la innovación'.
Ferrari asegura que 'existe un potencial en la cooperación regional para el diseño de estándares comunes de certificación y acreditación de competencias que permitirían una movilidad laboral y un reconocimiento de títulos y habilidades entre países. Esto podría fortalecer economías locales, reducir la informalidad y aprovechar la diáspora laboral, especialmente en sectores como la minería, la tecnología y la agricultura'.
Mendes añade que si bien 'Chile ha realizado avances significativos en la formación técnico-profesional, con una oferta educativa amplia y actualizaciones curriculares orientadas a las necesidades actuales', considera 'fundamental continuar fortaleciendo este sector para enfrentar los desafíos presentes y futuros'.
En este contexto, dice la rectora de AIEP, Chile puede ser un referente que aporte experiencia en la articulación público-privada y en la implementación de sistemas de calidad para la ETP.